Casi un secreto a voces, un boca a boca posmoderno a través de herméticos grupos de WhatsApp o Telegram. Las invitaciones, unas 400, llegan a las casillas de mail y convocan formalmente a llegar hasta Brasil; del resto se encargan ellos. Más exactamente, hasta una extensa quinta en Santa Luzia, en el estado de Minas Gerais, a unos 40 km de la ciudad de Belo Horizonte, donde hace cuatro años la selección local recibía la samba robótica de Alemania en aquel recordado 1-7 por las semifinales de la Copa del Mundo.
La organización te pasa a buscar por el aeropuerto y ya con cruzar los infinitos suburbios mineiros recibís la enormidad de este país, un territorio desmesurado repleto de barrios humildes o casi abandonados, un subcontinente áspero y vibrante dentro de Latinoamérica. La misma sensación tenés cuando empieza el Congreso de Fora do Eixo, el movimiento cultural, político e ideológico más innovador y controvertido desde hace algunos años en Brasil. Durante los próximos días esta quinta se llenará con delegaciones y caravanas de jóvenes a los que no les alcanza con ser simplemente usuarios de redes sociales, que no quieren ver pasar la época por delante suyo.
Fora do Eixo convoca desde hace más de diez años a quienes, como su nombre lo indica, están fuera del eje: artistas de la escena independiente, fotoperiodistas, escritores, hackers, activistas feministas, LGBT y con capacidades diferentes, gurús de la espiritualidad, catedráticos universitarios, militantes de los Sin Techo, los Sin Tierra y de movimientos indígenas, ambientalistas e incluso vendrá la campaña de Guilherme Boulos, el candidato a presidente más joven y prometedor de la historia brasileña. Todos y todas se reúnen para romper la virtualidad cotidiana, conocerse cara a cara y fortalecer los vínculos de amistad y colaboración que los convoca en esta verdadera cultura de red.
el día que le ganaron a O Globo
Hacía cinco años que Pablo Capilé y el resto de las cabezas que lideran Fora do Eixo no lograban organizar uno de estos congresos generales del movimiento, aunque si no lo hicieron no fue por pereza: en este momento están ocupados, entre mil proyectos, en disputar una titánica pero también sutil batalla contra los medios de comunicación tradicionales en Brasil a través de Mídia Ninja, lo que llaman el “frente comunicacional”.
Capilé, 38 años, pelo enrulado, jogging Adidas y ojotas, ejemplifica con una reciente situación histórica: el día en que Lula Da Silva, ex presidente y acusado sin pruebas de aceptar coimas, dio su último discurso antes de entregarse a la Policía Federal, la transmisión en vivo por redes que hizo Mídia Ninja superó en rating a O Globo, una especie de ultra Grupo Clarín en el vecino país.
“Siempre tenemos las mejores fotos, producimos los mejores videos y estamos en el lugar correcto a la hora señalada; es por eso que Mídia Ninja no para de crecer en seguidores y de sumar colaboradores que también quieren vivir el ninjismo para relatar su realidad”, dice Pablo, e inmediatamente recuerda que Fora do Eixo comenzó con la misma energía en Cuiabá, la capital del estado de Mato Grosso, como una red de contactos entre la escena musical indie. Fora do Eixo rompió de a poco con la estratificada forma de pegarla: si las discográficas no nos dan bola, armemos nuestro propio sello; si los festivales no vienen hasta nuestra ciudad, convoquemos uno propio mucho mejor y auténtico. Hoy esa lógica de intercambio con sus fans produce grandes dividendos para autogestionarse: cuentan con dos millones de suscriptores que aportan algunos reales por mes para sostener el proyecto.
profesionalismo y comunidad
Con los años, el crecimiento de esa red de contactos y trueques de favores llevó a los integrantes a una dedicación full time, por lo que decidieron vivir en comunidad. De a poco, el trabajo y la vida confluyeron para ellos y ellas en una militancia política que parte siempre desde la cultura y las ideas. Por eso este Congreso estuvo repleto de actividades para intentar mirar un poco más allá, para vivir en estado de utopía permanente.
Mirá un resumen en imágenes del Congreso Fora do Eixo ingresando acá.
Talleres sobre el futuro de internet y el programador como el obrero del siglo XXI; encuentros de articulación entre organizaciones feministas de Argentina, Bolivia, Venezuela y Uruguay; conferencias sobre mediactivismo con representantes de todos los rincones del Brasil profundo, así como la participación del colectivo Emergentes y La Garganta Poderosa de nuestro país; hasta espacios de experimentación con DMT. Romper con el horizonte opresivo que la sociedad impone, ese parece ser el objetivo. Y por la noche, fogón de excelentes cantautores jóvenes, fiestas hasta bien entrada la madrugada, y un aire de libertad plena.
“Por mucho tiempo, en Fora do Eixo creímos ser una muy buena tabla de surf, porque lográbamos remontar las olas que venían con muy buen timming. Pero a medida que se repetían las buenas intuiciones para surfear, nos dimos cuenta que no éramos la tabla: somos la ola”, afirma convencido y optimista Pablo Capilé. Tras cuatro días, esta quinta arbolada y pacífica se va vaciando, el Congreso de Fora do Eixo se acaba. Apenas quedamos los argentinos a los que el reciente paro de transportes deja unas horas más con los pies en la tierra de Neymar para ver por la tele el sufrimiento y éxtasis final de Argentina – Nigeria.
Se respira distinto entre estos militantes del mañana, jovencísima generación de futuros líderes políticos y sociales de Brasil. Son como cualquiera, apenas podrías distinguirlos si te los cruzaras por la calle. Pero ahí están, ninjas, hackeando la realidad. Si mirás con atención es imposible que no los veas.
Por Sebastián Rodríguez Mora
Fotos: Mídia Ninja