El último fin de semana la ciudad fue azotada por uno de los temporales más fuertes de los últimos años, que provocó destrozos en la capital y en provincia, dejó a más de 100.000 personas sin suministro eléctrico y se cobró dos víctimas fatales en 3 de Febrero. Debido a la falta de obras de infraestructura, las inundaciones se han hecho costumbre en los últimos años: los barrios porteños de Belgrano, Palermo, Villa Crespo, Boedo y la zona sur de la ciudad y el conurbano bonaerense se ven anegadas cada vez con mayor frecuencia.
Sin embargo, las tormentas de este domingo afectaron no solo a esas zonas, sino que también ingresó agua en el Teatro Colón. Las imágenes que se filtraron en las redes mostraban que las salas afectadas se encontraban en el subsuelo, y se utilizan para guardar materiales de utilería. A pesar de esto, el teatro mantuvo sus puertas abiertas, ya que solo tenía previstas las visitas guiadas para el último domingo del mes. Se cree que la entrada del agua se produjo por un desperfecto en el desagüe, que no pudo soportar tanta agua. Si bien el director general del Complejo Teatral de Bueno Aires (CTBA), Jorge Telerman, aseguró que los daños no habían sido graves, el hecho del ingreso de tanta agua, que llegó a alcanzar los tobillos de los trabajadores, hace pensar en el poco cuidado que el gobierno de la ciudad le da al teatro más importante del país.
Similar suerte corrió el teatro San Martín, ubicado en el barrio de San Nicolás, que amaneció con bastante agua en sus pasillos principales, y debió levantar las funciones de sus obras El casamiento, de Witold Gombrowicz, y Las amargas lágrimas de Petra Von Kant, de Rainer Werner Fassbinder. La cancelación de las obras en el teatro San Martín cobra mucha más importancia sabiendo que ha sido remodelado recientemente. Luego de estar 18 meses clausurado y 5 años en reparación, el teatro ha abierto sus puertas menos de un año atrás (exactamente el 24 de Mayo de 2017) por lo que cuesta entender cómo logró ingresar el agua e inundar los pasillos de un edificio que ha sido reabierto poco tiempo atrás y pone en tela de juicio la calidad de la obra, llevada a cabo por el ministerio de desarrollo urbano, y coordinada por el CTBA. Las reparaciones comenzaron en 2012 y tuvieron un costo aproximado de 400 millones de pesos. Sin embargo, el edificio no pudo resistir al temporal y debió cambiar su programación. Los daños reales ocasionados en los teatros se sabrán después del cese de las tormentas, cuando se pueda acceder a todos los sectores afectados. Ponele que la cultura no está entre las prioridades del Gobierno de la Ciudad.