Cuando pensamos en un museo, lo primero que se nos viene a la cabeza son pinturas de renombre, legendarias, como la Gioconda o La Última Cena. También pensamos en esculturas, y por qué no, en museos históricos o de ciencias naturales. Sin embargo, los únicos museos no son el tradicional Louvre o el MOMA; no se sabe con exactitud cuántos museos hay en el mundo, pero según el Consejo Internacional de Museos, existen al menos 55.000. Tan sólo en la Argentina la cifra es de casi 900 establecimientos. Museos convencionales no faltan; sin embargo, entre tantos miles de museos, también encontramos muchos muy poco ortodoxos, que abordan las temáticas más variadas. A continuación los ocho museos más bizarros del mundo:
Faloteca Nacional (Reykjavík, Islandia)
Un museo dedicado al órgano más medido y valorado por los hombres: el pene. Así como leés, se trata de una galería que expone distintos falos. Tiene una sección de carácter biológico en el que se muestran miembros de mamíferos característicos de Islandia, e incluso uno humano. Pero también cuenta con una sección humorística en la que se ilustran cómo serían los penes de icónicas personalidades de la historia como Hitler o Einstein.
Museo del cabello (Avanos, Turquía)
En este excéntrico museo podés encontrar mechones de pelo de más de 16.000 mujeres. El dueño, Galip Körükü –un conocido ceramista – comenzó su colección cuando una amiga suya tuvo que mudarse y le dejó de recuerdo un mechón de pelo. Cada vez que contaba su historia a una mujer, ésta imitaba el gesto y le dejaba un mechón de su propio cabello. Así, casi sin quererlo, Galip fue acumulando mechas de pelo hasta llegar a su actual colección.
Museo del Arte Malo (Somerville,Estados Unidos)
Los museos originalmente fueron creados para exponer obras de arte consideradas bellas, de excelencia. Paradójicamente, actualmente existe uno dedicado a las peores obras de arte de la historia. En este museo sólo se admiten obras que hayan sido creadas con un propósito serio, con la intención de que fueran buenas, además de mostrar originalidad. ¿Serán como los chistes que son tan malos que cumplen su función y dan risa?
Museo de los fideos instantáneos (Yokohama, Japón)
El verdadero nombre es Museo Cup Noodle, debido a que ésta fue la empresa que creó en 1971 los famosos MaruChan. En el museo podés descubrir la historia de la marca y la evolución de esta práctica comida, así como sus distintos gustos. Incluso podés crear tus propios fideos instantáneos, eligiendo el gusto y los toppings.
Museo de los Vampiros (París, Francia)
En un antiguo caserón parisino se exhibe una colección de películas, carteleras, libros y otros objetos relativos a Drácula, fantasmas y zombies. Vas a encontrar también kits mata vampiros, y una gran colección de estacas, crucifijos y rastra de ajos. La cultura relativa a vampiros y demonios es muy rica y antigua en países como Francia, Alemania y, por supuesto, Rumania, y puede ser apreciada en este peculiar museo.
Museo del Inodoro (Praga, República Checa)
Si bien no es el único museo que aborda este tema, su dueño afirma que es el más completo. En el podemos encontrar todo tipo de inodoros y recipientes relacionados a las necesidades básicas. Los hay de distintas épocas, materiales y tamaños: desde antiguas y básicas sillas de madera con un agujero en el medio, hasta elegantes y bellos inodoros de porcelana.
Museo de las cucarachas (Texas, Estados Unidos)
Si apenas ves una cucaracha en tu casa corrés a los gritos o llenas la habitación de Raid, no te recomendamos este museo. Con una sección de estos insectos vivos procedentes de distintas partes del mundo, también podés encontrar una gran cantidad de especímenes disecados, así como una curiosa colección de cucarachas disfrazadas de personalidades como Elvis Presley, Marilyn Monroe, y, por qué no, incluso un Papá Noel versión cucaracha.
Museo de la anticoncepción y el aborto (Viena, Austria)
En esta capital europea podemos encontrar este museo en el que se muestra la historia y evolución de los métodos anticonceptivos y del aborto, un tema tan presente en nuestra sociedad actual y que a la vez es un gran tabú.
Se muestran métodos anticonceptivos de todo tipo, desde un precario preservativo hecho de tripa de animal hasta un tapón para la uretra. También se exponen los distintos artefactos utilizados para realizar abortos, antes de que éste fuera legal en la mayoría de los países europeos: desde una lavadora manual hasta objetos punzantes. ¿Llegará el día en que en nuestro país también podremos describir al aborto realizado con una percha como una abominación del pasado, y no como algo habitual en las clases bajas? Ponele que sí, ojalá que sí.