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Cansados de la crueldad hacia los animales: la pacífica lucha de los activistas veganos en el país del asado

Quizás alguna vez hayas visto en la cuadra de tu casa, en el andén del subte, en la parada del colectivo o en Internet algún cartel en el que se leía “Matar animales es violencia”, “No financies la explotación animal” o “Todos somos animales”. Estas son las proclamas de Voicot, una agrupación vegana que lucha contra la el maltrato animal y el especismo (aquella discriminación que infringen los humanos a todo aquel ser que no pertenezca a su especie, es decir a los demás animales).

Ya hace un tiempo que llegaron a la Argentina grupos de activismo vegano y anti-especista, así como movimientos que no están directamente relacionados a las dietas libres de productos animales pero que abogan por los derechos de los animales, como el movimiento #SinZoo. Éste fue un colectivo que se movilizó con el objetivo del cierre (planificado y responsable) del Zoológico de Buenos Aires, que finalmente en 2016 se concretó; sin embargo las condiciones en las que esta decisión se tomó (de manera repentina) no fueron del todo claras, y tanto puestos de trabajo de cuidadores y veterinarios aún necesarios así como la salud y el futuro de muchos animales que continúan en el establecimiento, se encuentran en un limbo desde hace ya dos años. Muchos de estos animales murieron, circularon fotos y videos con jaulas llenas de ratas y en la actualidad ya se especula con la privatización del supuesto ecoparque o su incorporación al inmenso negociado inmobiliario del Gobierno de la Ciudad.

 

¿En qué consiste el activismo anti-especista?

Va desde la fijación de carteles en calles y rutas hasta la realización de las llamadas “vigilias”. Éstas son organizadas por The Save Movement, un movimiento que se inició en Canadá en 2010 y llegó el año pasado a nuestro país. Consisten en, según nos dijeron desde la agrupación, presentarse en la puerta de los mataderos para despedir a los animales en sus últimos momentos, ser testigos, y así hacer visible una realidad oculta por el sistema. Si bien las mayor parte de las vigilias se realizan en Buenos Aires, la agrupación también está presente en la Ciudad de Córdoba, Rosario y Mar del Plata. Las vigilias comenzaron en noviembre de 2017 y tienen cada vez más frecuencia: ya van por la número 28, que se llevó a cabo el 28 de junio, y se repitió el 28 de julio. Las vigilias que se realizaron en CABA tuvieron lugar en la Ganadera San Roque, en Morón. Los activistas acuden en el momento en que un camión lleno de vacas está ingresando al matadero y se acercan a ellas para que tengan su primer y único contacto humano afectuoso. La posterior difusión de los videos para concientizar a aquellas personas que siguen comiendo carne es también una parte muy importante del activismo.

Por su parte, Voicot realiza actos de concientización en lugares concurridos, llevando carteles con fotos de mataderos o de la industria láctea, dispuestos a charlar con cualquier interesado e informar sobre este movimiento que cada vez tiene más apoyo a nivel mundial. Se reparten folletos y muchas veces se ofrecen dispositivos de realidad virtual para visualizar de manera realista la vida de un animal en un criadero o feedlot.

 

El avance en derecho animal hoy

Estamos en una etapa de continua deconstrucción y desnaturalización de aquellos comportamientos “normales”, establecidos e impuestos por la sociedad. Rigen tiempos de cambio en los que varios grupos que han sido históricamente oprimidos y explotados comienzan a ser visibilizados. Los negros, las mujeres, los animales y otros grupos fueron, en la mayor parte de las sociedades, dominados y sometidos, y declarados como seres inferiores al hombre blanco privilegiado que poseía el poder. Pero de a poco los cambios van sucediendo: se abolió formalmente la esclavitud, los derechos de los trabajadores se ampliaron, se implementó el voto femenino. Se podría ubicar en esta misma línea de transformaciones el avance en los derechos de los animales (sobre todo en estos últimos años), por ejemplo al admitir al maltrato animal como delito. Por supuesto que en todas las esferas que nombramos sigue habiendo opresión y discriminación: todavía existe el odio y la violencia racial, todavía rige un patriarcado que no permite el aborto legal y produce un femicidio cada 30 horas, todavía existen las corridas de toros.

Para algunos, comer carne y derivados animales supone también un acto de maltrato animal, cargado innecesariamente de violencia que debe terminar. Sin embargo es una práctica muy arraigada socialmente y aceptada, por lo que hacerlo o no queda en cada uno. Pero, si hace poco más de 150 años era tomado como normal y correcto comprar y explotar un esclavo, lo cual ahora es considerado como una aberración, ¿es tan descabellado concebir la posibilidad de que en un futuro ocurra lo mismo con la explotación animal para consumo humano?

Natalia Ramírez Gherardi

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