Las elecciones en el país vecino, este domingo 18 de octubre, ocurrirán a casi un año del Golpe que derrocó a Evo Morales y después de que la presidenta de facto Jeanine Áñez restaurara una política de racismo y anti indigenismo en el Palacio Quemado.
En momentos de gran incertidumbre para la región, mientras mira el avance de la ultraderecha y permanece atenta a lo que pase el 3 de noviembre entre Trump y Biden en Estados Unidos, hablamos con dos analistas internacionales para pensar un poco en nuestro presente y futuro.
¿Se animan a hacer algún pronóstico para el domingo? Luis Arce, el candidato del MAS, ¿puede ganar en primera vuelta? ¿Ven posibilidades de fraude?
Alejandro Frenkel, politólogo, docente y becario del CONICET: No me animo con un pronóstico, pero creo que el MAS está en condiciones de sacar una diferencia en la primera vuelta. Y sí, hay posibilidades de fraude, primero por la actitud de quienes gobiernan ahora, más todo lo que es el arco de la derecha boliviana que tiene una postura claramente anti MAS y que está direccionando su campaña en evitar que gane. No me sorprendería. Hay que sumarle además que los militares y la policía van a tener un rol central en la organización de las elecciones y que va a haber una misión de la OEA, que el MAS denuncia que son los mismos observadores. Entonces sí, hay cosas para sospechar. Aunque también es cierto que va a haber otros observadores, de la Unión Europea y de otros organismos, que pueden servir para aclarar un poco la situación, pero no me sorprendería que hubiera fraude.
María Constanza Costa, politóloga, periodista y columnista en El Desorden Mundial (Crónica TV): La estrategia de Añez al bajar su candidatura tuvo un efecto positivo, porque achicó la brecha entre Luis Arce y Carlos Mesa, pero no fue del todo efectiva porque por derecha también un porcentaje de votos se fueron hacia Luis Fernando Camacho. Hacer pronósticos es apresurado, las encuestas indican que a Arce le van a faltar algunos puntos para ganar en primera vuelta.
Y con respecto al fraude: los movimientos sociales y las organizaciones políticas bolivianas están alerta y transmiten de manera constante su preocupación. Un tema sensible que no quedó saldado es el de la fiscalización internacional, las principales denuncias del MAS están relacionadas con el rol que se le volverá a dar a la OEA, y que el tribunal supremo electoral no está siendo transparente en la información que da en relación con la organización de las elecciones. Todo eso genera sospechas acerca de la posibilidad de fraude, sobre todo teniendo en cuenta el relato creado a partir de esa cuestión para habilitar el golpe .
La derecha en América Latina viene con un manual muy parecido, el de la desestabilización cuando el resultado electoral no los favorece.
En términos regionales, ¿es el peor momento para la democracia desde las últimas dictaduras?
Frenkel: Desde principios de los ’80, cuando empezó el proceso de recuperación democrática y fue un momento de mucha euforia pero al mismo tiempo de bastante debilidad, diría que sí: este es el peor momento para la democracia en los últimos 30 años.
Costa: Creo que hay un elemento al cual no se le está prestando la suficiente atención y es el crecimiento de los discursos de odio y la intolerancia, lo cual atenta directamente contra la convivencia en democracia, en ese sentido me parece que es un momento muy particular en la región y en el mundo, si a esto se le suman los intentos desestabilizadores que comenté antes, es claro que hay riesgos para la democracia.
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Por último: ¿cuánto hay en juego para el futuro de Latinoamérica en la elección de noviembre en Estados Unidos?
Costa: Está claro que si gana Biden va a haber un cambio de tono y de estilo en la política exterior, se va a regresar a un estilo más clásico. Trump rompió esa forma tradicional de la política y eso con los demócratas va a regresar. En algunas cuestiones Biden va a tratar de restaurar la política de Obama como, por ejemplo, en las relaciones con Cuba. Y con países como Brasil van a resaltar temas de agenda, como el medioambiente. El cambio de signo político en Estados Unidos no le va a resultar tan cómodo a Bolsonaro como le resulta con Trump. Será el regreso de las estrategias diplomáticas, aunque en temas álgidos como Venezuela puede primar una línea dura dentro de los demócratas, pero será diferente a la de Trump. No creo que se desplieguen grandes estrategias sobre la región porque los problemas domésticos que va a tener el nuevo gobierno van a ser muchos, sobre todo en materia económica y social.
Frenkel: Para algunos paises hay más en juego que otros, aunque para la región en su conjunto no lo creo, porque no creo que cambien demasiado los lineamientos de Estados Unidos. Sí con algunos países y con algunos temas puntuales. En Venezuela, por ejemplo, si gana Biden uno cree que va a desaparecer un poco la idea de una intervención milita, aunque no creo que haya un cambio de postura respecto de reconocer a Guaidó y de tratar de sacar a Maduro, aunque quizás no sea por la vía militar. Con Biden puede haber también una distensión con Cuba, más parecida a la de la época de Obama, más alguna política migratoria un poco más flexible.
Y si sigue Trump probablemente siga apoyando a movimientos de ultraderecha y a Bolsonaro. En el caso argentino puede impactar en las negociaciones con el FMI, pero salvo algunos casos puntuales no esperaría grandes cambios.