Ya está todo listo para debatir la despenalización del aborto. 71 diputados de diferentes partidos políticos presentaron un proyecto de ley que habilita la interrupción del embarazo hasta la 14° semana de gestación, bajo el compromiso de no demorar el tratamiento del proyecto más allá de junio. El 20 de marzo se reunieron las comisiones parlamentarias y definirás el cronograma de audiencian públicas para discutir el proyecto de ley.
Pese a que el presidente Macri alentó que el tema se discutiera y lo volvió a traer a colación en su discurso de apertura parlamentario de este año, su gobierno no ha tenido un compromiso claro con la salud sexual. Apenas asumido, modificó por decreto la ley de Salud Sexual y Reproductiva de 2002. Aquella ley creaba un programa destinado a prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, disminuir la mortalidad infantil y materna, era de acceso directo a los adolescentes y ampliaba la participación femenina en las decisiones de salud reproductiva. Más tarde, la ministra de salud bonaerense Zulma Ortíz, la única mujer en el gabinete de la gobernadora Vidal, tuvo que renunciar a su cargo ante la presión de la Iglesia y de Cambiemos por haber adherido a la provincia al protocolo de aborto no punible.
Ahora, sólo cinco diputados macristas se comprometieron a votar a favor del aborto. A la cabeza de ellos está Daniel Lipovetzky, quien tomó la palabra en la presentación del proyecto. Habló del debate sobre el aborto como “una deuda de la democracia” y un tema que “trasciende el derecho de las mujeres, es una obligación de todos los ciudadanos intervenir en esto”. Como ejemplo, recordó entre abucheos que en un programa de televisión en donde se discutió el aborto, fueron dos hombres los que estuvieron a favor del aborto (el propio Lipovetzky y otro diputado macrista), mientras que las dos diputadas presentes se manifestaron en contra. Lipovetzky también enfatizó la necesidad de que el debate comience “lo antes posible y rápido”. Quizás lo persigue el recuerdo de mediados del año pasado, cuando demoró en el Congreso el debate sobre la ley de alquileres ya aprobado por el Senado y se consolidó como uno de los principales defensores de los intereses de las inmobiliarias.
Empresarios, ecologistas y lobbystas
Otros diputados macristas a favor de aborto son Marcelo Wechsler y Juan Carlos “Cali” Villalonga, buenos ejemplos de la heterogeneidad del PRO. Wechsler es un empresario, socio ejecutivo de la firma tecnológica TAO-IT, que logró entrar a la lista de diputados con una ayuda del rabino Sergio Bergman, el ministro de Medio Ambiente que ama disfrazarse de planta. En el Congreso, Wechsler tuvo dos intervenciones: presentó un proyecto para extender el cupo femenino al 50% en todos los cargos públicos y le gritó “coimero” al diputado Axel Kicillof. Villalonga, por el contrario, dirigió por años a Greenpeace, desde donde logró hacer aprobar la ley de glaciares. Luego renunció para trabajar en la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad, bajo el gobierno de Macri. Allí se encontró en un aprieto cuando los ambientalistas protestaron por la construcción de un shopping en el Distrito Arcos, mientras la constructora IRSA y el propio Macri lo presionaban para que apruebe el estudio de impacto ambiental y se construya el shopping. Luego de dudarlo unos días, Cali Villalonga aprobó el estudio y el shopping se construyó.
También está a favor del aborto Sergio Wisky, un médico rionegrino que llegó a diputado por Unión-Pro y estuvo a punto de reemplazar al ex ministro de salud Jorge Lemus cuando lo despidieron por inútil. No pudo ser. Pero Wisky aún mantiene buena relación Jorge Triaca, Marcos Peña y, especialmente, con Mario Quintana. Quizás por eso Wisky también estuvo de acuerdo con derogar la ley de medicamentos genéricos.
Finalmente, la diputada bonaerense Samanta Acerenza no sólo está a favor del aborto, sino que escribió una nota en Anfibia explicando su punto de vista. Allí habla de “una de las principales deudas de nuestra democracia, y un gravísimo problema de salud pública que merece ser abordado con la seriedad y pluralidad que corresponden… evitando criminalizar a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo y que se ven obligadas a realizarlo en condiciones inseguras e insalubres, poniendo en riesgo su vida y su salud”. También señala que el proyecto de despenalización “no busca en ningún momento definir cuándo es el comienzo de una vida ni justificar moralmente la interrupción de un embarazo, sino que encara la problemática desde la salud pública”.
Acerenza trabajó junto a Vidal en el Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad de Buenos Aires. Como diputada pudo intervenir en la famosa sesión en la que el diputado radical Julián Dindart habló de adolescentes que se embarazan para cobrar planes y quiso desalojar la sala de periodistas y asesores para que no haya testigos de sus declaraciones. Pese que algunos radicales como la diputada Carla Carrizo enfrentaron a Dindart, Acerenza ese día lo apoyó. Dindart más adelante debió renunciar. Acerenza también asistió junto a Sergio Wisky y otros diputados macristas al acto de apoyo a la ministra de seguridad Patricia Bullrich durante los días en que estuvo desaparecido Santiago Maldonado.
Estos son los cinco macristas que, por ahora, van a votar a favor del aborto.