Liliana Felipe es una compositora, pianista y cantante nacionalizada mexicana de origen argentino. Nacida en 1954, Felipe tuvo que exiliarse en México en 1978 luego de que la dictadura militar hiciera desaparecer a su hermana y su cuñado. Allí, en el país hoy presidido por Andrés Manuel López Obrador, desarrolló toda su carrera musical, que incluyó colaboraciones con músicos como Alfredo Zitarrosa o Viviana Faesler. Y en México también desarrolló su activismo político, donde por ejemplo brindó talleres de empoderamiento para mujeres indígenas y campesinas.
En Twitter se define como “Cabaretera, clerofóbica, antitaurina, menopáusica, antiespecista, vegana y MORENA”. Y algo de todo eso tuvo su show, que se presentó varias.noches de agosto en el Torcuato Tasso, en el barrio de San Telmo. Su espectáculo mostró un espíritu irreverente y desafiante: además de los aplausos, el público osciló entre la emoción, la risa, y la incomodidad.
En la función a la que asistimos, la mitad estuvo dedicada a la exposición de la ideología antiespecista, con proyecciones que ilustraban la explotación de animales, a la par que presentaba a sus mascotas, entre canciones cuyas letras acompañaban las temáticas, o que incluso daban cuenta del proceso creativo, contando las modificaciones que la propia artista había introducido en base a su deconstrucción. Pasada una hora del show, entre risas, la artista dijo “Listo, terminó la veganalización”. Para ella todas las explotaciones van de la mano.
Artista y activista
La propuesta de Felipe no se limitó, sin embargo, a cantar y a desarrollar su performance. Luego, invitó a referentes del feminismo popular de nuestro país a subir al escenario. Otro salto al vacío, que la muestra como una artista que, además de presentar lo que hace, se interesa por el público y por sus luchas. Cuando preguntó quién quería hablar, y tras un silencio y titubeos, Daniela Emma Castro, referente del Movimiento Popular La Dignidad de Mar del Plata y de la comunidad LGBTIQ, tomó el micrófono y dijo:
“Las mujeres que luchamos, todas, cada día desde nuestro lugar, desde lo que hacemos y lo que no hace también, lucha porque vivamos, como vos decías en un país donde la inclusión exista, donde no exista la violencia, de esa violencia que vos hablas, de esa que indiscutidamente muchas de nosotras somos parte, por eso remarco lo fantástico del aprendizaje, y desde la cultura, que es realmente lo que necesitamos para hermanar este feminismo que estamos haciendo nosotras todos los días. Muchísimas gracias a vos, al lugar, que las voces no están en silencio, que están representadas y debemos gritar cada vez más fuerte”.
Luego, buena parte del público fue invitada a sentarse en el escenario, las luces se apagaron y una proyección recorrió la historia de la lucha feminista. El piano, colmado de pañuelos verdes y naranjas, hizo sonar sus notas más emotivas con “Las mismas de siempre”.
Liliana Felipe no dejó frente sin tocar. La lucha, para ella, es antiespecista, antipatriarcal y anticapitalista, y también es musical.