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Argentinxs por el mundo #6 – Wellington: “Me di cuenta de que es importante invertir tiempo en cuidar la mente”

Desde hace poco más de cuatro años Tomás Ballefin Benites vive con su novia en Nueva Zelanda. Si bien cuenta que su pasión es la fotografía y que su experiencia laboral en Argentina es en otro rubro, desde que llegó a Wellington tuvo que aprender un oficio que fuera necesitado en el país. “Para poder quedarte sí o sí tenés que tener un trabajo que te haga de sponsor, por eso ahora trabajo para una compañía como pintor de casas. Afortunadamente, en este lado del mundo, tengas el trabajo que tengas, el nivel de vida es muy bueno”.

¿Y cómo es la situación en tu ciudad con la cuarentena?

El Gobierno dividió los estados de confinamiento en 4 niveles, siendo 4 el más estricto, que duró cinco semanas, y 1 el más relajado, que es el que estamos viviendo ahora. A fines de mayo volvió toda a la pseudo normalidad, ya que aunque estemos todos trabajando las fronteras siguen cerradas. Durante el nivel más estricto los únicos comercios abiertos fueron las farmacias, almacenes y supermercados. El confinamiento se cumplió correctamente y, más allá de algún caso excepcional, funcionó todo bien. Podíamos salir a hacer ejercicio hasta 2km lejos de casa y sostuvimos un sistema de “burbujas”, donde pedían que te mantuvieras con aquellos con los que estabas haciendo la cuarentena.

Al supermercado podía ir una persona por burbuja y los 2 metros de distancia estaban señalizados en todos los comercios. De esta forma se logró tener 0 casos de covid durante varias semanas. La Primera Ministra, Jacinda Ardern, junto con el viceministro de Salud, dio un comunicado diario mientras duró el nivel más estricto. A este gobierno también le tocó vivir por primera vez en el país una masacre en una mezquita el año pasado y la erupción de un volcán, que dejó varios muertos. Durante la cuarentena todos los trabajadores recibieron al menos el 80% de su sueldo a través de un subsidio que también fue para las empresas. Hace dos semanas retomaron los vuelos de repatriación y reaparecieron algunos casos, pero con mayor control, ya que ahora Auckland es la única ciudad por la que se puede ingresar al país. A favor de Nueva Zelanda hay que decir que son dos islas y viven en total 5 millones de personas.  Y como dato de color cuento que al Ministro de Salud lo echaron hace muy poquito, cuando se lograron los 0 casos en el país, porque lo vieron andando en bici mucho más lejos que los 2 km permitidos desde su casa.

¿Qué cambios notaste en tu vida cotidiana? ¿Tenés nuevos hábitos ligados a la pandemia?

Al ser inmigrante, aprendiendo el idioma y tratando de hacerme un lugar en este país, desde que llegué no paré de trabajar. Siento que la pandemia me dio la “oportunidad” para poder descansar por primera vez después de mucho tiempo. Me di cuenta de lo importante que es invertir tiempo en cuidar la mente y el cuerpo. Algo que viví durante la cuarentena fue que compartí horarios más coherentes con Argentina, por lo que pude tener una comunicación más fluida con amigos, familia y seres queridos. Esto me llevó a retomar el contacto y tener una relación más parecida a la que tenía cuando estaba en Argentina, por lo que mis vínculos se fortalecieron y es un hábito que quiero mantener.

¿Qué rol ves que tienen los medios de comunicación allá?

Durante la pandemia la publicidad en los videos de Youtube era exclusivamente del gobierno informando en qué nivel de restricción estábamos y qué se esperaba de nosotros. Los medios de comunicación en general no son amarillistas y, al ser una población con índices preocupantes en el área de salud mental, usualmente bajan línea para que pidas ayuda, más ahora en este contexto de ansiedad y pandemia.

¿Creés que podemos aprender algo de todo esto?

Si no aprendemos algo de esto nos merecemos lo peor. Queda demostrado una vez más que los Estados no pueden estar gobernados por el poder económico, tiene que ser la política que aparezca en escena y haga las cosas como tiene que ser: cuidar a sus ciudadanos y garantizar -por lo menos- la vida. Por otro lado, considero crucial que la sociedad esté obligada a reflexionar, a darse cuenta de que la única forma de zafar es ayudándonos entre todos, valorando lo que tenemos, siendo más solidarios con los que no tienen las mismas posibilidades, cuidando a nuestros mayores, consumiendo en los comercios locales y agradeciendo el lujo de poder estar en una casa haciendo la cuarentena.

¿Qué es lo que más extrañas de la vida pre pandemia? ¿Y de Argentina?

De la vida pre-pandemia extraño poder proyectar más sólidamente, y la confianza que existía con el desconocido. También la posibilidad de poder ir de visita o recibir familiares (mi papá iba a venir por primera vez en abril y se canceló). Y de Argentina extraño mil cosas: la bohemia, andar en bici por todos lados a cualquier hora, los centros culturales, la pizza, las empanadas y la calidad de la carne. Extraño mi familia y amigos, el helado de dulce de leche granizado y banana split, ir a la cancha, que siempre haya algo cultural para hacer y todo lo relacionado con el festejo popular. Y un poquito, aunque no se crea, la furia porteña.

 

 

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