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Conocé a Bohemia, una librería beat

Bohemia es una nueva librería especializada en literatura beat que funciona de manera online y que próximamente tendrá una sede en Madrid, España.

Inspirada en la Generación Beat de escritores norteamericanos de los años 50, Bohemia se propone ser un lugar de difusión de la obra de esta camada de autorxs, así como de otro tipo de literatura.

Gisela Monti es su impulsora, y hablamos con ella sobre cómo surgió la idea de armar una librería beat, qué importancia tuvo esta generación de escritorxs en la cultura contemporánea y por qué cree que no es valorada lo suficiente.

¿Cómo definirías a la Generación Beat y de qué se trata la propuesta de Bohemia?

Fue una generación de artistas que se caracterizó por cuestionar las pautas sociales establecidas en la sociedad norteamericana, es decir, cuestionar el American Dream como forma de alcanzar la felicidad.

Algunos de los referentes más importantes son los escritores Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William Borroughs entre muchos otros. El modo de vida Beat incluía a muchos artistas, no sólo a escritores. ¡Realmente es un mundo por descubrir! Por eso la elegí como especialización para la  Librería Bohemia, que además va a tener un catálogo de libros más allá de lo Beat para que cada uno pueda hacer su propia búsqueda literaria, siempre guiado por nuestra ayuda.

¿Qué lugar tienen los autores de la Generación Beat dentro de la literatura?

Creo que es un lugar no muy importante. La Generación Beat es reconocida, pero no se los nombra cuando se habla de excelencia literaria. Yo supongo que tiene que ver con que el modo de escritura que proponen es la prosa libre, es decir, sin correcciones. Estos escritores buscan pasar su experiencia de vida directamente al papel, de la manera más cruda posible. Se burlan de los grandes giros literarios y no buscan ser elitistas sino que por el contrario son una gran puerta de entrada a la literatura, que está al alcance del entendimiento de cualquiera que esté dispuesto a acompañarlos. No creo que tengan un lugar central dentro de la literatura, pero dentro de lo que fueron los caminos del arte, los Beats fue la generación de escritores que más emparentada estuvo con otras ramas artísticas.

¿Qué relaciones encontrás entre sus libros y otras expresiones artísticas, como la música o el cine?

¡Muchísimas! Los Beats no hubieran sido tales de no ser por el jazz y las largas noches que pasaban en los bares de las grandes ciudades como San Francisco o Nueva York, siempre acompañados de grandes músicos.  De hecho, Kerouac fue muy  amigo de Thelonious Monk, Charlie Parker y Dizzie Gillespie.

Por otra parte, Bob Dylan (que también es escritor) también formó parte de esta Generación, era muy amigo de William Borroughs y en los 60 pasaban juntos largas noches en el Chelsea Hotel de Nueva York.  También formaban parte de este grupo una muy joven Patti Smith y su amigo fotógrafo Robert Mapplethorpe. Los Beats también compartían noches con Andy Warhol en su Factory, realmente era un momento en que el arte estaba muy interconectado.

¿Qué relación encontrás entre la creciente influencia global de la industria cultural norteamericana desde la década del 50 del siglo XX hasta esta parte y la difusión de la literatura beat? ¿Podríamos incluirla dentro de lo que se conoce como  imperialismo cultural?

La literatura Beat se opone a la cultura norteamericana y pienso que la Generación Beat tomó tanta fuerza porque el sistema de vida propuesto por la sociedad norteamericana de los años 50 era realmente opresivo: ¿quién quiere vivir para trabajar y nada más? Entiendo que mucha gente sea así, pero todo aquel que pensaba un poco out of the box no tenía de donde agarrarse, era un Beat o, como su traducción lo dice, un abatido. La ideología Beat nuclea a esos “abatidos” y les dice “ok, somos abatidos, pero también somos beatíficos: estamos dotados de una convicción muy intensa de que las cosas no deben ser así cómo son”.

Lo cual no es nada que no hubieran dicho Bukowski o Henry Miller antes, sin embargo, lo diferente que tuvo esta Generación es la unión de las voluntades, eran muchos artistas que pensaban lo mismo, a punto tal que la ideología Beat luego fue más retomada y extendida por la cultura hippie.

