Ante los primeros atisbos del verano con temperaturas de 30 grados, junto con tormentas persistentes, 90 mil hogares se vieron afectados por cortes de luz en los últimos quince días. Hasta el CCK padeció las bajas de tensión durante el G20.
La energía, una fiesta para el macrismo
Más del 85% de los damnificados fueron usuarios de Edesur, empresa de la cual, casualmente, uno de los principales accionistas es Nicolás Caputo, “hermano de la vida” de Macri según sus propias palabras, que se ha visto generosamente beneficiado desde que el PRO comenzó a gobernar en la Ciudad y aún más desde la victoria presidencial.
En Ciudad y Gran Buenos Aires, la luz es el servicio que más aumentos acumula de todos: cerca del 2000% en lo que va de la gestión de Cambiemos. El mismo Mauricio Macri admitió a mediados de año que habían “subestimado” el peso del ajuste en el área de tarifas para el índice de inflación y para la situación económica de de la clase media.
Luego de tales declaraciones, podría esperarse el cese, al menos temporario, de los marcados aumentos; sin embargo, dos meses después, en agosto -mes en el cual ya se acumulaba más del 100% anual de aumento-, se decidió alzar la tarifa un 24,4% más en promedio en el área metropolitana.
La decisión la anunció el flamante Secretario de Energía Javier Iguacel, que tiempo después intentó imponer un aumento extra de 24 cuotas en las tarifas de gas para “compensar” a las empresas gasíferas por la fuerte devaluación; mientras tanto, desde 2015, el salario y jubilación mínimos perdieron casi la mitad de su valor en dólares.
Gobernar para los ricos
En líneas generales, los más damnificados por los brutales aumentos fueron los hogares de menor consumo, es decir de las primeras cuatro categorías -hasta 500kV por mes-, rangos entre los que se encuentra gran parte de los usuarios.
Otro sector muy damnificado por el alza de los servicios fueron las PyMEs, que no sólo deben soportar la apertur de importaciones y una caída del consumo de casi 3% en lo que va del año, sino que también algunas de ellas necesitaron vender hasta 14 veces más para cubrir el costo de la energía en relación a 2015 según un estudio de la CGERA (Confederación General Empresaria de la República Argentina).
La actual gestión lo percibió como una injusta política de diferenciación entre Buenos Aires y el resto del país, y como una de los causas principales de un elemento central de la “pesada herencia”: el déficit fiscal. La quita de subsidios (gradual pero incesante) afecta sobre todo a las clases medias, que no se ven alcanzados por la tarifa social, y que deben afrontar constantes aumentos en todos los servicios, junto con un índice de inflación estimado de casi 50% para fin de este año y una drástica devaluación de su salario.
El aumento que no tiene techo
El plan de aumentar el servicio de electricidad fue anunciado desde antes que comenzara la gestión de Cambiemos, pero el que fue el primer ministro de energía de Macri, Juan José Aranguren, argumentó la medida con la excusa de que así se podría solucionar “el problema fundamental de la falta de inversión” y mejorar la calidad del servicio, evitando los cortes tan recurrentes y duraderos.
Éste también fue la justificación de los tarifazos que dio Macri en repetidas oportunidades; sin embargo, luego de casi tres años de gestión y las altísimas tasas de aumento, los usuarios de Edesur y Edenor siguen sufriendo cortes de luz al menor incremento de la sensación térmica. La diferencia es que, ahora, hay hogares que están pagando hasta diez mil pesos de luz por mes.