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Crisis ecológica: “No hay una dicotomía entre economía y ambiente, es parte de lo mismo”

2020 nos puso alerta. A la pandemia y los debates sobre el modelo económico y social se les sumó, en un mismo combo, la preocupación por la cuestión ambiental. Nada nuevo, por otra parte. Pero en los últimos meses, con la quema de humedales y de bosques en distintos puntos del país, la discusión llegó a las redes sociales y los medios.

Por eso hablamos con Alejandro Inti Bonomo, Licenciado en Ciencias Ambientales, sobre algunos de estos temas: la necesidad de incorporar lo ambiental a la agenda política, el poco futuro del petróleo y Vaca Muerta y las visiones ‘antagónicas’ entre desarrollo y ecología.

Se tiene el conocimiento de que los incendios son intencionales y con fines económicos. Pero para entenderlo en detalle: ¿cómo funciona esta cadena especulativa de quema y explotación del terreno?

Los incendios del Delta del Paraná, con la quema “controlada”, funcionan de la siguiente manera: como durante el año se acumula materia seca en esa zona, se quema con el objetivo de que le dé luz al pastizal y así rebroten los pastos más palatables para el ganado. Entonces en el verano los introducen y utilizan ese pasto rebrotado. Pero hablando con cualquier productor responsable te dice que, en el marco de esta sequía, en parte causada por el cambio climático y en parte por un año seco, hacerlo es una locura e irresponsabilidad total. Entonces nos movemos en el terreno entre la negligencia y la intencionalidad. Hay que ver qué dice la Justicia, que ya tiene procesos abiertos y que desde el Ministerio de Ambiente dicen que se está demorando en sus resoluciones.

Pero sumado a esto se encontraron bidones de nafta, lo cual habla de un nivel de turbiedad que no es menor y al que hay que prestarle atención.

Si bien no es nuevo, ahora parece haber una preocupación mayor por el tema ambiental: ¿cuánto influyó la pandemia?

Hay más preocupación por tres razones: una es la pandemia, que nos puso a ver cosas que antes no estábamos viendo. En todos los ámbitos, además, no solo en el ambiental. También el personal y el laboral. Otro factor es que cada vez el cambio climático y la pérdida de diversidad están en una situación más crítica, y se están empezando a manifestar todas esas predicciones apocalípticas y delirantes que hacíamos los científicos. Recién estamos viendo el principio de esta ola de consecuencias ambientales, pero eso ya despierta un “che, estos no están locos, esto va a pasar en serio”, y nos empieza a legimitar en algo que ya estaba dicho desde hace mucho tiempo, y que va a empeorar si no cambiamos las cosas.

La tercera razón es una construcción cada vez más sólida de los sectores ambientales, que no solo van evolucionando en su discurso y en la manera en la que abordan las problemáticas sino que además se empiezan a configurar tres grandes generaciones respecto de este tema: vos tenés referentes históricos del ambientalismo, sin los cuales esto no sería absolutamente nada, tenés una gama media de personas que ya tienen algo de trayectoria y tenés a una juventud que está dándole energía y empuje al asunto. Esas tres generaciones están trabajando de manera cada vez coordinada, y hacen que el tema, ante una población más sensible, esté colando en la agenda. Pero sobre todo creo que logramos explicar cada vez más que los problemas ambientales son el origen de las desigualdades en América Latina. Y si nosotros queremos tener un continente más justo tenemos que atender esa perspectiva de la misma manera que estamos atendiendo otras que vienen pidiendo pista hace rato.

Se habla mucho de las leyes de Bosques, de Glaciares y de Humedales. ¿Por qué creés que en Argentina no se logra un cumplimiento, en el caso de las de Bosques y Glaciares, y una sanción, en el de la de Humedales?

Hay dos razones. Una es que el lugar que se le da a lo ambiental es periférico. Incluso con la buena decisión de subir Ambiente de vuelta a Ministerio siempre estamos pidiendo que se nos abran las puertas a las negociaciones, que se nos tenga en cuenta en las discusiones económicas y productivas. Pero todavía no hay una dirección ambiental en Economía o en Producción, y a Ambiente se lo llama para apagar incendios y no para generar política pública productiva.

Pero por el otro lado, desde el ambientalismo se ha identificado un defecto en la Ley de Bosques, que fue una gran ley en su momento, con buenas herramientas pero con bajo presupuesto. Pero identificamos que falta la tipificación penal de quienes la incumplen. Porque cuando vos lo dejás en la multa, a los tipos les cierra la ecuación económica: entre la posibilidad de que los agarren y de que les salga la apelación y toda esa historia, cuando les cobraste la multa ya se evaluó y la metieron en el costo económico, y les funcionó. En cambio, si vos les ponés una tipificación penal ya pueden ir presos y la ecuación les cambia.

Otro tema es de la transición hacia energías renovables: ¿qué genera seguir apostando al petróleo? ¿Qué hacemos con Vaca Muerta?

La transición hay que hacerla y hay que apostar al futuro. Siempre digo que apostar a Vaca Muerta es como que nos vendan que hay que comprar acciones de Blockbuster. Es una locura. Representa un mercado que está en disminución y en el que los precios se están cayendo en picada. Además, sostenemos un Vaca Muerta que depende del fracking, que tiene muchos costos y que es muy difícil de sostener en el futuro como algo rentable. Tenemos otras posibilidades, eso es lo loco. Las energías renovables (lo solar y lo eólico) permiten otro tipo de inversiones que no son de capitales multinacionales sino que pueden venir de capitales nacionales que desarrollen esa tecnología acá, y que la implementen. Así que es una posibilidad que estamos dejando ir por no tener la creatividad suficiente para entender cómo ensamblarla en lo nacional.

Con respecto a este tuit del sociólogo Daniel Schteingart, ¿cómo creés que se ve hoy, en 2020, esta supuesta dicotomía “desarrollo vs ambiente”?

Yo no dudo de que Dani Schteingart es un tipo que trabaja y que quiere un país mejor, e incluso después se disculpó por el tuit, así que de mi lado va a estar siempre ese apoyo, pero la realidad es que desde su Ministerio (NdR: Schteingart es Director del Centro de Estudios para la Producción en el Ministerio de Desarrollo Productivo) tienen una visión un poco anticuada de lo que es el ambiente. El ambiente es un tema que tiene que estar en una discusión central. No existe una dicotomía entre economía y ambiente, es parte de lo mismo. Cuando vas a la raíz de por qué tenemos problemas económicos, tiene que ver con los procesos extractivos. Y en todo caso lo que hay que preguntarse es cómo incorporar la economía y lo ambiental en una síntesis que responda a todas esas problemáticas.

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