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Dengue, sarampión y coronavirus: 7 preguntas a especialistas

El dengue, el sarampión y el Covid-19 (nombre oficial del coronavirus) son las tres enfermedades que tienen en la actualidad la atención principal de la comunidad médica argentina.

Las tres pertenecen al área de infectología, especialidad a la que se dedican los dos médicos con los que hablamos: Gabriela Piovano, del Hospital Muñiz; y Omar Sued, Presidente de SADI (Sociedad Argentina de Infectología) y médico de la Fundación Huésped.

1) ¿Cómo se explica el trabajo de un infectólogo?

Gabriela Piovano: De forma muy resumida, siempre digo que el infectólogo es un poco el “padre o la madre” de una institución. Es el que dice: “esto no se toca”, “lavate las manos”, “si van a hacer esto hagan aquello”… Y obviamente también hay un trabajo de investigación de campo, para ver estadísticamente (epidemiológicamente, como se le llama) el seguimiento de las enfermedades. También hay un área que tiene que ver con la comunicación, con difundir los saberes, los conceptos y las pautas para determinadas situaciones. Por ejemplo, enseñar a lavarse las manos, a hervir el agua (como cuando fue lo del cólera), usar gotitas de lavandina, enseñar cómo se limpian las superficies, cómo se descartan los elementos punzocortantes. Hay toda una rama que tiene que ver con la divulgación. Pero lamentablemente en la mayoría de los lugares de nuestro país no abundan los infectólogos, y sería necesario que se estimulara la especialidad para que más médicos se ocuparan de estos aspectos.

2) La mayor atención está puesta sobre el dengue, el sarampión y el Covid-19. ¿Cómo ven la situación?

Omar Sued: Estas son las enfermedades que están en brote epidémico, y eso es grave porque se concentran un montón de patologías que lógicamente requieren atención y mucho esfuerzo, y tenemos recursos limitados. Porque en Argentina además sigue el HIV, con 1500 muertes por año, y la tuberculosis, con 500, y se han cuadriplicado los casos de sífilis. Y estas infecciones que entraron en brote nos tiran abajo todo el esfuerzo que venimos haciendo, porque lógicamente nos obliga a poner a todo el personal a enfocarse en eso.

3) Sobre el dengue, y hablando de CABA puntualmente, el último boletín del Ministerio de Salud porteño habla de 364 casos. En el informe de la semana anterior había 165. ¿Cuál es la situación de la enfermedad en la Ciudad?

Piovano: En la Argentina y en Buenos Aires hubo un cambio climático que permitió que hubiera lluvia, humedad altas temperaturas de forma prolongada, y esto permite que las larvas de los mosquitos se lleguen a desarrollar. De esta forma, entonces, se crían mosquitos que le transmiten a su descendencia la infección y entonces se producen muchos casos autóctonos. Esto lo estamos viendo y lo vamos a ver cada vez más. También hay algunos lugares que son reservorios de mosquitos, como Flores o Parque Chacabuco, que son zonas en las que hay casas abandonadas, y otros lugares en los que viven personas que quizás no respetan las medidas para evitar que el mosquito se críe. Siguen siendo focos dentro de la propia Ciudad.

4) Sarampión: desde el Ministerio de Salud de la Nación comunicaron que estamos viviendo el brote “más grande en veinte años, con 156 casos confirmados”. ¿Por qué pueden volver ciertas enfermedades que se tenían controladas, como en este caso?

Sued: La causa principal en el caso del sarampión fue la caída de la cobertura en la vacunación. Y esto se puede dar por algunos factores: porque desde el Gobierno no se hizo en su momento la campaña que se debería haber hecho, y por el efecto de la “modernidad” y de ciertas personas que no confían tanto en las vacunas. La única forma de combatirlo es invirtiendo en salud pública y hablando con la gente para que sepa que la vacunación es importante.

Piovano: Influyó haber bajado el Ministerio de Salud a Secretaría y haber escamoteado vacunas, y tiene que ver también la corriente anti vacunas, que es algo sobre lo que alertar. Hay que tomar cartas en el asunto en los medios de comunicación, tanto en los medios oficiales y abiertos como en el material que circula por internet. Porque realmente uno de los motivos que llevaron a que la población pasara de una sobrevida de 35 años a 75 años fue la aparición de las vacunas, y realmente no hay ninguna evidencia seria que vincule a las vacunas con enfermedades neurológicas en los niños, como se suele escuchar.

