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Tres íconos británicos que pudieron haber sido Jack el Destripador

Entre los asesinos más famosos de la historia, el nombre que quizás se sube a la cima en cuando a conocimiento popular es el de Jack el Destripador. Este sanguinario asesino tomó la vida de cinco mujeres en un lapso de tres meses durante el año 1888 en la cosmopolita ciudad de Londres. Lo llamativo de este personaje muy popular de la cultura británica remonta no solo en sus métodos quirúrgicamente precisos y su patrón de victimas (todas mujeres divorciadas, con hijos y dedicadas a la prostitución), sino también el hecho de que jamás se encontró al culpable de los asesinatos. La última víctima, Mary Jane Kelly, irlandesa de 25 años, fue también la más sanguinaria, ya que además de presentar el clásico corte ventral, marca registrada del asesino, se encontraba con el rostro mutilado y las vísceras colocadas en la mesa de noche.
La identidad del famoso asesino ha tenido múltiples opciones a lo largo de los años, ya sea barajadas por la policía de dicho momento, conjeturas de la prensa o bien mitos urbanos que han surgido con los años. He aquí tres casos de figuras populares de la cultura británica que podrían haber estado en la piel del asesino más famoso de Europa:

1. Lewis Carroll: el famoso escritor de novelas como “Alicia en el país de las maravillas” siempre fue considerado un soñador delirante, pero inofensivo. Sin embargo, el autor Richard Wallace acusó al ya difunto Carroll en el año 1996 de haber sido el autor de dichos crímenes, basándose en supuestos mensajes crípticos que dejó en sus obras sobre los métodos de asesinato, diecinueve años antes de que comenzara la ola de muerte. Lo cierto es que, para 1888, Carroll oscilaba los sesenta años y era muy difícil que un hombre de su edad realizara tamaño esfuerzo físico.

2. Winston Churchill: esta débil teoría se basa en rumores populares y conjeturas, aunque hay detractores de la masonería que la sostienen con firmeza. Winston, primer ministro del Reino Unido durante la segunda guerra mundial, tenía 14 años en el momento en el que se desarrollaron los asesinatos, pero no está acusado de ser el cerebro de la operación, sino de ayudar en estos asesinatos rituales a su padre Lord Randolph Churchill Spencer, aristócrata masón, y a William Gull, cirujano que se encargaba de la extracción de órganos.

3. Sir Arthur Conan Doyle: quizás la teoría más fuerte y renombrada de estas tres. Conan Doyle era un hombre inteligente, culto, pícaro y conocido por las familias londinenses de la época, aunque sus obras de mayor calibre no habían visto la luz aún. Además, fue participe de la investigación como ayudante de la policía en búsqueda de la identidad del asesino, quien era visto como un loco irracional debido a la carta que había entregado a la prensa. Pero, ¿Y si estamos ante un caso digno de “Doctor Jekyll y Mr. Hyde”? El posterior estudio de la carta por parte de grafólogos indicaron que, a pesar de que se encontraron signos de locura, se trataba de un hombre, culto, inteligente y pícaro. Sumado a esto, un testimonio indica que se vio a la segunda víctima, Elizabeth Stride, junto a un hombre que usaba un gorro de caza durante la noche de su muerte. El mismo gorro que Sherlock Holmes popularizó años después. ¿Y si el lado intelectual y amable de Conan Doyle se correspondía con la personalidad de Sherlock, y su versión pasional y sanguinaria se reflejaba con Moriarty, villano del popular detective?
¿Y vos? ¿Tenés tu propia teoría conspirativa sobre los asesinatos de nuestro país? A fin de cuentas, ¿alguien piensa que Alfredo Yabrán está muerto?

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