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Argentinxs por el mundo #7 – Miami: “Los únicos planes que hacemos son al aire libre y con gente conocida”

Luz Ortiz vive en Estados Unidos desde hace veinte años. Allá conoció a su esposo, con quien tuvo tres hijxs (de 13, 11 y 6 años) y con quien trabaja haciendo decoracion. Además, acaba de terminar el profesorado de yoga.

“Durante la pandemia me transforme en cocinera y maestra de tres chicos, y ahora estamos de vacaciones, hasta principios de septiembre, tal vez en octubre vuelven las clases presenciales”, agrega, sobre cómo fue adaptarse a estos meses de encierro y aislamiento.

¿Cómo fue la cuarentena allá y en qué situación están ahora?

En su momento se tomó bien,  se cerró todo y la gente respetó bastante. Cuando abrieron, que para mi punto de vista fue pronto, la gente empezó a descontrolar. Había gente que no conocía a nadie con Covid y descreía de lo que estaba pasando, los jóvenes descontrolaban y hacían fiestas y los adultos se dejaron de cuidar. Ahora estamos con muchos casos y, por la información que tenemos de médicos conocidos que trabajan en hospitales, la situación es grave.

¿Qué cambios notaste en tu vida cotidiana? ¿Tenés nuevos hábitos ligados a la pandemia?

La vida cotidiana cambió un montón: no vamos más a lugares cerrados, y si bien acá está todo abierto no vamos a un restaurant ni al cine ni al teatro ni al shopping. Los únicos planes que hacemos son al aire libre y con gente conocida. Volví a afirmar que lo que más me importa son los afectos y pasarla bien con amigos y que no me interesan grandes cosas, sino la simplicidad de compartir con afectos. Estar con amigos es de las cosas más importantes de la vida. Y los nuevos hábitos: el uso del barbijo, lavarme las manos a cada rato y ponerme alcohol en gel y no abrazar a mis amigos ni compartir el mate.

¿Qué rol ves que tienen los medios de comunicación allá?

Los medios juegan un papel muy importante pero a la vez peligroso, lo mismo que las redes: son un arma de doble filo. Empecé a tomar conciencia de lo que recibía y de qué fuentes venían y a pensar si eran confiables. Gracias a la pandemia me di cuenta también de la locura que significa que un tipo en redes sociales se disfrace de doctor y diga cualquier disparate y que la gente le crea. Empecé a decirles a mis amigos que miren las fuentes y que no reenvíen sin leer, sin saber qué estaban mandando. Empecé a tener más conciencia y más responsabilidad y a pedirle lo mismo al resto de la gente. Mis sobrinos me mostraron un sitio que se llama https://www.politifact.com/ que chequea los datos a ver si son reales o no. Tal vez si no hubiese estado la pandemia lo dejabas pasar o no te compenetrabas tanto porque no tenías el tiempo, pero es algo importante, es una responsabilidad que tenemos los ciudadanos de elegir y de saber cómo encaramos la información que nos llega.

¿Creés que se puede aprender algo de todo esto?

Se puede aprender mucho y al mismo tiempo se puede sacar lo peor de sí. En mi caso, el tema de Black Lives Matter me tocó muy de cerca, me pareció totalmente despiadado cómo actuó el policía y empecé a ver las injusticias y a darme cuenta de que esto es algo común que pasa en el país donde vivo y que no puedo ser indiferente. Fui a las marchas, mis hijos me hicieron un cartel y fui con barbijo y manteniendo distancia social y me uní a una causa que tal vez me era lejana porque nunca sufrí una injusticia de ese tipo ni tengo a nadie cerca mío que lo haya sufrido, pero me pareció importante participar. Cuando bajen los casos seguro iré a otras marchas.

En ese sentido yo siento que me abrió los ojos para poder ver al otro, al de al lado, porque a veces estamos muy metidos con nuestras rutinas y nuestras vidas. Estoy segura de que si no hubiese sido por la pandemia esto hubiese sido una historia más, un caso más, y no hubiese tenido la repercusión que tuvo en los jóvenes y en la mayoría de las personas que se levantaron y siguen protestando como nunca.

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¿Qué extrañas de Argentina?

A mi familia, que siempre le extrañé. Extraño los cafés, caminar por la calle y meterte en cualquier cafecito a tomar algo, encontrarte con alguien y charlar. Extraño también a las tanguerías, yo bailo tango así que extraño ir a bailar a cualquier hora: a la tarde en una plaza o un martes a la noche a una milonga.

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