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La deuda en dólares de las finanzas y la guerra

La deuda de Macri

Concentrémonos en dos medidas del gobierno de Macri apenas asumió: renunció al cepo y otras medidas de administración cambiaria y tomó deuda en dólares sin fines productivos ni generación de capacidad de repago, sino destinada a sus tenencia como activo financiero.

Son dos medidas conectadas: si se toma deuda en dólares y no se invierte de un modo productivo tal que puedan venderse productos o servicios cuyo pago sea en esta moneda, no habrá cómo devolver el monto percibido. Si, además, los dólares adquiridos se sacan del circuito de la economía de manera permanente y son más demandados, su precio se incrementa y cada vez es necesaria una mayor cantidad de pesos, más cantidad de trabajo argentino, para comprar un dólar, para saldar la deuda.

Sólo tomando estos dos aspectos, la lógica indica que la Deuda crece desde que se toma y se torna impagable: el default es su consecuencia obligada. La deuda es el corazón del modelo neoliberal. De acuerdo a los cálculos publicados por Jorge Herrera en Ámbito Financiero el 6 de septiembre, de la deuda tomada en la era Macri, “se gastaron US$ 23.000 millones en turismo, otros US$ 22.000 millones en el pago de intereses, otros US$ 45.000 millones se fueron por atesoramiento de residentes y el resto, US$ 35.000 millones, a engrosar las reservas del BCRA”, reservas dilapidadas poco a poco “para que no se incremente tanto el valor del dólar”.

También “para que no se incremente tanto el valor del dólar”, la tasa de interés de referencia de la economía fue elevada al orden del 60 por ciento, duplicando la rentabilidad promedio de la industria. Por otro lado, la industria no puede competir con productos importados porque sus costos crecen al estar dolarizados, además de la apertura indiscriminada de las importaciones. Cierran industrias, se destruye empleo.

Como experimentamos, la devaluación incrementa los precios de nuestra economía, productora de alimentos que exporta y vende a precio internacional, en dólares. Las principales empresas de consumo masivo aumentaron los precios de sus productos un 15 por ciento en promedio tras el último devaluazo. Algunos acrecentamientos superan holgadamente ese porcentaje.

Según un documento de Unicef, organismo de la Organización de las Naciones Unidas hegemonizada por EE.UU., publicado en su portal el 4 de septiembre, “Argentina se enfrenta a un complejo entorno económico que plantea retos y decisiones difíciles para garantizar el cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. La aceleración inflacionaria y la caída de la actividad tienen consecuencias sobre los salarios reales afectando el poder adquisitivo de las familias e impactando en el bienestar de sus miembros. Los hogares con niños y niñas son los más expuestos a riesgos, en particular, los que ya estaban situación de pobreza, con bajo nivel de ingreso o empleo informal (…) las crisis económicas tienen enormes consecuencias para los niños, niñas y adolescentes. Existe el riesgo de que abandonen la escuela, ingresen tempranamente al mercado laboral, disminuyan la cantidad y calidad de alimentos que consumen, vean restringido su acceso a los servicios de salud, y/o sean víctimas de violencia”.

El pago de intereses de la deuda pública representó el 77 por ciento del déficit fiscal total en julio, de acuerdo a la estimación realizada por el Centro de Estudios de la Nueva Economía (Universidad de Belgrano).

El 9 de septiembre en Página 12, Federico Kucher destacó: “Las caídas de los activos bursátiles argentinos fueron notables. La bolsa, igual que en febrero de 1992, perdió en pocos meses más del 50 por ciento de su valor en dólares (…) Los indicadores de acciones de países no desarrollados anotan una caída del 8,4 por ciento. Lo mismo ocurrió con el ajuste del dólar. La corrección del tipo de cambio en la Argentina fue del 120 por ciento, mientras que el índice de las monedas emergentes contra el dólar acumuló una corrección del 6 por ciento”.

Mientras tanto, los principales tenedores de deuda argentina solicitaron que Argentina tome más deuda para pagarles a ellos, junto a una ampliación del acuerdo con el FMI.

Si la autoridad monetaria de EE.UU (FED, por sus siglas en inglés) eleva su tasa de interés como viene haciéndolo en el último período, muchos dólares “volarán” desde las naciones en que se encuentren hacia el mayor rendimiento que oferte la tasa incrementada, forzando a la devaluación de los dineros nacionales.

