Despedimos un año trascendental para el feminismo argentino; las columnas de mujeres movilizadas en las diferentes marchas que se realizaron a lo largo del año aumentaron exponencialmente y el proyecto de ley por el aborto legal, seguro y gratuito llegó por primera vez en la historia argentina a ser sometido a votación en el Congreso.
Sin embargo, nuestro país y nuestra sociedad siguen estando atravesadas por un profundo machismo que se hace palpable tanto en los medios de comunicación como en el campo de la política, cuyos representantes muestran una ideología que roza la misoginia.
Te presentamos, con lo bueno y lo malo, los principales sucesos del 2018 en lo que concierne a la situación de las mujeres argentinas:
Los pañuelos comenzaron a teñir de verde el Congreso
El 19 de febrero miles de mujeres se unieron en un tuitazo por el #AbortoLegalYa, al que le siguió un pañuelazo frente al Congreso de la Nación bajo la misma consigna. La campaña tiene sus orígenes en el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Rosario en el año 2003, y se lanzó de forma oficial dos años después. Desde entonces han habido numerosas marchas y concentraciones a lo largo y ancho del país.
Sin embargo, el pañuelazo de principios de este año tuvo una difusión, asistencia y cobertura por parte de los medios sin precedentes en lo que respecta a las manifestaciones en reclamo exclusivamente por la legalización del aborto. Cinco días después el Gobierno anunció que no pondría obstáculos al tratamiento del proyecto en las cámaras legislativas.
#8M, segundo paro internacional de mujeres
El 8 de marzo, dos días después de la presentación formal de un proyecto de ley para la despenalización del aborto, en la segunda edición de este paro acompañado de manifestaciones que se dan a nivel mundial, miles de argentinas realizaron un paro y se movilizaron, una vez más, al Congreso.
Mientras que en 2017 había predominado el color violeta y el enfoque estaba puesto, principalmente, en los femicidios, el acoso callejero, la desigualdad salarial, dejando en un segundo lugar el aborto legal, este año los pañuelos verdes inundaron la plaza, y ante la proximidad al tratamiento del proyecto de ley, la legalización del aborto fue la consigna principal de la movilización.
#NiUnaMenos
El 4 de junio, en la cuarta marcha por Ni Una Menos, las mujeres argentinas, más empoderadas que nunca, se movilizaron bajo la lluvia y con bajas temperaturas para reclamar por el fin de los feminicidios y las demás formas de violencia patriarcal existentes hoy en día.
Faltando menos de diez días para la votación de la ley por el aborto legal en Diputados, en un contexto social muy tenso a nivel nacional, en el cual el debate tanto en los medios como en el Congreso a partir de las exposiciones estaba en su clímax, los pañuelos verdes fueron levantados con pasión.
El grito de las pibas se escuchó a nivel nacional para terminar con la muerte de las mujeres, no sólo a manos de femicidas, sino también a causa de los abortos clandestinos.
La cámara de diputados da una señal de esperanza
El 13 de junio, luego de un extenso debate en el que se escucharon aberraciones tales como la comparación de las personas gestantes con perras preñadas y propuestas sobre cementerios de fetos, la Cámara de Diputados aprobó el aborto legal por una ínfima diferencia de 4 votos.
De esta manera, la aprobación definitiva del proyecto quedaba en manos del Senado, conocido por tener una mirada significativamente reaccionaria y conservadora.
El “caso Nahir Galarza” y la retrógrada cobertura de los medios
A fines de junio y principios de julio el asesinato de Fernando Pastorizzo estuvo en el centro de la discusión en los medios de comunicación. Desde el minuto uno, al hacer referencia al caso por el nombre y foto de la victimaria y no de la víctima, se hizo visible la diferencia de criterio por parte de los medios de comunicación argentinos al tratar un asesinato dentro de una pareja según el género de la víctima.
Se revelaron todo tipo de intimidades y fotografías privadas de Nahir, se discutió sobre su sexualidad y el tipo de relaciones que tenía y se analizó su forma de vestir en el juzgado. El grupo de hombres -e incluso mujeres- que se siente amenazado por la revolución feminista que está acaparando todo y reniegan de perder sus privilegios, utilizó este caso para negar la existencia de violencia de género y menospreciar las alarmantes cifras de femicidio de nuestro país.
El Senado votó por el aborto clandestino
Por la madrugada del 9 de agosto, con miles de mujeres expectantes en la plaza del Congreso con sus pañuelos verdes, haciendo frente al fuerte frío con termos y mantas, lxs senadorxs de la nación rechazaron el proyecto que permitiría un adquirir un derecho básico e impedir las decenas de muertes que se producen año a año producto de los abortos clandestinos.
La vergonzosa sentencia del caso de Lucía Pérez
El 26 de noviembre, a partir de una sentencia en la que se prejuzgaba y calificaba de manera arbitraria y machista la supuesta vida sexual de Lucía, se absolvió a los tres acusados por su femicidio. Entre las argumentaciones de los jueces se leía que por haber tenido chats eróticos y haber dicho que había estado con hombres de cerca de 30 años, era claro que ella no habría podido ser sometida sin su voluntad, es decir violada.
Para los jueces, como el acusado, Matías Farías, le había comprado a Lucía chocolatada y facturas y la había acercado a la sala de salud del barrio (ya muerta), evidentemente él no era culpable. Con una misoginia feroz, los tres jueces varones encargados del caso demostraron que la justicia argentina es profundamente patriarcal, y que nuestra sociedad aún permite que en una sentencia judicial sobre la muerte de una piba, se realicen declaraciones de una misoginia evidente que rozan lo absurdo.
#MiráComoNosPonemos
El 11 de diciembre, en una conferencia de prensa acompañada por el colectivo de Actrices Argentinas, Thelma Fardin contó que Juan Darthés la violó cuando tenía 16 años. El comunicado revolucionó a la sociedad argentina: se multiplicaron las llamadas y denuncias al 144 y otras actrices, figuras del espectáculo e incluso políticas confesaron abusos en algún momento de su vida, en especial en el mundo laboral.
Las mujeres argentinas se unieron con un objetivo común: denuncia y acabar con la violencia sexual. Se demostró la fuerza que está adquiriendo el movimiento feminista y el empoderamiento de las mujeres, que ya no se callan más.