Los vivos de Dum Chica en una palabra: poderosos. Y te demuestran por qué las guitarras (a veces) están sobrevaloradas. Cualquiera sea el escenario al que se suban, este trío te sacude como un terremoto y te destruye. Juana Gallardo, bajista, te lo deja en claro apenas comienza la primera canción: su bajo suena pesado, violento, hipnótico y pareciera tener algo para decir. Su actitud sobre el escenario, moviéndose constantemente, doblándose como un puente o caminando agazapada con su bajo de costado siempre cigarrillo en boca, te deja en claro que a vos no te debe nada. El que no la pierde de vista es Ramiro Pampin, un baterista que va palo y palo, siempre sonriendo y tocando de una manera que pareciera de a ratos imprudente y alocada pero sin perder el ritmo.
La que completa Dum Chica es Lucy, una cantante con un look muy particular que de a ratos pareciera ser poseída por Poly Styrene o, para venir a estos tiempos, Amy Taylor de Amy and The Sniffers. A su poderosa forma de cantar y gritar, que a veces lo hace acostada en el piso o entre el público, se suman bailes y movimientos delicados y también salvajes.
Los tres, cada uno a su manera, bailan y se mueven sobre el escenario sin dejar un espacio libre. Y lo mismo pasa abajo: el público no para de saltar y poguear porque la energía que transmiten electriza de una manera innegable y donde solo resta dejarse llevar y agitar. Es como dice su tema “Figuritas”: “es un poco violento”. Además no importa si conocés las canciones o no, si sabés la letra o no, este trío te obliga a sacudir alguna parte del cuerpo como cuando vas a ver a tu banda favorita.
Toquen donde toquen, Dum Chica es una banda para ir a ver porque aunque sea un antro o el salón más importante de CABA, suenan poderosos y hay que aprovechar y disfrutar de su magnetismo que recién se está asomando.
¿Hay una nueva escena post-punk en Buenos Aires?
Quizás podemos llamar a la escena actual de Buenos Aires como “post-post punk”. Nos gusta pensar que lo que está emergiendo ahora es algo nuevo, con tintes viejos. Pero que no deja de sorprender. Hay muchos sonidos novedosos y cada vez cuesta más identificar qué género hace cada banda. Claro que nos interesa formar parte de eso. Somos parte, todos nosotros.
¿Frente a qué necesidad nace Dum Chica? ¿Encontraron rápidamente el formato de bajo-batería-voz?
Dum Chica fue pensado para el vivo, y siempre intentamos serle fiel a eso. Escuchar un disco es una experiencia maravillosa, íntima. Pero ver una banda en vivo materializa y unifica. Es un trance y una experiencia que tiene que dejar huella. Nosotros antes de encerrarnos a grabar empezamos por ahí. Con la necesidad de materializar lo que teníamos en la cabeza y lo que veníamos escuchando desde hacía tiempo cada uno de nosotros, con los recursos que contábamos llegamos a esa formación. El bajo y la batería son las bases, las raíces. Y la voz, un complemento ya indispensable.

Son notables sus presentaciones en vivo. ¿Cómo piensan sus recitales?
La experiencia del vivo siempre fue una prioridad para la banda, desde el principio. Pensamos los shows ensayando mucho, estando en la sala juntos, compartiéndonos ideas. Pasamos bastante tiempo en la sala y eso ayuda en gran parte a que los shows sean como son.
Acaban de sacar dos nuevas canciones. Y se profundiza una línea estética del primer sencillo.
Las canciones que ya salieron, junto con el próximo sencillo a lanzar el 23 de diciembre, siguen la misma estética sonora y visual ya que van a formar parte del LP. Y además fueron grabados todos juntos, en el mismo estudio, por lo tanto tienen una notable continuidad.
Hay furia en sus sonidos y en sus palabras. ¿De dónde viene eso? ¿A qué responde? ¿Se están enfrentando a algo, a alguien?
Frente a todo y frente a nadie, están dichas para que la agarre el que quiera, quien se sienta representado. Creo que nos cansamos de cierta profundidad lírica y fuimos a lo crudo y simple, el amor y del desamor, la rabia. Cosas humanas y animales a la vez.
El rock y el post-punk ¿son simplemente géneros musicales o formas de vivir y pararse ante el mundo?
Creemos que son formas de vivir. Si bien hoy toman el nombre de estos géneros musicales, vemos actitudes “punk” desde mucho antes que exista el género musical como tal. Hace cien años poner un mingitorio en una sala de museo era algo súper punk. Es un concepto que va mutando constantemente.
¿Qué ambiciones tienen como banda? ¿Hasta dónde les gustaría llegar?
¡Hasta el cielo!