La edad dorada de las series (originalmente llamadas de televisión, pero ya no más) no sólo ha dejado historias, personajes y temporadas inolvidables. También, intros inolvidables. Puede que Netflix creara el botón para saltear la presentación de sus series, pero hay algunas intros a las que uno no puede resistirse: las debe ver y escuchar con cada capítulo. Riffs que no se dejan de tararear por días, ya sea en los recreos de las maratones o entre semana, a la espera del próximo episodio. Algunos temas musicales incluso han sido remixados para bailarlos en el boliche.
Estas son diez cortinas musicales épicas y un bonus; rankeados tanto por su valor musical como por las imágenes que las acompañan. Aquí, el foco está en la música, sin desmerecer en absoluto los logros visuales. No es sorpresa el dominio de HBO, dados sus recursos y su identidad estética.
#10. Chewing Gum, Michaela Cole
La protagonista de la serie, Tracey, creada e interpretada por la genial Michaela Cole es inocente, infantil, absurdamente hilarante y hasta un poco tonta. La canción de Chewing Gum es todo eso: alegre, contagiosa y recuerda la musica de los programas de televisión para chicos y jóvenes que crecimos viendo y amando. Imposible no tener ganas de bailar y ser feliz con este tema.
#9. Love, Lyle Workman
El tema rockero de esta lista. El trabajo de Workman es amable y lleno de energía. Acompaña muy bien a esta historia hipster situada en Los Angeles. Rock & Roll, forever young.
#8. Big Little Lies, “Cold Little Heart” de Michael Kiwanuka
Las imágenes de Monterrey, en la costa californiana, de esta intro tiene la cantidad de melancolía justa para el segundo decenio del siglo XXI. La canción, también. Porque es válido sentirse a veces un poco triste e insatisfecho, pese a todos los privilegios y comodidades de los que disfruta la burguesía acomodada de estos tiempos. Cálida y bella, la cortina se sostiene en una delgada línea que no cae en ningún exceso, extremo o lugar común.
#7. McMafia, Tom Hodge y Franz Kirmann
Deudora del tema musical de House of Cards, este drama británico es elegante y humano sin obviar la nota política y de actualidad global. Uno presiente la importancia de lo que está en juego en McMafia con solo escuchar la intro. La composición de Hodge y Kirmann se parece mucho a Alex Goldman, el personaje al que James Norton le aporta bellísimos elementos de recato y compostura.
#Bonus Track: A Very English Scandal, Murray Gold
Inglesa hasta la médula, la cortina de esta miniserie maneja con maestría una alegre picardía, una filosa mordacidad. Tal como lo hacen los dos miembros del parlamento en el Londres de los 70, más homosexuales que bisexuales, en la primera escena de la serie. El ritmo y la melodia de la composición de Murray Gold podría ser tan Dickensiana como el mismo Oliver Twist.
#6. Please Like Me, “I’ll be fine” de Clairy Browne & The Bangin’ Rackettes.
Amada con fervor por los seguidores de esta genial serie australiana, I’ll be fine derrocha frescura, felicidad y sirve bien a las aventuras de Josh y su banda de aussies de buen corazón.
#5. Westworld, Ramin Djawadi
El único compositor dos veces rankeado aquí, Djawadi es un maestro de lo bello, lo extraño y lo importante. Primero, sonidos del Lejano Oeste. Luego, una delicada cascada de notas se interrumpe con un contrapunto sobrenatural y así se manifiesta la genialidad de esta cortina musical. Noble y gentil, de a ratos. Épica, misteriosa e inquietante, en otros.
#4. True Detective, “Far from any road”, de The Handsome Family
El espíritu Cajún de la serie, ese misterioso y violento Deep South, vive en los acordes de Country Alternativo, Folk y la hermosa tradición musical denominada Americana que marcan esta intro. Con solo escuchar las voces de esta canción entrelazadas, uno siente el calor, la humedad de los pantanos de Louisiana, el olor a barro, el eco de los rituales paganos en un confín castigado, sufrido, perdido.
#3. House of Cards, Jeff Beal
Fantasmagórica y señorial, políticamente oscura, los vientos de esta elevada y ampulosa composición remiten a la arquitectura que domina The Mall en Washington D.C. Aires de importancia y de superioridad recuerdan cómo el inglés americano usa el latín para mistificarse. Una cortina musical que sirve de contrapunto a los personajes de la serie. Frank Underwood y su mujer Claire, absolutamente delirantes, dementes. Una serie deliciosamente ridícula y absurda que se musicaliza con pompa y grandeza.
#2. Succession, Nicholas Brittel
Tanto el compositor Nicholas Brittel como su tema musical para Succession hacen furor en 2018. Construido con un piano clásico, un ritmo base de hip-hop, algunas cuerdas distorsionadas y elementos electrónicos raros, este tema no se parece a ninguna de las intros de cualquier serie. Brittel ha declarado que buscó recrear la solemne dignidad del viejo mundo, con toques extraños e incluso absurdos. Vaya que lo logra. Este score, tan sofisticado como intenso, está cargado de la épica del dinero, al mismo tiempo que con movimiento que evocan apertura y claridad se contrapone a la intensidad (¿y a la opresión?) de concentrar poder en extremo y riqueza en exceso.
#1. Game of Thrones – Ramin Djawadi
El youtuber Jaime Altozano explica esta intro de una manera fascinante. Su interpretación se basa en la alternancia entre la luchas por el poder y los viajes por los vastos territorios de Westeros. El riff nunca deja de sonar, se repite 87 veces en 90 segundos; lo que convierte a la música en obsesiva. Este riff o loop u ostinato se utiliza para narrar el ascenso al trono, el intento de permanencia allí y la caída del poder. Es una estructura inestable, alternando acordes mayores y menores. Esta volatilidad mezcla lo feliz y lo triste, lo comunitario y lo individual, haciendo que nada sea blanco o negro, sino gris. Un chelo en solitario sugiere la consolidación del poder. Pero una contramelodía evoca el poder bajo amenaza: el control del trono es siempre temporario. Las interrupciones son constantes. La idea del viaje aparece con nuevas armonías, pero se mantiene el ostinato. No hace falta decir nada sobre la fascinante animación que acompaña la ya célebre composición de Djawadi. Un hito maravilloso y adictivo en la historia de la cultura de masas.