Quienes a principios de este siglo nos la pasamos corriendo de un recital a otro cada tanto caemos en la costumbre nostálgica de escuchar en Spotify qué tan bien envejecieron algunas de las bandas que adorábamos. Y si bien muchas canciones nos siguen pareciendo muy buenas –como Nerdkids con “Videos + discos”, como The Calefons con “El baile del marsupial”–, enseguida las olvidamos y pasamos a otra cosa. No pasa eso con la banda que hizo videos de YouTube y años después sigue fascinando, los únicos que supieron ser más Peter Capusotto que Peter Capusotto y, a la vez, más Illya Kuryaki que Illya Kuryaki. Estoy hablando de PoxyClub.
Es que este supergrupo de solo dos integrantes, Rorro y Mate, sigue igual de fresco que un tiempo atrás. Su repertorio no llega a la veintena de temas y en él todo tiene el mismo poder: lo audiovisual es igual de potente que el beat, el autotune está tan saturado como la lírica ultrasórdida, la mezcla de ritmos es igual de contemporánea que el humor político y televisivo. Y todo junto termina creando una obra artística que –aunque parezca tonta y burda–, al mirarla con detalle, no se le encuentran fisuras.
A través de videos en YouTube –que eran dirigidos por la hoy multipremiada dupla Edu Braun y Justo Del Acqua–, lograron decir algo que hoy todavía queremos escuchar. Los videos de “Yo quiero flashear ser pobre”, “Rugby Time”, “Quiero ser Tinelli” y “Fiesta en el bunker de Macri” generan imágenes de una saturación increíble que quiebran la pantalla de cualquier dispositivo digital y trascienden lo analógico. Porque es inevitable que quien mire una y otra vez los videos de Rorro y Mate no pase a memorizarse sus frases, como “me paqueteaste en el scrum, pero me dejaste en el primer round”, “si cae la yuta soy un pibe de Barrio Norte” o “bailando sobre nespressos”. Tranquilamente, podría decirse de PoxyClub lo mismo que dice el escritor Ariel Magnus sobre la poesía del Indio Solari: la mejor forma de disfrutarlas es no interpretarlas y cantarlas a los gritos mientras se las escucha.
En Spotify solo hay un álbum de este grupo que duró poco y nada. Se llama igual que la banda, tiene catorce canciones y no llega a los cuarenta minutos de extensión. La tapa –a la que hoy en día nadie le presta atención, pero que sirve para entender qué forma buscaban para venderse– lleva un círculo rojo, y en letras blancas aclara: “Incluye todos los hits de YouTube”. Escucharlo es un poco entender que el impacto de sus temas funciona igual que si no los viéramos bailando en los videos. El otro álbum que sacaron es uno que quedó suelto en su página de Bandcamp: se llama Children of the Matrix, y son algunos remixes de sus hits, una versión del spot publicitario de “Menem lo hizo” y otra del clásico bolichero “Rhythm of the Night”.
El fenómeno PoxyClub fue fugaz y no es descabellado pensar que por eso todavía siguen en nuestras cabezas. Al irse rápido, hicieron un show de despedida a dos años de aparecer y dejaron a sus fans con ganas de más; nos quedamos preguntándonos qué hubieran seguido cantando. ¿Qué tema le hubieran dedicado a la ministra de seguridad Pato Bullrich? ¿Cuántos videos les hubiera regalado Mauricio Macri en la presidencia? ¿Hubieran tirado un hit bailable con frases de Sergio Berni? ¿Otro, preguntándose por qué no los invitaban a participar de MasterChef? Nunca se sabrá. Solo podemos afirmar, fuerte y a los gritos, PoxyClub not dead.