Mientras en la Ciudad de Buenos Aires los contagios aumentan y las medidas cambian de una semana a la otra, los hoteles en los que se aíslan pacientes que podrían tener COVID-19 cumplen un año desde que empezaron a funcionar.
Desde Ponele hablamos con Gerónimo Bourguignon, médico ginecólogo que trabaja en estos establecimientos, para conocer mejor cómo funcionan.
Entre la gestión de estos hoteles de aislamiento al principio de la pandemia y la de ahora, ¿qué cosas cambiaron?
Cuando recién comenzaron, los hoteles eran mucho menos dinámicos. Primero empezaron a abrir los que eran de aislamiento de pasajeros que venían del exterior; tenían que estar catorce días y, aunque se les hacía un hisopado el día siete, estaban obligados a cumplir con las dos semanas. Después abrieron los hoteles para pacientes con COVID transmitido dentro del país. El funcionamiento era distinto del de ahora, los dejábamos internados hasta que tenían un hisopado negativo. Eso terminaba haciendo que tuviéramos pacientes a los que, con treinta y cinco días de internación, se les repetía el hisopado y les seguía dando positivo. Ahora no: son diez días de internación y ya se sabe que por más que des positivo a los diez días cumpliste el aislamiento y te podemos dar de alta.
Salvo que tengas síntomas de neumonía o alguna condición en la que esté debilitada tu inmunidad, no se repite el hisopado y te damos de alta. El aislamiento de los diez días se cuenta desde que empezaste con los síntomas. Por ejemplo, si en el momento de ingresar al hotel tenías síntomas hace cinco días, entonces te quedás cinco más hasta tener el alta.
¿Para qué los dejaban 35 días?
Antes era porque no se sabía bien. Las medidas de los hoteles fueron cambiando a medida que se fue sabiendo cómo enfrentar la pandemia. Al principio, era todo muy cambiante, en una semana teníamos una forma de trabajar y a la semana siguiente otra muy distinta. Ahora ya hay más conocimiento y es algo establecido.
¿Y creen que este tipo de aislamiento previene contagios?
Funciona en los casos en los que la gente no tiene dónde quedarse o en los que a los pacientes no se les puede hacer un aislamiento hogareño con seguimiento telefónico. La gran mayoría de los pacientes son enviados desde las Unidades Febriles de Urgencia (UFU). Ahí les hicieron una valoración y concluyeron que tenían síntomas leves y que no podrían cumplir un aislamiento hogareño. A veces pasa que, aunque tienen un espacio para aislarse, no se les puede hacer un seguimiento porque no tienen un teléfono donde ubicarlos, y otras veces porque no comprenden bien las pautas.
Para hacer el seguimiento telefónico vos tenés que estar conectado y seguir las consignas que te indican. En esos casos, el hotel es más seguro para quienes necesitan estar en contacto con gente que precisa seguimiento, ya sea diario o cada dos días. Poder hacer el seguimiento es tan importante como cumplir el período de aislamiento; hay pacientes que al principio de su diagnóstico tienen síntomas leves y después terminan complicándose. Los casos de neumonía o complicaciones se presentan entre el día 5 y 8 de iniciados los síntomas.
Claro, en casos de ese tipo tienen que derivarlos a un hospital…
En el hotel, más que nada, lo que hacemos es ir viendo cómo progresan los casos. Además de no contagiar a otros, la idea es detectar a los pacientes que pueden llegar a necesitar un tratamiento precoz por neumonía u otras complicaciones. Considerando los síntomas y según los días, empezamos a gestionar el traslado. Si bien en el hotel tenemos personal médico, no tenemos un despliegue de tecnología para tratar estos casos. Solo tenemos medicación para vía oral, de síntomas leves. No tenemos oxígeno. Lo único que podemos hacer es aislar y seguir el tratamiento de los síntomas leves.
¿Con el aumento de casos planean abrir nuevos hoteles?
Sí, están abriendo hoteles de nuevo. En el pico de la primera ola llegamos a tener cincuenta hoteles, dejando libres espacios de disponibilidad porque se creía que algo peor podía llegar. Cuando la curva iba bajando, se iban achicando los hoteles. Justo ahora estamos en ascenso y se están reactivando los hoteles.
Últimamente se dice que van a empezar a cobrarles a quienes vengan del exterior contagiados. ¿Sabés algo sobre eso?
Hasta ahora no hay ninguno de estos hoteles en los que se esté cobrando. Lo que sí te puedo decir es que una de las tareas de los médicos es identificar quiénes tienen algún tipo de seguro médico, y les pasamos los datos para que les cobren al seguro de salud. Eso mismo pasa en los hospitales públicos, se llama solidaridad recíproca; si vos tenés obra social y te hacés atender en un hospital público, se trata de cobrar y ese dinero vuelve al hospital público.
¿Tienen casos de pacientes conflictivos? De gente que no se quiera quedar o que se quiera quedar más tiempo…
Siempre hay casos conflictivos. Hay gente que sale de la habitación, que no cumple el aislamiento, que camina por los pasillos. En el momento en el que ingresan, les decimos las reglas del hotel y, de haber algún problema, se les hace un llamado de atención. Los pacientes no están encerrados, las puertas del hotel están abiertas. Quien se quiere ir se va, no obligamos a nadie a quedarse. Sí le explicamos, a quien se va sin el alta correspondiente, que nosotros tenemos que hacer la denuncia. Pueden hacerles una causa legal o ser multados por no cumplir el aislamiento. Nosotros desde los hoteles nos encargamos de hacer la denuncia.
Para terminar te hago la pregunta cholula que no puede faltar. Pacientes famosos, alguno habrán tenido, ¿no?
Yo estuve en el hotel donde recibimos a los quince colombianos que habían venido a un ver un partido de Boca contra Independiente de Medellín. Cuando estaban volviendo a Colombia los retuvieron en la frontera de Jujuy y los mandaron de vuelta en micro a Buenos Aires. Era al principio de la pandemia, con las fronteras cerradas. Eran muy difíciles de controlar, estaban destrozando el hotel y hacían cualquier cosa. Tenían problemas de adicción, caminaban todo el tiempo por los pasillos, era un desastre. Cuando nosotros llamábamos a la policía, nos decían que ellos no tenían jurisdicción para hacer nada. No estaban contagiados y no tenían por qué cumplir con el aislamiento, el problema es que tenían que volver y estaban cerradas las fronteras. Era un desastre. Al final los mandaron de vuelta. Hoy creo que eso no pasaría.
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Gerónimo nos dice pasó por varios hoteles, que ahora trabajaren el Ibis Obelisco y que la mayoría pertenecen a sindicatos. Tal vez, en un futuro próximo, cuando la pandemia ya no exista y no esté la necesidad de tener a pacientes aislados, el único rastro que quede de lo que en un momento fueron los hoteles del COVID sea una placa en algunos de los establecimientos. No se sabe cuándo llegará eso. Esperemos que sea pronto.