5) Con respecto al Covid-19: ¿cómo vienen siguiendo los especialistas las novedades mundiales en cuanto al desarrollo de posibles vacunas o de tratamientos? ¿Están en contacto con autoridades, colegas u otras Asociaciones?

Sued: Bueno, yo represento a la Sociedad Argentina de Infectología y tratamos de estar al día con la información, colaboramos con los Ministerios, tanto de Ciudad como de Provincia, y damos respuestas a todas las preguntas que surgen desde los medios. Y estamos en contacto con otras Sociedades, trabajando para establecer pautas de tratamiento y revisando los casos de las personas con coronavirus para ver qué potenciales tratamientos antirretrovirales podrían funcionar. Hay que aprender más de esta enfermedad. Si la variabilidad genética es baja y el virus no se modifica demasiado, y si podemos tener una vacuna efectiva, podríamos lograr que esto no se repita y que no todos los años volviéramos a tener brotes de esta enfermedad, con lo cual podríamos eliminarla. Pero hay que esperar. Es el primer invierno que vamos a pasar con esta enfermedad, y hay que ver cómo sigue.

6) ¿Cómo ven el trato mediático que está recibiendo en todo el mundo?

Piovano: Los medios no tienen que generar pánico sino conocimiento y tranquilidad. Y obviamente, una vez que el virus empezó rodar por distintos países, es importante que los medios de comunicación vayan contando lo que pasa, pero a veces a uno le da la sensación de que en Argentina muchos manejos mediáticos tienen que ver más con una cuestión política que con lo profesional.

Sued: Hay prensa buena y prensa mala, médicos buenos y médicos malos, pacientes buenos y malos. Lo que no debería darse es hacer leña del árbol caído y hacer prensa sensacionalista. A mí me molestó mucho ver fotos de pacientes en televisión, o cuando intentaron llamarlos o mostraron sus videos. O que pasaran la identidad de los muchos de ellos. Porque eso genera estigma. Al principio, cuando era solamente en ciudadanos chinos, se generaban algunas bromas en los supermercados chinos o en otros lugares. Y creo que a veces muchos exigen medidas que no tienen ninguna evidencia comprobada, y entonces, cuando invitan a expertos o a funcionarios a hablar, tienen que respetar la opinión de esa persona que está todo el día metida en ese tema, y no la de alguien casual cuyo mayor mérito es conducir bien pero que no tiene la información para hacer aseveraciones tan contundentes.

7) ¿Cómo es el trabajo en el Hospital Muñiz, especializado en enfermedades infecciosas, y cómo es la situación de la salud en CABA?

Piovano: El trabajo en el Muñiz es muy diverso y muy laborioso. Hoy por hoy tenés una guardia que está atendiendo desde casos de sospecha de coronavirus, influenza H1N1, dengue, hantavirus, VIH, enfermedades de piel y partes blandas, diarreas… Así que el de la guardia es un trabajo bastante agitado. Después, en el interior del Hospital tenemos control y seguimiento de personas con lepra o que tienen fertilización asistida porque son parejas que viven con VIH o son serodiscordantes (es decir, uno tiene VIH y otro no), tenemos la sección de piel, la parte de terapia intensiva, en la que atendemos a pacientes respiratorios graves, y a la que se supone que van a venir los pacientes graves que lleguen por el coronavirus. Después está el sector de endoscopía respiratoria, tenemos servicios de neurología, cardiología, de alergias, diabetes. Y me estoy olvidando de un montón de cosas. Todo se hace con un esfuerzo y un entusiasmo que es digno de admiración.

Y si bien la salud en CABA es de las más desarrolladas del país, con un sector privado, semi público y público que cuenta con un personal jerarquizado y con mucha preparación y tecnología, en el sector público siempre estamos viviendo la amenaza de la irrupción de proyectos de privatización, que nos hace estar alertas. Recordemos que al Instituto Malbrán estuvieron a punto de cerrarlo, le quitaron recursos. Y si hoy podemos saber que tenemos casos de coronavirus es por la excelencia del trabajo del Instituto, porque ni en la Swiss Medical ni en el Sanatorio Otamendi ni en Los Arcos tendrían la tecnología para hacerlo.

 

 

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