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10 reflexiones de un Pesaj reloaded

El año pasado, mientras atravesábamos la fase uno del aislamiento, quienes venimos de familias con cierta dosis de judaísmo nos vimos imposibilitados de festejar Pesaj. Esta celebración –en la que se recuerda el momento en el que el pueblo judío deja de ser esclavo de Egipto y el pan tradicional es reemplazado por uno sin levadura llamado matzá– es la única que se festeja principalmente con un ritual familiar, privado y hogareño.

Muchos de los que no solemos ir a la sinagoga no rechazamos este festejo que se parece más a una cena familiar: volver a hacer lo mismo, repetirlo en un loop infinito, hace que sea el momento para reflexionar sobre la religión. Después del hueco que dejó el año anterior, esta vez parecería que los pensamientos que Pesaj suele traer vinieron por partida doble, en una dosis concentrada e intensa.

Los pongo a continuación en una lista de diez, al igual que las diez plagas que convencieron al faraón de que los judíos debían ser liberados.

1) Estar en la cena comiendo alimentos que no contienen harina con levadura y chusmeando  Twitter con el celular abajo del mantel es un clásico de clásicos. Hacerlo buscando #Pesaj es todavía mejor: así uno ve que otros tuiteros judíos comen la misma comida que uno, cantan las mismas canciones y se quejan de los mismos familiares antiaborto.

La yapa de este año fue un video en la cuenta de Twitter de Infobae en el que un rabino ultrarreligioso explicaba que en Pesaj no se come harina ni alimentos fermentados porque se recuerda el momento en el que el pueblo judío, apurado por dejar de ser esclavo, no pudo esperar a que levara el pan. Esa prohibición de los fermentados, dice, hace que no se pueda tampoco tomar alcohol, e insistía en que ahora tampoco puede usarse el famoso alcohol en gel.

2) Vuelve el recuerdo en esta fecha de ver el sorprendente y confuso sandwich de matzá, ese pan sin levadura que se debe comer, acompañado con jamón y queso. Quienes acostumbraban a comerlo solían aclarar que respetaban la prohibición de no comer harina, pero no la de la dieta kasher, que incluye no comer cerdo.

3) En nuestra infancia de niños judíos con juegos de computadora que tenían enseñanzas bíblicas, adorábamos jugar por esta fecha al Pesaj Interactivo. Venía en CD, con gráficos en alta resolución, y era una especie de Sims de la cena ritual. Al ir clickeando, se desplegaban partes de la Biblia, aparecía Moisés abriendo el mar en dos, se reproducían las diez plagas, se cantaban las canciones típicas. Nos educábamos y nos divertíamos, all in one. Imágenes de ese juego olvidado salen y se plantan frente a nosotros en medio de la cena.

4) Últimamente se insiste mucho con la posibilidad de hacer matzá casera, con nuestro horno, ahorrándonos de comprar la importada. Es tan fácil como hacer pan común, no agregarle levadura, meterlo al horno y después pincharlo. La tradición insiste con que todo el proceso no debería durar más de 18 minutos, buscando evitar cualquier tipo de fermentación. Eso es todo, amigues.

5) Hace muchos años, los actores de Rebelde Way se fotografiaron comiendo matzá. Todos los años vuelvo a encontrarme con la foto, y, aunque siempre sigo la costumbre de buscar información, nunca encontré mucho al respecto. La única data, revelada por una de las fotos, es que estaban en el hotel Sheraton de Tel Aviv. Rebelde Way fue una serie de muchísimo éxito en Israel.

6) Comparar cómo va cambiando el ritual de Pesaj es una forma de ejercitar la memoria. Al ser un acto religioso hogareño, no tiene intervención de guías profesionales. Por eso, básicamente, se hace lo que se quiere o se puede. Haciendo memoria, recordando qué se hacía cuando uno era chico y qué se hace ahora, uno encuentra diferencias y similitudes. El tiempo va raspando el ritual, algunas cosas caen, otras quedan, unas vuelven, otras desaparecen y son olvidadas hasta que, tal vez, alguien vuelve a rescatarlas. Y así todo, hasta que llegue el Mesías.

7) Al igual que los católicos ven especiales televisivos de Navidad, los judíos vemos especiales de Pesaj. Uno de esos, a mi parecer el mejor, es el de Rugrats, conocida en Latinoamérica con el nombre de “Aventuras en pañales”. En el capítulo veintiséis de la serie se recrea el ritual de Pesaj y la historia de los judíos contra el faraón. Este dato va para quienes vieron la serie en Nickelodeon: Tomi es Moisés, Angélica es el faraón, Carlitos es la mano derecho de Moisés y las gemelas son parte del pueblo judío que sale de Egipto. Una maravilla.

8) Parte del ritual es hablar de qué está pasando en Israel. El tema de conversación de este año fue sobre los fabricantes de matzá israelíes que insisten con que deben dejarles subir los precios. Es complicado, en un país de mayoría judía, comprar matzá para estas fechas. Es un tema esencial, y los precios deben ser no tan exclusivos. Los fabricantes son conscientes de estos problemas, pero dicen que les aumentaron los costos y que muchas fábricas que se dedicaban exclusivamente a este producto tuvieron que cerrar. A esto hay que sumarle que este es un año electoral.

9) Muchos de quienes fuimos criados en una familia judía renegábamos de la costumbre de nuestros padres de no comer pan por estas fechas. Nos veíamos obligados a meter, clandestinamente, panificados al hogar. Los escondíamos en nuestro cuarto, devorábamos galletitas a escondidas, untábamos rápido una tostada, disfrutábamos del sabor de hacer algo ilegal.

10) Por último, algo del ritual en sí y no tanto de lo que lo rodea. Antes de ser famoso, Darío Sztajnszrajber recorría casas de familias judías y daba charlas con el objetivo de hacer reflexionar. En una de esas charlas, pude escucharlo insistir con la idea de no ser muy exigentes con los rituales, de tomarlos como nosotros queramos y hacerlos nuestros, adaptarlos a nuestra vida cotidiana de personas contemporáneas. Escuché a muchos gritarle con enojo, tratarlo de tira bombas y ateo anarquista enmascarado de judío.  Años después, viendo que los rituales religiosos son muchísimo más amenos cuando se hace lo que tiene ganas de hacerse, muchos de los no tan rigurosos con la religión le darían la razón.

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