Hace unos días llegó a la cartelera de cines del país la tan ansiada secuela del largometraje de Pixar “Los Increíbles”. Más de un adolescente se debe haber puesto en el papel de chico una vez más, y habrá disfrutado de la película supera a su progenitora y a todo trabajo previo que haya hecho Pixar. De hecho, fui a ver la película con mi familia y el cine estaba lleno de gente de todas las edades. Aunque fue un placer un poco caro: pagamos un promedio de 200 pesos por entrada.
¿De qué va la película?
Los protagonistas de “Los Increíbles” son los Parr, una familia de superhéroes que vive escondida ante la prohibición legal de los “súpers” y busca lograr que su trabajo sea otra vez reconocido como legal. Bob Parr, cuyo seudónimo es Mr. Increíble, posee superfuerza. Helen Parr, esposa de Bob, es conocida como Elastigirl, y posee la capacidad de estirarse tanto como desee. El matrimonio tiene 3 hijos: Violeta (invisibilidad y creación de campos de fuerza), Dash (súper velocidad) y Jack-Jack (al ser un bebé posee poderes múltiples, tales como la teletransportación, y rayos láser en los ojos).
¿Qué hay de nuevo?
El primer aspecto es la ruptura total de los roles de género. En la película, un magnate millonario invita a los Parr junto a su amigo Frozono (quien puede manipular y crear hielo) a un programa para lograr la legalización de los supers. Para el primer trabajo, Elastigirl es elegida como superheroína, por lo que Bob debe ejercer el rol de amo de casa, cuidando a los chicos, mientras su esposa trabaja.
Esto conlleva a un cambio en la mentalidad de Mr. Increíble, quien primero se mofa del trabajo que en la primera película cumplía Helen, pero cuando descubre las dificultades de enseñarle matemática a su hijo o comprender los desamores de su hija, llega a entender que cuidar a los chicos es un trabajo más difícil que ser un superhéroe, y deja de menospreciar las tareas que su esposa realizaba.
Por ejemplo, cuando debe hacer dormir al bebé Jack-Jack, empieza siendo una tarea muy fácil, la cual hace con desdén, hasta que el niño despierta varias veces, y el padre termina quedándose dormido antes que su hijo, que descubre sus poderes mientras Mr. Increible está dormido y no puede supervisarlo. Creo que el personaje de Bob ha cambiado respecto de la primera parte: al verse aplazado de la escena principal, debe aprender a ser un superhéroe secundario, lo cual no le sienta bien. Pero termina cambiando su personalidad para mejor, menos creído, y con capacidad para ver las facultades de los otros “súpers”.
Mientras tanto Elastigirl asume un rol primordial en la lucha contra el crimen, acaparando toda la atención y demostrando que ella también está a la altura de los mejores superhéroes hombres. Una especie de feminist power de Pixar que ha encantado, y que mucho tiene que ver con la igualdad de géneros que se busca lograr en el mundo actualmente. Por cierto, los fans necesitamos más de esta mujer, que fue indudablemente lo mejor de la película. Gran acierto de la compañía.
¿Cuáles son los peligros?
El otro tema importante tratado por la película es la problemática de la adicción, tanto en chicos como en adultos, a las pantallas. El villano, un desconocido que se hace llamar “el salvapantallas” se encarga de poseer las mentes de los habitantes que utilizan sus televisores. El villano, sin embargo, es un clásico de Pixar, aparece como alguien del bando “bueno” al comienzo, y termina develando su verdadera faceta malvada en el transcurso del film.no decimos más para no spoilear, pero los chicos de la lámpara podrían haber innovado un poco más respecto al origen y la historia del malo, que es tan o más importante que la de la familia principal.Este moderno trastorno emocional, si bien en la película es tratado de forma diferente, trae adicta a la población mundial que tiene acceso a una tableta o a un teléfono inteligente.
En teoría, la tecnología ayuda a la sociedad, aunque en la práctica nos domina cada día más. Somos esclavos del nuevo mensaje que nos acaba de llegar, de cuántos seguidores tenemos en nuestras redes sociales, la necesidad urgente y morbosa de ver el más reciente video viral y de jugar los más populares de los juegos que ingresan al mercado.
El planeta está inmerso en una peligrosa película de ciencia ficción, donde los seres humanos estamos dejando de ser racionales de manera progresiva. Los ejemplos los tenemos entre nosotros: ya no conversamos como antes, mirando a los ojos a nuestros semejantes. La tecnología altera la dinámica de nuestro entendimiento con los otros y ahora nos comunicamos entre aparato y aparato. La tecnología se ha vuelto la droga más usada por todas las capas económicas y sociales, y encima de los daños que nos ocasiona, es legal. Y lamentablemente, aquí no tenemos ninguna Elastigirl que nos salve, debemos valernos por nosotros mismos. Pixar, que nos llega a través de las pantallas, no se priva de hacernos la advertencia.
Por Ariel Goland