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Diario de un viejo usuario de Mercado Libre

AÑO 1999: Tengo trece años y con mi amigo pasamos los viernes a la noche conectados a internet, entrando y saliendo de publicaciones graciosas de Mercado Libre. Nos maravillamos con las cosas que están a la venta. Vemos, por ejemplo, una espada que, aseguran, fue usada en la Primera Guerra Mundial y tiene pegada sangre de sus víctimas, vemos una estación de servicio que quieren vender a un millón de pesos. No tenemos idea que años después existirán cuentas de Facebook como @MercadoFreak que se dedicarán a reírse de estas publicaciones.

AÑO 2001: Mi primera venta por Mercado Libre. Publico un reproductor de mini casette que un pariente lejano me regaló para mi bar mitzvah. Arreglo la entrega y me pagan en una lotería. No importa que tenga quince años, me armo la cuenta poniendo cualquier cosa y puedo vender. Me suspenden al no pagar la comisión correspondiente por la venta y por haber dado datos inciertos. No me importa en lo más mínimo perder la cuenta, estoy contento por haberme ganado cincuenta pesos.

AÑO 2010: Trabajo con una socia, vendemos sábanas y artículos de blanquería desde publicaciones en Mercado Libre. Ella se encarga de casi todo, me da los paquetes y yo los entrego. Tenemos clientes muy top: entregamos en oficinas del Microcentro, hay una clienta que vive en el hotel Faena, compran acolchados desde sus caserones de zona norte, quieren que llevemos pilas de toallas a peluquerías en un cuarto piso de Palermo, entramos a departamentos de Las Cañitas donde una señora nos compra en piyama a las doce del mediodía. Todavía no hay tanta competencia y no existe ni Mercado Pago ni Mercado Envíos. Somos emprendedores contentos de ser lo que somos.

 

AÑO 2011: Con mi socia nos hacemos Mercado Líderes y nos empiezan a invitar a las reuniones de Mercado Libre. Vamos los dos, acordamos que ella habla y yo digo que solo soy el pibe que lleva los paquetes. En la invitación a la reunión dice que va a haber un desayuno con café y medialunas. La reunión es en una torre de Saavedra, en la calle Tronador. Pasamos varias horas en una sala alfombrada escuchando a otros Mercado Líderes, nos dan un curso de cómo mejorar nuestras publicaciones, quieren enseñarnos a poner las mejores fotos, tratan de explicarnos que todos somos socios en esto, escucho por primera vez la historia del nacimiento de Mercado Libre en una cochera. Al final, antes de irnos, todos amodorrados por las medialunas y el aire viciado de las salas de reuniones, escuchamos hablar de algo que se llamará Mercado Pago. Dicen que será una plataforma con la que se podrá cobrar, comprar y hasta pasarles plata a los amigos. Me parece algo muy extraño. Todavía no tengo idea de quién es Marcos Galperin.

AÑO 2015: El negocio del e-shop de la blanquería se nos fue de las manos y tuvimos que cerrar en 2012. El volumen de venta nos daba miedo, la competencia era terrible, no pudimos sostenerlo. Conozco a una amiga de un amigo que trabajó en las oficinas para la empresa y fue despedida sin causa y no le pagaron. Empezamos a escuchar el nombre de Marcos Galperin. En diciembre asume Mauricio Macri.

AÑO 2016: Nos mudamos con mi novia y compramos una biblioteca por Mercado Libre. Le transferimos un adelanto a la persona en cuestión y el tipo desaparece con nuestra plata y la de una docena de persona más. Nunca veremos la biblioteca. Cuando reclamamos a la empresa, ellos nos hablan de Mercado Pago, nos dicen que si usábamos Mercado Pago ellos se hacían cargo, pero que en este caso no pueden hacer nada. Al poco tiempo, nos enteramos de que ya no se pueden hacer más compras por Mercado Libre sin usar Mercado Pago. El nombre Marcos Galperin es cosa de todos los días. Sale en fotos abrazado con el presidente, Macri dice que todos deberíamos ser como él. Nunca recobramos la plata de la biblioteca y nos diremos por años que fuimos estafados cruelmente.

 

AÑO 2019: Antes de conocer lo que sería el Covid-19. No existe negocio que no trabaje con Mercado Pago, no hay casi nadie que no tenga cuenta en Mercado Libre, todo se publica en Mercado Libre, los verduleros y los vendedores callejeros usan Mercado Pago. Todo llega por Mercado Envíos, no hay forma de combinar el pago con el cliente, no hay forma de que la empresa tenga un cadete que lleve paquetes. Yo cuento que fui a las oficinas a reuniones con Mercado Libre y todo suena muy lejano. Galperin es fiscal de mesa en las elecciones presidenciales y muchos lo consideran un héroe que le da trabajo a la gente. Cada tanto alguien se acuerda de que en esa empresa los horarios eran extremos, el tiempo de baño cronometrado y rotaban los empleados cada seis meses. La historia épica de que el gran Marcos Galperin creó un imperio de la nada, desde una cochera pestilente, vuela en el ambiente y parece que alguien quiere crear un prócer moderno. Todos quieren ser millonarios, todos quieren ser CEO.

AÑO 2020: A mitad de la pandemia, y a partir de algunos problemas con el único trabajo que tenía, quedo desempleado. Decido dedicarme a trabajar de masajista tailandés. Quiero volver a tener una cuenta en Mercado Libre –uso la que tenía registrada con mi mail eltopolliyo@yahoo.com.ar, esa que tenía suspendida después de vender el mini casette– y hablo por teléfono con un call center que funciona igual que un reloj suizo. Publico mi trabajo de masajista en la sección Servicios y hasta pago publicidad. Clientes necesitados de un masaje me contratan, algunos hasta me pagan por Mercado Pago. Pienso que Mercado Libre funciona tan bien que da miedo, que no puede ser. No paso un día sin entrar a ver cuántas vistas tienen mis publicaciones, no paso un día sin entrar a la página de Mercado Libre. Empieza a escucharse mucho sobre esa Ley de Promoción Economía del Conocimiento con la que el ahora expresidente Mauricio Macri benefició a la empresa de Galperin, entre otras.

AÑO 2021: Un exempleado de Mercado Libre habla en redes sociales, denuncia que en la empresa te controlan el tiempo en el baño, no te dejan usar el celular, te exigen de una forma desmedida y demás. Un montón de gente comparte su misma historia. Yo vendo libros y cualquier cosa que sobre en casa por Mercado Libre. Vuelvo a publicitar mis servicios de masajista tres veces y me siguen cayendo algunos clientes. Nos llegó un mail de Mercado Pago a todos los usuarios diciendo que por las condiciones impuestas por el Banco Central se ven obligados a cambiar los plazos y tasas para liberar la plata que uno tiene en la cuenta. Muchos se quejan, el Banco Central responde que la medida era para las pymes y que Mercado Libre no es una pyme, que deberían absorber el costo. Cecilia Fanti, emprendedora dueña de la librería Céspedes Libros, publica un hilo sobre la situación. Yo, al entrar a la página de Mercado Libre por décima vez en una semana, me sorprendo de que la historia de mi crecimiento como persona –desde mi primera adolescencia hasta mi incipiente adultez– vaya pegada a la de esta empresa que creció a medida que yo crecía. Me pregunto qué diré de Mercado Libre en mi vejez, a mis ochenta años.

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