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“Degenerado”, el nuevo libro de Ariana Harwicz

En una nueva edición de las charlas mensuales que se realizan de la mano de Malena Rey en el MALBA, Ariana Harwicz, escritora argentina radicada en Francia desde hace más de diez años, presentó su nueva novela, Degenerado, una suerte de soliloquio de un hombre acusado de haber violado y asesinado a una menor de edad; una obra que puede llegar a ser considerada controversial en esta época, y que sin lugar a dudas ofrece una nueva perspectiva sobre el relato del victimario, que en estos tiempos o bien es sobreficcionalizado y fetichizado, haciendo ver a los criminales como los nuevos galanes del mundo del espectáculo, o bien es automáticamente ignorado y dejado de lado por considerarlo falso.

Madres no hegemónicas

Las novelas previas de Harwicz están relacionadas entre sí no sólo por compartir editorial (Mardulce, a diferencia de Degenerado, editado por Anagrama) sino también porque las tres giran en torno al tema de la maternidad y la relación entre madre e hijx. Narran historias de mujeres que, en un sentido u otro, sufren en su condición de madres y no encajan en el estereotipo de mamá que todo lo puede y a quien la maternidad completa. Ariana problematiza la maternidad, la crianza, la vida de madre; con su ya característica mirada realista y crítica, intenta alejarse de cualquier tipo de romantización o idealización de las relaciones humanas, y específicamente de las relaciones filiales. Estas novelas están narradas en primera persona, desde el punto de vista de las mujeres, en un presente estricto, como constante relato de su día a día dentro y fuera de su cabeza.

Su primera obra, Matate, amor, narra la vida de una mujer que tiene un hijo pequeño y sufre  rasgos neuróticos y presenta altos niveles de insatisfacción con su vida y con la realidad, que se expresa en una peligrosa violencia contenida. La segunda novela, La débil mental, describe la realidad de la madre de una chica adolescente, su dinámica familiar y su vida privada usualmente sumidas en una ola de confusión, desorden  e incluso destrucción.

En estas dos historias, la entrada y salida de diferentes parejas sexo-afectivas en la vida familiar es constante, así como la crianza adaptada a estas condiciones “atípicas”.

En su tercera novela, Precoz, Harwicz presenta la vida de una mujer de bajos recursos que, junto con su hijo preadolescente, habitan un rancho precario, roban comida en los supermercados y viven sumidos en la miseria económica. La maternidad en contextos de marginalidad constituye uno de los ejes centrales en Precoz.

De la maternidad a la perversión

Este año, en un novedoso giro, Harwicz nos invita a situarnos dentro de la cabeza de un pedófilo asesino, quizás la acusación más repudiada socialmente y más gravemente condenada judicialmente.

Luego de investigar y estudiar la retórica de acusados reales en juicios y testimonios,  Ariana creó un personaje frío, profundamente oscuro y sin rastros de empatía que construye un discurso inescrupuloso y diametralmente opuesto a lo socialmente interpretado como correcto y ético; lo curioso es que, a pesar de esto, el personaje nos resulta totalmente verosímil. Harwicz hizo especial hincapié en esta cuestión: sus personajes tienen como elemento en común estar (en distintos grados) enajenados, fuera de sí, alejados del modelo de cordura; aun así, resultan creíbles y no son difíciles de imaginar en la realidad caótica y alienante que nos rodea.

Este nuevo libro significa un cambio radical para la escritora, ya que viró de un eje temático culturalmente percibido como puro y bello como es la maternidad a la mente de un pedófilo, el cual causa odio y rechazo generalizado. Además, pasó de escribir novelas en primera persona femenina a indagar en una voz masculina.

Sin embargo, Harwicz mantuvo su intención de mostrar “el lado b” de lo humano, la faceta sombría muchas veces ocultada por la sociedad y el arte: las contradicciones y alteraciones que se dan en la maternidad, en las relaciones y en la sexualidad, que pueden resultar en personajes y situaciones turbios, tan degenerados como un pedófilo asesino.

Las formas de estetizar el crimen

Es evidente que ninguna de sus novelas narra historias color de rosa ni compatibles con el modelo idealizado de vivencias, sino que muestran este lado oscuro, una versión no aceptada como “normal” por la sociedad (aunque en la realidad estos personajes no sean tan inusuales). Sin embargo, con Degenerado Ariana dice haberse encontrado escribiendo desde un lugar mucho más oscuro, lúgubre e incluso siniestro, podría decirse, que roza la línea del morbo y que lidia con un protagonista que, más que confusión, como podría adjudicárseles a las madres de sus otras novelas, presenta maldad y perversión.

Degenerado no quiere mostrar a un criminal “cool”, canchero y galán como podría ser el caso de la miniserie Historia de un clan o de la película El Ángel, sino el nivel de oscuridad, frialdad y falta de empatía al que puede llegar un ser humano.

Natalia Gherardi

Nació en el año 2000. Es ex-alumna del Nacional Buenos Aires y estudia Sociología.

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