El denominado ‘’sexting’’, palabra inglesa proveniente de la contracción de sex y texting, es una tendencia consolidada hoy en día. Esta práctica consiste en enviar mensajes eróticos, incluyendo fotos y videos de los cuerpos desnudos (los bien conocidos nudes). Este hábito se está haciendo cada vez más común, en especial entre las generaciones más jóvenes, cuyas vidas están fuertemente vinculadas a la tecnología.
Como todo, la práctica del sexting supone riesgos. Nuestras fotos íntimas pueden circular en las redes y terminar en los lugares menos deseados, como el teléfono de un compañero de trabajo, o, incluso peor, en el de nuestra familia. No es nada novedoso que imágenes íntimas se filtren y terminen en manos de cualquiera: este es un tópico frecuente en películas y serie y es algo que suele sucederle a las famosas, aunque a veces ponele que también sea parte de sus estrategias de prensa.
Algunas precauciones
Por lo tanto, si decidimos sextear, nos conviene tener en cuenta ciertas precauciones para preservar nuestra identidad y que las fotos no se viralicen. Algunas de ellas son muy sencillas, tales como evitar mostrar nuestro rostro o marcas corporales con las que se nos pueda relacionar fácilmente, asegurarse de que ni vos ni el destinatario de las fotos tenga un virus en el celular, no usar redes de WiFi públicas y eliminar las fotos luego de enviarlas.
¿Llegará el día en que las parejas sólo tengan encuentros sexuales para procrear, y todo otro tipo de intimidad será a través de una pantalla? Suena a una película distópica, pero quien sabe…