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¿Cuánto ayuda Cosmopolitan a que la mujer llegue al orgasmo?

El sexo es un tema cada vez más recurrente en revistas, páginas web y programas de TV. En la mayoría de los casos, se lo toma (afortunadamente) como algo saludable y positivo, se lo incentiva y los consejos para tener y dar una mejor experiencia en la cama son frecuentes.

Por lo general, en especial en las revistas más tradicionales y comerciales como Para Ti o Cosmopolitan, los artículos siguen la heteronorma al pie de la letra, asumiendo que la relación sexual siempre se da entre un hombre y una mujer. A pesar de esto, cabe reconocer que en los últimos años han demostrado un aparente -y sutil- acercamiento al feminismo, apuntando muchas veces a un mayor placer de la mujer sobre todo con los recurrentes artículos sobre posiciones sexuales o sobre consoladores; sin embargo el feminismo también es usado como una herramienta de marketing con títulos como “el perfume que te hará poderosa”. También abundan las páginas web con consejos para los hombres, en los que se “esclarecen dudas” como qué es lo que más le gusta a las mujeres en la cama, aunque la mayoría de las veces estos artículos son escritos por hombres.

Los dos grandes temas que suelen ser abordados son: la precocidad masculina en el caso de las páginas para hombres y, complementariamente, en las revistas para mujeres los consejos para lograr el orgasmo. Está naturalizado que el orgasmo de la mujer es mucho más complejo y lleva más tiempo, por lo que se toma como algo bastante normal que surja esta desincronización y seamos las mujeres las que no llegamos al orgasmo. Está establecido socialmente que somos más retorcidas y complejas que los hombres, que son más simples y “le dan menos vueltas a los asuntos”. ¿Pero es realmente así? ¿O es que de tanto decírnoslo las mujeres nos convencimos de que tenemos que buscarle un segundo sentido a todo, enrollarnos en cada cosa que ocurre, que nos dicen, que escuchamos? Cabe preguntarnos si este problema en la cama –al parecer tan común- es de origen biológico y si verdaderamente, al tardar más en alcanzar el clímax de placer, es natural que muchas veces no lo logremos. ¿No tendrá algo que ver la influencia sociocultural? Surge la eterna discusión de qué es social y qué es natural, cuestión planteada de continuo con temas como el instinto maternal, la monogamia, el género, y un larguísimo etc.

Más allá de este debate, que es constante tema de discusión entre biólogos y sociólogos, debemos preguntarnos si este problema que tienen tantas mujeres en la cama tiene tan estrecha y exclusiva relación con la precocidad del hombre como se cree. Si bien las causas dependen de cada mujer, sobre todo al tratarse de un tema tan íntimo y personal, no sería raro que las inseguridades sobre nuestro cuerpo (producto de la difusión de cánones de belleza absurdos y opresivos) estuvieran implicados, ya que es sumamente difícil vivir una sexualidad plena sin amor propio y autoestima. La represión de la libertad sexual femenina, arraigada en casi todas las culturas del mundo -en mayor o menor medida dependiendo del lugar-, también impide la experimentación libre de la mujer para poder conocer su cuerpo e incide en su placer, llegando al punto extremo de que algunas sientan culpa por estar disfrutando del coito. A esto se suma la idea –ya algo vetusta- de que la mujer sólo puede disfrutar del sexo estando enamorada o que no puede tener un encuentro de una sola noche sin “engancharse”.

Pero además de estos factores socioculturales (que son reales y tienen gran influencia) ¿Por qué nunca se plantea la posibilidad de que el hombre sea el que está haciendo algo mal? La falta de diálogo en la pareja, la ausencia de juegos previos a la penetración y el muchas veces escaso conocimiento por parte del hombre de la anatomía y el placer femenino son, frecuentemente, uno de los causales principales de la ausencia del orgasmo de la mujer.

Plantear a la mujer como complicada, exigente e incluso frígida (usado muchas veces como insulto) es muy común, pero tal vez sea hora de preguntarnos cuánto se aporta del otro lado para una experiencia sexual plena y satisfactoria.

Natalia Gherardi

Nació en el año 2000. Es ex-alumna del Nacional Buenos Aires y estudia Sociología.

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