Esto es largo y triste. No lo recomiendo. Es una catarsis.
Ayer me puse a llorar en una reunión del jardín de mi hijo. No es responsabilidad del artista sino de la realidad podrida que nos circunda.
Fin de ciclo, se va a egresar mi hijo del jardín. Las maestras nos contaban todo lo que aprendieron este año les peques y como van descubriendo cada cuestión.
No les quiero contar lo lindo que es mi pequeño y eso. Las emociones y los amores se ven en vivo y directo.
Les quiero contar la tremenda angustia que viví cuando nos contaron que uno de los proyectos de este año para quienes tienen 5 años fue conocer la obra de Antonio Berni llamada Juanito Laguna.
Este artista pintó una serie de cuadros con un personaje al que llamó Juanito Laguna. Este era un niño que vivía en una villa de emergencia, dormía en un basural, soñaba con la exploración espacial y se ganaba la vida recogiendo residuos en las calles. Berni plasmó con Juanito y Ramona Montiel (otro personaje) la explotación infantil en América Latina, hace como 60 años. En ese momento el capitalismo argentino era mucho más “inclusivo” que ahora.
Seguramente no lo saben: mi hijo Dante cursa en un Jardín de Infantes Nucleado en el cual muches de les niñes son de la Villa 31. Quienes viven ahí tienen que ir a un jardín distante de sus hogares porque no hay vacantes en los jardines cercanos. Cada mañana tiene que estar a las 7:50 en Retiro para que les lleven al jardín, donde ingresan una hora después. Algunes de elles no desayunan antes. Tienen que esperar para que les den un vaso con leche a las 9:30 de la mañana. A veces con algunas galletitas, si el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se acuerda de mandar.
Algunes de esos chiques están acostumbrados a jugar con la basura o en lugares donde quienes nacimos en la clase media consideraríamos “sucios o peligrosos”. Están acostumbrados a compartir las angustias de quienes laburan y se quedan sin el mango cotidiano que les permita sobrevivir.
Esos chiques y Dante conocen y dibujan hoy unos cuadros con la temática de Antonio Berni para comprender que la pobreza también está integrada a nuestra sociedad. Y está presente porque la necesitan los que tienen el dinero y el poder desde hace tanto.
Al pequeño Dante le toca crecer con el amor de toda su familia y con los juegos y palabras que descubre de otres niñes. Ya viajó en avión varias veces y con la mamá lograremos que crezca libre y amado. El año que viene cambiará de escuela, una mucho mas piola con un parque hermoso al lado y con enormes posibilidades.
Las lágrimas no fueron de alegría. Ahí en la reunión caí en cuenta en que varios de les pequeñes compañeres de Dante son otros Juanitos Laguna o Ramonas Montiel. No me había dado cuenta antes.
Les chiques juegan en sus pinturas a pintar un mundo distinto al que viven, con la misma técnica y buscándole un sentido distinto, que no es el de la resignación.
Por suerte estaba la madre de Dante en ese lugar que me contuvo y se dio cuenta que algo me pasaba.
Mientras todo esto pasa con niñes de 5 años avanzan los nuevos fantasmas de la derecha para convencer a los mismos pobres que otros pobres son responsables de su pobreza. Riéndose de elles, marginándoles, estigmatizándoles, reprimiéndoles.
Para el show llamado G20 se juntan un montón de garcas y los recibe el peor de todos –Mauricio Macri- para repartir la torta y garantizar que sigan los Juanitos cagándose de hambre a metros de sus hoteles de lujo.
¿Qué felicidad existirá si nuestros hermanos y hermanas se cagan de hambre?
Eso no le importa a quienes nos gobiernan.
No hay esperanza en el capitalismo.
Ojalá no hubiera más Juanitos Laguna ni Ramonas Montiel.
Gracias por acompañarme en esta tristeza.