El Ángel, la nueva película de Luis Ortega, se centra en la historia de Carlos Robledo Puch. Sin embargo, no parece estar basada en la vida de un asesino serial, violador, psicópata, secuestrador y ladrón, sino que se asimila más a un remake de Rebelde sin causa. En esta nota te cuento porqué (mínimos spoilers).
Romantizar el crimen
Las historias aburridas, típicas y cotidianas no venden. ¿Qué vende? La vida llena de riesgo, de crimen, de pasión. Por lo tanto, es lógico que nuestros medios de entretenimiento nos muestren lo que queremos ver, lo que muy adentro añoramos vivir. Una vida sin reglas, sin restricciones, ser libres y superar al sistema. En El Ángel, los crímenes de Puch se llenan de inocencia, de emoción, de simpleza, siendo su forma de rebelarse contra la sociedad capitalista y ser realmente libre.
El problema de la falsa empatía con personas reales
Por lo general uno no ve a un ladrón y piensa en lo lindo que sería robar, pero el cine es un medio muy manipulador. Carlitos está pintado como un joven tranquilo, simpático, inocente, que se siente libre y quiere hacer lo que tenga ganas, un típico adolescente, ¿verdad? Ah, sí, se me olvidaba, de vez en cuando sale a robar y mata gente, además violó a un par de chicas… pero no eso no es lo importante. De esta forma la trama se centra en su historia amorosa, esquivando y modificando lo demás para que llegues a entender y a empatizar con el Carlitos de la película. Ahora, este es un caso real que sigue presente (Puch está en condena desde 1972), la película utiliza su nombre y su apellido, además de decirte que está influenciada en hechos reales, por lo que uno no solo empatiza con el personaje, va más allá. Si a esto le sumamos la tensión sexual que existe en cada escena entre los personajes, particularmente aquella tensión entre Puch y su compañero, parece que estamos viendo la historia del romance de un rebelde “cool”.
Lo que se ignora y lo que se muestra
En una película basada en hechos reales uno no puede esperar un documental, pero esta película se toma demasiadas libertades en lo que cambia y agrega. Hay muchas cosas que en fueron esquivadas para asegurar la comprensión y empatía con Carlitos como los dos casos de violación y los secuestros. Parte de la historia fue modificada, los crímenes que nos muestran están muy remotamente basados en lo que realmente ocurrió y se agrega mucho contenido sexual a todo, tomando la sexualidad de Carlitos como punto céntrico.
La película vale la pena igual
Si dejamos los hechos reales de lado, la película es excelente. Muy buenas actuaciones, remarcando en particular a Lorenzo Ferro que hizo su debut con esta película, y una dirección de arte y fotografía increíbles. Esta película no se queda corta en producción y está claro desde el primer logo de Telefe que no estamos viendo un filme independiente. Sin embargo, toda esta plata no sale solo de Fox y Telefe, sino que también está metido el INCAA, que últimamente ha decidido dejar de bancar tantos proyectos independientes y se dedica más a bancar “hits asegurados”. Es por esto que creo que decidieron encarar la vida de Carlitos de esta forma, porque así es más pochoclera y vende más.
En definitiva, ¿a quién le importa? Si todos nuestros políticos son criminales y los votamos igual…