Ella Sercovich es comunicadora y se especializa en la producción de contenidos desde hace 10 años. Produjo programas de tv, eventos y spots para grandes marcas.
El año pasado, junto a su socia Mili Nikitchuk (@chinistica), crearon *Hembra (@hembragram), un espacio dedicado a la marihuana, el arte, la producción audiovisual y el marketing cannábico, tanto para empresas argentinas como extranjeras.
También Ella pertenece a Cannabiclub (@cannabiclub), un grupo de cannabicultores militantes que se junta a fumar, compartir experiencias y estudiar a la planta en equipo. “Este año nos animamos a organizarnos formalmente y abrir esas juntadas a todes, con el objetivo de conocer más cultivadores, ayudar a usuaries y dar talleres y charlas, entre otras actividades culturales”.
¿Y cómo fue que empezaste con este camino de influencer cannábica y de productora de contenidos vinculados a la marihuana?
Arranqué con la cuenta @stoned.ella cuando se declaró el aislamiento obligatorio. Por mi trabajo siempre intenté mantener un perfil bajo, esconder mi consumo en horarios laborales y demás. Al quedarme en casa, aislada, mi realidad cambió por completo, y de repente vivía en una especie de burbuja que me ayudó a conectarme conmigo misma, a liberarme, y me di cuenta de que había una banda de cosas que me hacían mal y las había naturalizado todo este tiempo y otras que me hacían bien y las escondía. Así que a finales del 2020 dejé mi trabajo para amigarme un poco más con quien soy y dedicarme a lo que me gusta de lleno.
¿Cuáles son esos prejuicios que faltan derribar para poder conquistar la legalización plena?
Creo que la legalización plena en nuestro país va a depender de la presión de los grandes grupos económicos, es un tema de tiempo. Se están organizando, pero nosotres también. No creo que tenga que ver con derribar prejuicios sociales o de salud, la sociedad ya naturalizó a la planta. No olvidemos que los avances jurídicos que hicimos en la materia son producto del reclamo y el deseo de la sociedad en su conjunto, aunque las leyes aún no nos acompañen.
¿Qué balance hacés sobre los últimos 10 años en relación al crecimiento de la movida cannábica y el autocultivo?
No creció, ¡explotó! Creo que en estos 10 años la legalización en muchos países del mundo y la ferviente militancia hicieron que la gente le perdiera el miedo a la planta, a su cultivo y a su consumo. Lo que hace unos años parecía un acto de rebeldía juvenil resultó ser una movida masiva y transversal, conectada por redes de cuidado y solidaridad. Ir a un asado y que les adultes mayores saquen el tema de la cannabis y defiendan su uso como si fueran un rasta, me hace explotar el cora.
¿Qué proyección tenés sobre los próximos 5 o 10 años?
Recién le estamos dando mecha a todo esto, y viene quemando lindo y parejo. Durante el 2020 se llenaron las casas de plantas, los grows explotaron, se generaron nuevos puestos de trabajo y parece que los gobiernos nos quieren acompañar de a poco (ponele). Hay desde pibes investigando genética hasta publicidad para canna brands, así de amplio es este blend gigante que nos acabamos de prender.
Pero ojo con el mal flash cuando nos encontremos cara a cara con el siniestro modelo agropecuario argentino, extensivo y transgénico. Si quemaran nuestros bosques nativos para plantar cannabis transgénica y las rociaran con agroquímicos, y envenenaran nuestras aguas y destruyeran la biodiversidad de nuestro país (¿les suena?), no vamos a llegar a ningún lado.
Creo que nos tocó vivir un gran cambio de paradigma, donde la noción de “progreso” que heredamos quedó completamente obsoleta. De a poco y colectivamente, nos vamos dando cuenta de que no da que seamos tan toxiques con todo lo que nos rodea, no da seguir tratándonos mal, no da tanta desigualdad y violencia, pero sobre todo lo que no da es seguir mirando para otro lado. Tenemos ante nosotres la posibilidad de crear una industria nueva, consciente y sustentable, donde el impacto que produzcamos pueda ser asumible y la tecnología sea nuestra aliada para ayudarnos a optimizar los procesos de producción sin perjudicar el planeta. “You may say I’m a dreamer, but I not the only one”: un adelantado John.
¿Qué lugar ocupa la marihuana en tu vida? ¿Para qué momentos la elegís y para qué momentos preferís no usarla?
Soy de las que cree que la cannabis es la cura de todos nuestros males (físicos, emocionales, espirituales y económicos) si sabemos acercarnos bien a ella, ampliamos nuestra percepción y la tratamos con respeto.
Realmente me acompaña en todo momento: lo primero que hago cuando me levanto es ir a verlas y cierro el día con una sequita antes de irme a dormir. Me ayuda a trabajar, me concentra, me relaja, me conecta, pero sobre todo me enseña sobre afecto y empatía. Para mí la marihuana es un estilo de vida que sudo, inevitablemente, por los poros.
¿Encontrás algún vínculo entre la pelea por la legalización y las distintas movidas vinculadas al ambientalismo? ¿Y con el feminismo?
Te diría que el color verde cambió mi vida, en todos los sentidos que ello implica. No es casual que nos estemos enfrentando a cambios de paradigmas tan grandes y que aparezcan todas estas luchas juntas.
Es fundamental desde un comienzo tener una perspectiva antiespecista y de género cuando hablamos de marihuana porque si no volvemos a la conversación de Monsanto y los agroquímicos, volvemos a que todas las empresas sean dirigidas por varones cis y que los beneficios económicos queden en manos de unos pocos. Y no queremos más violencia, no queremos más muerte. Las redes de cuidado, los lazos de solidaridad que se crean y el espíritu de cooperación son valores comunes y fundacionales de nuestra cultura tanto cannábica, feminista y ecologista, que deberían persistir más allá de une como individuo.
Por último, ¿podrías recomendarnos algunas películas libros y/o discos vinculados con la marihuana?
La revolución de una brizna de paja, de Masanobu Fukuoka, un libro imprescindible de la agricultura natural. Te rompe la bocha en solo 65 páginas. Está en pdf gratis para descargar. Googleen.
Weediquette, una serie documental increíble producida por Vice, donde Krishna Andavolu narra la ciencia, la cultura y la economía de la legalización de la marihuana alrededor del mundo.
Misunderstood, the history of Hemp es un documental corto (15 min) dirigido por Campbell Brewer que trata sobre el cañamo, la sustentabilidad y los modelos productivos.
Estoy armando una playlist Love & Weed bien hippie y de protesta para acompañar esta nota. La encuentran en mi Spotify.