 

La disputa en el interior del motor de la especulación

El índice de desempleo en EE.UU. se mantuvo estable en el 3,9 por ciento en agosto y se crearon nuevos puestos de trabajo. Son 95 meses consecutivos, casi 8 años, de crecimiento del nivel de empleo.

La FED ha mantenido la estrategia de elevar la tasa de interés ante el nivel de “pleno empleo” alcanzado. Pero Trump no está de acuerdo con que continúe un curso ascendente.

No todo es coincidencia.

Alfredo Jalife-Rahme ensayó una explicación en una artículo publicado en el diario La Jornada, de México, el 2 de septiembre: “el segundo EE.UU. postindustrial y corporativo que apoya la producción y las empresas trasnacionales de la segunda revolución industrial, aunados al matrimonio de industrias de la energía, el petróleo y los sectores militares con el de los servicios y la construcción, son quienes ungieron a Trump, frente a otro EE.UU de Wall Street, la burocracia de Washington, Chicago, Hollywood y Silicon Valley que venden humo mediante su burbuja de los derivados financieros y buscan propinar un golpe de Estado en alianza con Soros”.

El enfoque está basado en la información proporcionada por Daniel Estulin, experto en el Club Bilderberg, cuyos poquísimos miembros son “los dueños del mundo” y se especializan en fagocitar aliados menores de naciones subdesarrolladas mediante fusiones y adquisiciones.

No existe una clara delimitación de intereses de estos grupos. La historia indica que en EE.UU. existe una cultura de guerra keynesiana, es decir, la guerra dinamiza su economía. Tras la destrucción,  es necesario construir lo destruido, como en el caso de Irak. Y toda gran inversión necesita de grandes finanzas.

No todo es discrepancia.

Pero creeemos en las disputas y que las hay, las hay. Y de distinto calibre.

 

¿Cómo se dice fotocopias de cuadernos en portugués?

El uso del poder judicial por parte de EE.UU. en la región no sólo apunta contra los líderes populares y antineoliberales. De acuerdo a una investigación realizada para Cubadebate por Randy Alonso Falcón el 4 de septiembre, “ello no ha sido fruto de la casualidad, sino de una pensada estrategia de penetración en los estamentos judiciales de la región, bajo el manto supuesto del enfrentamiento a la corrupción.

En los últimos años, el Departamento de Justicia de EE.UU., en articulación con universidades, fundaciones y ONG de ese país, ha desarrollado un plan de formación de cuadros judiciales latinoamericanos a través de becas, seminarios, talleres y otros eventos (…) Uno de los mejores alumnos de aquel Seminario fue el actual juez de primera instancia de Curitiba, Sergio Moro, el paladín de la persecución implacable contra Lula”.

La investigación sobre corrupción por parte de Petrobras y Odebrecht comenzó en el Estado de Curitiba. ¿Por qué fue el Departamento de Justicia de EE.UU el que reveló las operaciones ilícitas de Odebrecht en Brasil y otros 9 países latinoamericanos, y el que impuso una multa por US$ 3,5 mil millones de dólares a la gigante empresa de origen brasileño?

Mientras Petrobras fue desplazada por corrupta, unas 16 firmas petroleras, incluidas la angloholandesa Royal Dutch Shell Plc, las estadounidenses Chevron Corp y Exxon Mobil Corp, “se registraron para la subasta en junio pasado de bloques en alta mar, donde el equivalente de miles de millones de barriles de crudo están atrapados bajo una gruesa capa de sal debajo del fondo del océano”.

Por otro lado, la principal empresa brasileña de defensa, Embraer, efectuó un acuerdo en abril de 2017 (ya sin Dilma) con la empresa norteamericana Rockwell Collins “en el área aeroespacial y el Comando de Ingeniería, Desarrollo e Investigación del Ejército de EE.UU., que abrió una oficina en Sao Paulo, para profundizar en las relaciones de investigación e innovación de tecnologías de defensa”. En julio de este año, se formalizó la compra del 80 por ciento de la división de aeronaves civiles de distancias medias de Embraer por la norteamericana Boeing.

 

A modo de cierre

Desde nuestro país no podemos decidir lo que ocurre en todo el mundo pero sí lo que haremos en nuestro caso. La deuda externa es comparable con la aparición y el desarrollo del cáncer: la única posibilidad de salvación tiene a su eliminación como condición necesaria.

Continuar con la lógica de la deuda no constituye un error sino un negocio y un genocidio. Las grandes empresas que producen en Argentina deberían calcular que “a todo cerdo le llega su San Martín”.

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