-Pa, ¿,a qué hora juega Denver?, pregunta Helena, de 9 años.
-Once y media, hija.
-Uh, otra vez muy tarde. Mañana me contás cómo salió y si Campazzo jugó bien.
-Dale, buenas noches, que duermas bien.
Esa escena familiar se repitió desde diciembre hasta junio en tantas noches como partidos de los Nuggets hubo durante la actual temporada de la NBA.
La presencia de Facundo Campazzo en el equipo de Denver les devolvió el interés por la liga de básquet más importante del mundo a quienes tenían ese sentimiento un poco apagado y, al mismo tiempo, despertó la curiosidad de nuevos seguidores.
La diferencia de tres horas entre los husos horarios de Denver y Buenos Aires provoca esas trasnoches de búsquedas de links para quienes decidieron no contratar el NBA League Pass. Al formar parte de la Conferencia Oeste, los Nuggets juegan la mayoría de sus partidos contra equipos de esa parte de Estados Unidos, con lo que es inusual poder mirarlos antes de las 22 hs.
¿Y por qué tanto interés en ver a Campazzo? Si bien el argentino transita su primer año en la NBA y técnicamente pertenece al grupo de novatos, su experiencia en la Liga Nacional, en Europa y en el seleccionado argentino hacen que este cordobés sea una atracción. Quienes habíamos visto jugar a Facu sabíamos que tarde o temprano se ganaría un lugar importante en el equipo. Quienes no lo conocían tanto deseaban ver al primer argentino que aterrizó en ese planeta de gigantes luego de la era Manu Ginóbili.
La permanente sonrisa y simpatía de Facu lo acercan a la gente, tanto de acá como de allá. Bromista y entrador, no tardó en entrar en confianza. Se hizo amigo de los líderes del equipo, como Nikola Jokić y Jamal Murray y también de los que rara vez juegan, como Vlatko Čančar. Sus pases inesperados, sus triples y su entrega no pasan desapercibidos. Pero hay algo más que resulta fundamental para que sintamos a Facu un tipo cercano, uno de nosotros: mide 1,79 mts (sin dudas es petiso para el deporte que practica) y hasta hace no mucho ni siquiera tenía los músculos trabajados. Era un gordito pícaro que se juntaba a comer asado y tomar fernet con los amigos.
¿Y cómo le está yendo en la NBA a este de los nuestros? Después de un período de adaptación al comienzo de la temporada, en el que jugaba poco y le pasaban menos la pelota, se ganó sus minutos en cancha. Tuvo algo de suerte con las lesiones de algunos compañeros que juegan en su puesto, pero si no hubiera cumplido con las expectativas que tenían en él, hoy miraría los partidos desde el banco o lo habrían traspasado a otro equipo.
La temporada pasada Denver Nuggets jugó la Final de la Conferencia Oeste y este año, con un equipo similar, aspira a repetir e incluso a mejorar ese resultado. La lesión de Murray, una de sus figuras, complicó ese panorama, pero las chances están. Después de una temporada regular de 72 juegos (10 menos que lo habitual por haber comenzado dos meses después), Denver se quedó con el tercer lugar de su Conferencia y está jugando una serie de playoffs al mejor de siete partidos contra el sexto, Portland Trail Blazers. En el último cruce, a pesar de un partido histórico del mejor jugador de Portland, Damian Lillard (metió 12 triples y terminó con 55 puntos), los Nuggets ganaron y sacaron ventaja de 3-2.
-Pa: ¿cómo salió Denver?
-Ganó 147-140 en doble tiempo suplementario.
-Uff, ¿a qué hora terminó?
-Tipo 1 y media
-¿Cómo jugó Facu?
-Más o menos.
-Menos mal que no me quedé despierta. ¿Y ahora cómo sigue?
-Si ganan el próximo pasan de ronda.
-Ah, ese sí que no me lo pierdo.