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Los cafés más raros del mundo

Despertar temprano a la mañana y tomar un café. Lo hacemos como excusa del desayuno, mientras chusmeamos qué pasó en las redes sociales cuando dormíamos, atentos a la radio que suena de fondo y le pedimos a la tostada que nos dé las fuerzas necesarias para afrontar las obligaciones diarias. Esa rutina, que nos parece tan privada, se cumple en muchas partes distintas del planeta Tierra. La humanidad toma en este momento más café que nunca: está en el segundo puesto en las bebidas más ingerida del mundo –el agua le ganó el primer puesto– y es reconocido como uno de los productos con mayor comercialización internacional –junto con la flamante Coca-Cola–. Para que no pase de moda, para que nadie le saque su lugar en la industria, desde hace varios años, distintas culturas, empresas, baristas y demás intentan encontrar formas novedosas de ingerir este oro negro que nos gusta tanto.

En estos días que –según algunos– puede llegar a faltar esta bebida caliente que nos gusta tanto, desde Ponele les presentamos una recopilación de los cafés con las formas más particulares de meternos café en la boca.

 

CAFÉ-TÉ O TÉ-CAFÉ: Si la duda que sufría el emo representado por Diego Capusotto hubiera sido entre tomar té o café, esta bebida originaria de Hong Kong le habría venido bien. El yuanyang es una variante del clásico té con leche al estilo hongkonés –un té negro endulzado con leche evaporada, bebida popular de la zona en que se toma con los almuerzos– al que se le agrega un shot de café. Al principio era una bebida exclusiva de los puestos callejeros, pero, en la actualidad, se lo encuentra también en el menú de los restaurantes. Se lo acostumbra a tomar tanto caliente como frío y tiene una cantidad de cafeína para que pueda considerarse un verdadero levanta muertos. ¿Podemos tratar de preparar esto en nuestros hogares? Sí, las medidas son dos bolsitas de té negro, 200 gramos de leche condensada, dos tazas de café intenso y azúcar a gusto. Claro que el emo de Peter Capusotto hubiera dudado si tomarlo con edulcorante o azúcar, en taza o en vaso, con pajita o directo del pico.

GRANOS DE CAFÉ QUE ENTRAN Y SALEN: Créase o no, los granos de café que entran y salen del cuerpo de distintos animales son los más valiosos del mundo. Distintos graciosos animalitos se comen los granos sin triturarlos y los sacan enteros por el tracto digestivo. Se argumenta que después de pasar por otros estómagos los granos que serán molidos llegan a nosotros con un sabor especial; en algunos casos, más dulce y menos ácido. Cambia según cada animal: el que pasa por los elefantes tailandeses se comercializa con el nombre de Black Ivory Coffe, el de la civetas de indonesia es el Kopi Luwak y al que pasa por los pájaros brasileños jacu se lo conoce con el nombre de este pájaro parecido al pavo real. También hay un modo de purificación en el que unos monos de la India, los monos rhesus, comen el fruto del café y escupen el grano dejándolo intacto. La industria cafetalera fermentada por otras especies da para todo y es muy valorada. ¿Estás dispuesto? Los precios son exorbitantes.

CAFÉ TONIC: Como si con ofrecernos café frío ya no alcanzara, ahora también hay café frío con hielo, agua tónica, jugo de lima y cáscara de limón. Aunque algunos sostienen que es una creación del barista español Jordi Mestre, quien en busca de una opción fresca para ofrecer en el verano encontró que uniendo café de tuesto ligero con tónica y ciertos cítricos encontraba algo novedoso, otros afirman que esta mezcla no tiene dueño. Lo bueno es que, al igual que el yuanyang, podemos prepararlo en casa sin comprar muchos ingredientes extras: hay que servir dos tercios de agua tónica, agarrar dos o tres hielitos y agregar un tercio de café helado de la heladera. Los cítricos son opcionales. Algunos sostienen que es mejor hacerlo con cold brew –ese café frío que es filtrado entre doce y veinticuatro horas–. Lo que sí, no es apto para quienes ni siquiera toleran que el brebaje negro de la taza no esté bien pero bien caliente.   

CAFÉ CON AGREGADOS: Unos le ponen dos o tres cucharadas de azúcar. Otros le agregan crema, leche, una cucharadita de canela. Hasta ahí todo bien, nada del otro mundo. Pero en Finlandia nos sorprenden y le ponen al café cubitos de queso, en Vietnam se acostumbra a tomar con yema de huevo, hay una famosa receta llamada bulletproof coffe que le agrega manteca y una reconocida cadena de cafeterías ofrece –para la fecha de Halloween– un popular café lechoso endulzado con especias y puré de calabaza. Esto confirma que nuestro brebaje favorito es muy noble y puede ser mezclado con los ingredientes menos pensados. No sería mala idea inventar una nueva y hacerte famose, ¿no? Just do it, bro.

TOMARLO CON BICHITOS AL LADO: Si bien no cambia la sustancia, hay que reconocer que tomarse un espresso, un cortado o un americano al lado de un carpinchito tiene que cambiar la experiencia. Ya muchos saben de los cat coffe –esas cafeterías que tienen gatos y uno puede interactuar con los michis mientras se toma un ristretto–, pero no tantos están enterados de que en Seúl (Corea) la oferta de los pet café incluyen a mapaches, carpinchos, ovejas y suricatas. El concepto ya se extendió a todo el mundo: en Tokio (Japón) existen varios con búhos y en San Francisco (Estados Unidos) hay uno donde corretean ratas. No creo que tengamos que esperar mucho para que en Argentina aparezca, en un mercado reciclado muy top, uno donde puedas tomar un riquísimo latte mientras tres vaquitas divinas gritan “mu” en tu oreja.     

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