El lunes 14 y el jueves 17 de septiembre las escritoras Caro Rodriguero y Sol Aguirre llevarán adelante dos encuentros que se enmarcan en una propuesta a la que denominaron Laboratorio sensible de lectoescritura. En sus palabras, se trata de apuntar hacia una poética afectiva, “con la lectoescritura como descubrimiento común, la experimentación como potencia y lo lúdico como motor”.
¿Pueden contar un poco más?
Consideramos a la literatura como una posibilidad de encuentro, aún en tiempos de distanciamiento social, por eso con el Laboratorio Sensible de Lectoescritura queremos proponer a los procesos de lectura y escritura como prácticas sensibles y afectivas. Serán dos días de laboratorio, lunes 14 y jueves 17, de 19 a 21hs. En modalidad virtual, claro.
¿Y de qué manera se pone en juego la lectoescritura como práctica sensible?
La idea es generar una propuesta lúdica de encuentro e indagación para armar una comunidad efímera que haga cosas con palabras pero también que le haga cosas a las palabras. Tanto el leer como el escribir suponen un hacer, por eso queremos ensayar experimentos para probar otros modos de decir y leer. Lo que pretendemos es que se genere una trama colectiva entre lxs participantes, para ir poniendo a prueba diferentes maneras poéticas de atravesar, con el cuerpo, las palabras.
¿Cómo se dividen los encuentros?
En el primero, después de alguna dinámica sencilla para presentarnos, realizaremos una lectura en común de un corpus de fragmentos de textos diversxs autores, confeccionado por nosotras, que en general hablan sobre las distintas maneras de entender lo literario, aunque no se limitan solo a esto. Después habrá impresiones, comentarios e inquietudes que surjan de esa lectura.
En el segundo encuentro habrá actividades para poner en juego operaciones de montaje de textos, imágenes y voces. Así, en ambas instancias, activaremos intervenciones, que podrán entenderse como “obras”, a partir de la dinámica conjunta. Lo importante es atravesar en conjunto estos procesos e ir armando un tejido textual que nos implique de manera sensible.
¿Cuál es la búsqueda de este taller?
El foco del laboratorio está en la lectoescritura como un proceso en el que no se puede distinguir claramente una cosa de la otra. Porque por ejemplo, leer es una manera de escribir. Entonces relacionamos lecturas y eso va generando otro texto, y buscamos desestabilizar modos normalizadores y codificados de leer y escribir que obran como prácticas regulatorias del cuerpo, para probar modos más singulares. Este intento de desteologizar el proceso de lectoescritura es, en definitiva, un gesto político porque supone resquebrajar sermones y prescripciones que rigen al momento de emprender la práctica e impiden transitarla como un recorrido que va activando palabras sobre el papel. Lo que pretendemos es arriesgar posibilidades poéticas para articular una experiencia en común de cuerpo-lenguaje y… pantalla.
¿Cuáles son los requisitos?
Entusiasmo y ganas de hacer cosas con palabras, de acostarlas o despegarlas del papel para intervenirlas. Ese es el único requisito. No es necesario que lxs participantes cuenten con textos propios o que conozcan determinadxs autores para aventurarse a participar, ya que la propuesta incluye una especie de material emancipatorio. Es decir, que pondremos a disposición fragmentos de textos que les pueden servir de disparador para acercarse amigablemente a algunas lecturas, así como también dinámicas de escritura a través de la apropiación o el montaje de textos ajenos y de experimentos con la materialidad de las palabras.
¿El distanciamiento social y la virtualidad limitan de alguna forma esta generación de “comunidad”?
Creemos que este contexto habilita a repensar lo colectivo. No tenemos la posibilidad del “cuerpo presente”, entonces, aunque nos contactaremos a través de la pantalla, también buscamos generar una experiencia corporal y de contacto. Es otro modo de poner el cuerpo de acuerdo a las posibilidades que tenemos en este contexto, en el que sin dudas tenemos que mantenernos en actividad poética y sensible. Por eso gestamos este laboratorio para compartir algunas formas de escribir y de leer que nos interesan.
¿Está limitado a la poesía?
No. En el laboratorio vamos a experimentar con las posibilidades poéticas de la palabra escrita y oral, con su sentido y sonido, a partir de una interrelación entre poesía, narrativa, filosofía. Inclusive animándonos a que el texto “dialogue” con imágenes, con las que también trabajaremos en esos montajes de los que hablábamos antes.
¿Cómo es la inscripción?
Nos pueden realizar consultas y escribir al mail: laboratoriolectoescritura@gmail.com.