En marzo de 2011 Shakira llegó a la Argentina. Hizo shows en Córdoba y Salta, y llegó a Buenos Aires para cerrar el Pop Festival. En un show de noventa minutos –presentaba su álbum Sale el sol, pero las 45 mil personas que la fueron a ver pudieron bailar al ritmo de hits eternos como “Bruta, ciega, sordomuda”, “Loca” y “Pienso en ti”–, demostró una vez más quién era la colombiana de voz inigualable.
¿Pero por qué acordarse del recital porteño de Shakira de hace unos diez años? Porque fue en la ex Ciudad Deportiva de Boca, porque fue el último intento de un show multitudinario que se hizo en esa zona de Puerto Madero, porque salir del espectáculo fue un caos absoluto de tránsito. Porque, tal vez, fue el puntapié para que los dueños del predio se decidieran a construir torres de hasta 45 pisos y empezaran a gestionar el cambio en la normativa urbana que les permitiría hacerlo.
La historia de la ex Ciudad Deportiva es famosa. Los terrenos eran del Estado hasta que, en los 60, fueron donados al Club Boca Juniors con la prohibición de que fueran vendidos a privados. El club empezó a ambicionar un proyecto colosal –llegaron a construir piletas, acuarios, confiterías y fuentes– que incluía islas distintas que se intercomunicaban y un estadio para 140 mil espectadores. Por distintas razones, no llegaron a terminar la obra. El estrepitoso final de Boca en la costanera llegó en 1997, cuando lograron – inesperadamente– venderle los terreros al grupo IRSA.
En el predio de 71 hectáreas no se podía construir: solo tenían permitido hacer actividades deportivas. IRSA, desde entonces, intenta que la Legislatura Porteña modifique esa reglamentación. El 12 de agosto pasado se aprobó inicialmente –se trata de una ley de doble lectura; antes de aprobarse definitivamente debería pasar por una audiencia pública obligatoria pero no vinculante– con 37 votos a favor el cambio que la empresa venía buscando.
Quienes intentan acelerar la urbanización insisten con que solo en el 24,6 % de ese gran predio se llevará adelante el barrio de edificios, en el que, se estima, vivirán unas seis mil familias. Prometen que en el resto se construirá un gran parque público que les permitiría a los vecinos recuperar el contacto con el río y disfrutar de las bicisendas.

Pero quienes sospechan del negoción inmobiliario –oficialmente, un convenio entre el Gobierno de la Ciudad e IRSA- sostienen que ese espacio verde quedaría dentro de los complejos de torres, por ende solo podrían usarlo quienes vivieran dentro del barrio. Aseguran que es otro de los intentos para privatizar el acceso al río.
El próximo paso se podría darse también en la Legislatura Porteña, con la otra media sanción que faltaría. Mientras tanto, distintos partidos políticos y organizaciones intentan juntar firmas para impedir que se construya un barrio náutico en el lugar donde funcionaba estuvo Costa Salguero. Mientras tanto, se organizan caravanas de autos y bicicletas en las que se grita: “Parques sí, torres no”. Mientras tanto, expertos ambientalistas recuerdan que el espacio verde por habitante en la ciudad de Buenos Aires es mucho menos que el recomendado. Mientras tanto, muchos insisten con que ahí tendría que haber un parque público y ningún edificio.
Tendremos que esperar, estar atentos, ver qué pasa. Yo, personalmente, pienso hacerlo mientras escucho canciones viejas de Shakira, esas de su primera época, en las que hablaba de sus pies descalzos, algunas de esas que seguro cantó en ese show en el que estuvieron todos los famosos del momento.
Va hilo sobre Ciudad Deportiva del Club Atlético Boca Jrs, que estaba sobre el Río de la Plata entre Balneario Costanera Sur y Central Térmica Costanera, Ciudad de Bs As.
Obra increíble que parece que nunca hubiera existido aunque la disfrutaron multitudes.
Patrimonio perdido. pic.twitter.com/t6W3N4e2uI— P a i s a j e a n t e (@paisajeante) March 22, 2020