Amazon, la empresa de comercio electrónico que es la pesadilla no sólo de Mercado Libre sino también del supermercadismo como lo conocemos a nivel global, anunció que va a abrir seis nuevos locales de Amazon Go, la cadena de almacenes donde sólo con el celular y canastos sincronizados a través de sensores y de algoritmos entrenados en deep learning se pueden realizar compras sin necesidad de dinero, de filas ni de -lo que sí pondría contento a Marcos Galperín, CEO de MercadoLibre- empleados.
La gigantesca empresa liderada por Jeff Bezos, había abierto en 2017 la primera de las tiendas de Amazon Go en Seattle, ciudad de donde la empresa es oriunda. Se trata de almacenes que venden productos frescos -aquellos en los que los envíos de Amazon todavía no pueden liderar el mercado-, comida y prepraraciones gourmet listas para comer, muchas de ellas realizadas por productores locales. La primeta tienda de Amazon Go contó con aproximadamente 600 metros cuadrados y su inauguración fue una noticia mundial. Desde los fanáticos de la empresa celebrando una nueva innovación hasta los catastrofistas que veían en Amazon Go un nuevo paso hacia una humanidad donde los algoritmos nos dejará a todos sin trabajo, el impresionante video que mostraba la experiencia de compra en la tienda no dejó a nadie indiferente.
Ahora, en 2018, Amazon anunció que abrirá al menos 6 nuevas tiendas en los Estados Unidos, sin especificar las ciudades donde se encontrarán, aunque se conjetura que serán en Seattle y en Los Angeles. Ambas ciudades se caracterizan por su elevado nivel de empleo, su bienestar y la ideología liberal-progresista de sus ciudadanos, diametralmente opuesta a la de los habitantes del Estados Unidos profundo, que en 2017 -mismo año de la apertura de Amazon Go- se rebelaron silenciosamente y dieron el batacazo eligiendo a Donald Trump. Ponele que, en 2020, Bezos volará a bordo de un drone para inaugurar las tiendas de Amazon Go en Laferrere…
Llegaron las inversiones: 5 billones de dólares y 50 mil puestos de trabajo
Mientras tanto, el diario New York Times publicó la lista de las 20 posibles ciudades donde Amazon podría llegar a abrir su nuevo cuartel general, diciendo que este acontecimiento generaría un interés similar al que causan los de por sí muy valorados juegos olímpicos de invierno que se están celebrando en PyeongChang, Corea del Sur. El interés no es sólo sentimental: la inversión con que la empresa tiene en vilo a los Estados Unidos es de 5 billones de dólares, y crearía, según la agencia Reuters, más de 50 mil puestos de trabajo.
El nuevo cuartel general fue bautizado por la prensa como HQ2 (Headquarters 2), y su confort e suntuosidad, más los altos niveles de robotización y el nuevo abordaje de arquitectura ecológica que propone, constrastarían con muchos de los depósitos de Amazon alrededor del mundo. Es que los famosos “Warehouses” (depósitos) protegidos por avanzados sistemas de seguridad tienen un halo de misterio debido a que, según diversas fuentes, las condiciones de trabajo sometidas a altas temperaturas y a ritmos frenéticos de empaquetamiento y acomodación de cajas se asemejarían a las antiguos sistemas de construcción medievales, basados muchas veces en la esclavitud.
Boston (Massachussets), Atlanta (Georgia), Austin (Texas) e inlcuso Miami (Florida), donde el valor del suelo sería casi prohibitivo, habían picado en punta como las ciudades más probables de la lista, pese al acérrimo secreto de Jeff Bezos y de sus ejecutivos, que también especulan con los efectos inmobiliarios y los posibles acuerdos impositivos con los diferentes estados. Sin embargo, un rumor empezó a tomar fuerza en las últimas semanas: la ciudad elegida sería Nashville, capital demócrata del trumpista estado sureño de Tennessee, y famosa por ser la cuna de la música country, cuya ubicación geográfica sería un complemento ideal para el HQ1 de Seattle. El rumor causó revuelo en las apuestas de Las Vegas, encabezadas hasta ahora por la señorial ciudad de Boston.