Respecto de la industria cultural creo que todos los Beats, incluso los que renegaban de serlo como William Burroughs, estarían felices si pudieran vivir de las regalías. Son mainstream ahora, sin embargo, esta es la primera librería hispanoparlante que se dedica de lleno a esta literatura, así que espero honrarlos y que estén orgullosos.

 

¿Cuál fue su recepción en la cultura argentina, tanto en el momento de su surgimiento y desarrollo como ahora? ¿Hubo o hay algo parecido a la generación beat en Argentina?

En el momento del surgimiento ninguna, porque las novedades llegan a Argentina algunos años después, más aún en esa época en que la información se movía más lento.

Con las dictaduras militares los libros Beat estaban totalmente prohibidos, de hecho, los libros de Henry Miller ingresaban al país de manera clandestina, con la tapa un libro para niñas: Jane Eyre.

En los circuitos del under circulaban los libros de Charles Bukowski, Henry Miller y Kerouac, pero eran complicados de conseguir para el gran público.  Eso pasaba en los 80, así que imagínate, de los Beats de los años 50 a los 80 habían pasado 30 años, una barbaridad de tiempo nos llevó tener nuestra propia Generación Beat.

El under de los 80 fue nuestra Generación Beat. Y me gusta nombrar acá a escritores que amo como José Sbarra, Enrique Symns con su Cerdos y Peces, el Indio Solari y los Redondos, Fernando Noy etc. En Chile tenemos al gran Pedro Lemebel, un escritor revolucionario para su época, desafiante de la dictadura de Pinochet, con su libro Tengo Miedo Torero, la historia de una drag queen que se enamora de un joven que se propone organizar el homicidio del dictador.

¿Cambiaron tus hábitos de lectoescritura durante la pandemia? ¿De qué modo?

La pandemia me destruyó y me construyó por igual. La odio y le agradezco. Durante el primer confinamiento escribí un libro de los arcanos mayores del Tarot que se llama Tarot on the Road. No creo que nunca vea la luz, pero en esa etapa estaba en un flash místico absoluto y escribirlo me ayudó mucho. Después de eso empecé a escribir una historia de amor entre dos chicas a la que le falta el final, la realidad es que la soledad y el encierro  me ayudaron a escribir muchísimo.

De profesión soy abogada y estuve seis meses sin poder trabajar. Hace mucho que quería dejar el derecho para hacer otra cosa y toda esta movida de la pandemia me ayudó a atreverme a tomar la decisión de poner la librería e irme a vivir a Madrid, que es mi sueño hace mucho tiempo. ¿Qué puede salir peor? Ese es mi lema actualmente.

¿Por qué casi no hay mujeres dentro de la generación beat? Al menos entre los autores más reconocidos…

Hay mujeres en la Generación Beat y son un montón, el tema es que obviamente y por cuestiones de la época sus voces no se hicieron igual de públicas. A mi criterio, ni a la literatura Beat (ni a ninguna otra) se la puede juzgar con la vara moral de la actualidad, eso desde ya. La voz más conocida entre las Beats fue Patti Smith, pero prometo ir rescatando voces de mujeres Beat para que las vayamos conociendo juntos, me parece que se lo merecen.

¿Por qué leer a los escritores de la generación beat?

Te voy a contar por qué NO leerlos: estuvieron mal vistos por la sociedad, prohibidos, fueron borrachos, drogadictos, se las arreglaron para no cumplir órdenes de nadie la mayor parte de su vida, viajaron a dedo con dos mangos, algunos como Kerouac, entraron en mambos espirituales con libros como Los Vagabundos del Dharma, se cagaron en todos los preceptos morales, se pasaron noches enteras escuchando jazz, a Bob Dylan y a los primeros Rolling Stones, su prosa es odiada y repudiada por los buenos escritores y por la literatura formal. Me gustan todos los motivos por los cuales no hay que leerlos para inducir a los lectores a que lo hagan.

 

 

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