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5 Deliciosas formas de preparar provoleta (¡Para hacer a principio de mes!)

Existen diversas formas de preparar la provoleta y lo maravilloso es que todas ¡¡quedan riquísimas!! Porque, francamente, ¿A quien no le gusta deleitarse con un pedazo de queso fundido, crocante por fuera y suave por dentro? El queso que se usa es provolone, típico queso italiano semi-duro, pero en algunas carnicerías ya empiezan a vender rodajas de cheddar, que también queda espectacular. Uno de los grandes secretos para que la provoleta no se derrita con facilidad y se le forme mejor la costra que tanto nos gusta es dejarla al aire libre, oréandose fuera de la heladera, por al menos 24 horas y lejos del alcance de novi@s, familiares o mascotas.

Ponele te presenta 5 formas deliciosas de prepararla después de ese truco tan simple:

A la parrilla: Empecemos por la forma más clásica, pero a la vez la que mas disgustos ha traído en sucesivos asados ¿Cómo se hace para que no se caiga el queso fundido entre los fierritos de la parrilla? Facilísimo! Hay que pasarla por harina de la misma forma que se pasa una milanesa por el pan rallado. Eso forma una capa que al calentarse evita que la provo chorree su magia entre los fierros de la parrilla y conserve su forma. A fuego medio, con 7/8 minutos por lado alcanza y conviene condimentarla con orégano, pimentón y aceite de oliva.

Sobre las brasas: Para prepararla de esta forma vamos a necesitar una provoletera de hierro fundido, que se consigue en cualquier bazar más o menos bien provisto. El truco de la harina ya no es necesario, dado que el queso no tiene donde escaparse. La provoletera va directo sobre las brasas unos 10 minutos en total y nos permite jugar un poco mas con los condimentos. Nuestra recomendación es combinarla con rodajas de aceituna y ajo picado y servirla antes de la carne, junto a las achuras.

A la plancha o sartén: Esta opción es buenísima porque se puede hacer en cualquier momento. La sartén tiene que estar bien caliente y con un poco de aceite es suficiente para conseguir el efecto deseado. Lo ideal es “sellarla”, calentándola unos 30 segundos por lado y después dejarla hasta que quede bien doradita por fuera y derretida por dentro. Acompañada de una ensalada es una comida sencilla, rápida y riquísima.

Al horno: Se trata de otra opción para quienes no tengan parrilla o para un día de lluvia. El primer paso es precalentar el horno a 180°, usando calor por arriba y por abajo. Necesitamos una cazuela de cerámica donde vamos a poner un poco de aceite, salsa de tomate, la rodaja de provoleta y cubos de jamón cocido. Unos 20 minutos más tarde esta delicia estará lista para servirla y disfrutar. PD: obviamente se puede usar también el microondas y en dos minutos conseguimos el mismo efecto.

Rellena: sin dudas la opción más gourmet y costosa. En principio vas a necesitar dos provoletas, que deben ser ahuecadas, utilizando para eso una cuchara. Con cuidado, hay que sacar un poco de queso del medio sin llegar a hacerle un agujero. Previamente, se prepara un salteado de cebolla, cebolla de verdeo y morrón con panceta. Con cualquiera de los modos descriptos más arriba, sellamos la dos provos, introducimos el relleno en el espacio que forman una arriba de la otra y listo! Finalizamos la cocción y tenemos un manjar.

Durante 2017 en Argentina consumimos un 26% menos de lácteos y sólo en el último año la inflación del precio de la provo fue de un 39%, contra un 26,7% de inflación de los alimentos en general. La provoleta es cada vez más un lujo. Así que si llegas a comprarla, ponele onda con estos consejos.

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