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Consumos bizarros de la crisis

Con el ajuste y los precios en ascenso, cambiamos nuestras rutinas casi como un acto reflejo. Quizás merodeamos más por el barrio, almorzamos algo al paso o prestamos más atención a las promociones y descuentos. Acá les presentamos una lista de productos que, con la crisis, se ganaron nuestro corazón y bolsillo. Un poco de apertura del mercado, destrucción silenciosa de la industria nacional y proliferación de cadenas locales berretas que estrangulan las economía de pequeña y mediana escala, este es un muestreo de todo eso. Productos baratos, deliciosos y simpáticos.

 

Birra con snacks: St. Wenderler en DIA%

La cerveza alemana que comercializa DIA es una figurita dificil de encontrar en la web, no sabemos mucho sobre su origen o productor. Se trata de una buena Pilsen que, más allá del maltrato por el largo viaje, tiene un sabor muy amable y suave, a primer sorbo superior a Quilmes o Brahma (las dos a $36 en DIA). Ambas de industria nacional, las más baratas del segmento pero más caras que St. Wenderler.

Hay algo en ese precio económico, su sorpresivo sabor agradable, su ubicación en las góndolas de Dia y su denominación de origen alemán que genera un efecto raro, unos segundos de umheimlich frente a las latas azules y doradas. Pero esa sensación se extingue muy rápidamente cuando, una vez fría, se consume y uno corrobora que es una cerveza como cualquier otra cuyo precio de venta es de $20 módicos pesos la lata de 500 ml. La pregunta más evidente es: ¿Quién subsidia los costos de logística? ¿Y qué diferencia habría en calidad con una Isenbeck, Schneider e incluso Quilmes?

La empresa que la produce no la comercializa en el mercado interno alemán. Es solo para exportación. En la caja donde vienen empaquetadas está traducido en los siguientes idiomas: portugués, griego, turco, catalán, checo, polaco e italiano. No solo es un monstruo multinacional de cerveza sino que, al parecer, se orienta a mercados al borde del colapso financiero.

La St. Wandeler se marida perfecto con otro gran producto del ecosistema DIA: las papas sabor crema y cebolla ($75) que compiten con Lays ($99) y Pringles ($140). Las de DIA son producidas por Super Puft Snacks Corporation, una conglomerado canadiense que también provee a la cadena Jumbo con el mismo producto. Este supermercado las vende también como marca propia pero, fiel al barniz de elitismo de la cadena, las tienen más caras que en DIA ($85). Otro ítem que nos dejará con el sabor deliciosamente barato e inolvidable del ajuste.

 

Al paso: panchos Chisap y Kentucky

Una grata sorpresas en este relevo de consumos y precios son los deliciosos panchos callejeros que provee Chisap en la mayoría de las cadenas de kioscos porteños. Chisap es una empresa argentina que elabora salchichas, hamburguesas, productos panificados y condimentos. Los locales de la marca se dedican a vender packs para fiestas donde el pan, la hamburguesa o salchicha más los aderezos están incluido en un precio siempre de oferta. También venden estos items para locales gastronómicos o consumo doméstico. Una de las variantes más originales es la venta de panchos en vía pública en kioscos que abren 24×7. La empresa les vende desde el equipamiento-una cajita de metal para hervir las salchichas que incluye también un compartimento especial donde se calienta el pan- hasta las salchichas, condimentos y papas paille, para el topping que corona la experiencia gastronómica más economica del mercado. Los precios varian segun los barrios pero el promedio es de $25 el superpancho. Una propuesta muy conveniente para almuerzos al paso. Una vez que los empezás a ver en cada kiosco no dejas de verlos más.

En segundo lugar y con otros precios está Kentucky. La cadena de pizzerías que ha replicado el espíritu vernáculo de las pizzerías de calle Corrientes, para esparcirlo por toda la ciudad. Vía neones, tipografías rojo radiante y una estética muy similar a clásicos de clasicos como Guerrin y Las Cuartetas, son la opción de pizzas al molde y empanadas que cubren una salida de un sábado o viernes a la noche. Por la ubicuidad de los locales, compiten con los locales pequeños de despacho con mostrador de los barrios de la ciudad. La promoción más conveniente incluye dos porciones de pizza con morrones o napo, más chopp de Quilmes por $125.

 

Medialunas en Costumbres Argentinas

Mientras la harina sumó un 300% de aumento en los últimos meses, la franquicia Costumbres Argentinas estimula a sus golosos clientes con ofertas y bajas sorprendentes de precios. Otra vez reaparece el extrañamiento y la pregunta acerca de cómo se da este movimiento contrario a la dinámica inflacionaria. La misma receta de precios bajos sigue la cadena Tomasso y Las medialunas del abuelo, por ejemplo. Locales que están repartidos por toda la ciudad, donde se ve a los vecinos hacer cola y donde se da, por supuesto, una competencia desleal con la clásica ‘panadería de barrio’. Allí las medialunas cuestan en promedio $10 y en panaderías más premium como Suevia, por ejemplo, $13. En estas cadenas de segunda las medialunas están $6 y las facturas $7, inclusive se encuentran empanadas a $14 la unidad o pizzas, en Tomasso por ejemplo, a $90.

 

Felices fiestas: la caja navideña de COTO

Entrar a supermercados COTO es toda una experiencia de saturación y sobreestimulación sensorial. A primera vista, el paisaje de góndolas está viciado de carteles que exclaman “Precios imposibles!”. Hay tantos que da la falsa sensación de que absolutamente todo está en oferta. Hay muchos productos mezclados: entre las primeras y segundas marcas, sobresale la marca “Ciudad del Lago”, cuya descripción señala: “Una apuesta de COTO a favor del bolsillo de la gente”. COTO tiene ofertas, tiene armas y está con vos.

Entre la superposición de materiales POP (publicidad en punto de venta), templates impresos por los empleados de marketing, encontramos la Caja Navideña como producto destacado. Se trata de un empaque de color verde transgénico, previsiblemente liviano, en cuyo interior encontramos: un pan dulce “Practipan”, una botella de Ananá fizz “Reina de España”, un budín con frutas con el sugerente nombre “Pozo” y dos garrapiñadas y turrones pequeños. Todo por un valor módico de $200 pesos. Unas fiestas, sin dudas, inolvidables.

 

Ilustración: Emiliano Ciarlante

Florencia Migliorisi

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