La Conferencia de madres superioras de Estados Unidos lanzó hace pocos días una campaña para romper el silencio en torno a la violencia sexual que sufren las monjas en sus congregaciones. Conferencias religiosas de Francia y Chile ya adhieren a la convocatoria. En Argentina, por ahora, no pasa nada.
Gritan los hábitos
La Leadership Conference of Women Religious es una agrupación de madres superioras que representa al 80% de las 57 mil religiosas norteamericanas y que lanzó durante los primeros días de agosto una campaña para romper la omertá sobre los casos de violencia sexual que sufren las monjas en varias congregaciones. El llamamiento, que puede ser consultado aquí, se desencadenó en respuesta a un artículo publicado a fines de julio por Associated Press, en el que varias monjas denunciaban haber sido violadas por curas.
El documento de las monjas yanquis pide a quienes hayan sido víctimas de tales abusos que los denuncien ante las autoridades religiosas, pero también ante las civiles. En la fundamentación se apoyan en las revelaciones recientes de escándalos de este tipo en congregaciones religiosas de Sudamérica, India e Italia.
Uno de los casos más impactantes fue el que se reveló hace tres semanas gracias al testimonio colectivo de 23 monjas en el programa de la televisión chilena Informe Especial. Varias de las integrantes de la congregación Hermanas del Buen Samaritano narraron con lujo de detalles el calvario y los abusos sexuales al que las sometían algunos curas e incluso otras monjas.
Palabras como las de la hermana Consuelo causaron un enorme impacto que rebotó hasta el Vaticano: “No creo más en la Iglesia. Hablé con el nuncio apostólico y no hizo nada. El obispo también estaba al tanto, tampoco hizo nada. ¿Para qué sirve denunciar en la Iglesia hechos que serán ocultados?”
Una reacción tímida y siempre tardía
Después de semejante escándalo el Ministerio Público de Chile citó al cardenal Ezzati por presunto encubrimiento. Ezzati, que es la máxima autoridad religiosa en Chile, ya tiene una causa abierta por abusos y a Oscar Muñoz, el ex-canciller del arzobispado de Santiago, le dictaron prisión preventiva hace dos semanas, acusado de cometer abusos sexuales contra cinco menores de edad.
La semana pasada la presidenta de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia, la hermana Véronique Margron, expresó su apoyo total al llamamiento lanzado por las religiosas norteamericanas. “Es muy importante que esta palabra pueda ser dicha y que se haga justicia. Por esas monjas, pero también por los religiosos […] Estamos ante el nudo de lo peor de nuestra Iglesia. En este sentido, creo que hay un verdadero tabú, una especie de secreto terrible. Por lo tanto, si por fin podemos romperlo creo que es muy importante y que debemos hacerlo sin dudar. Hay que terminar con esas épocas oscuras”.
Por otro lado, Margron declaró a la prensa que sabía de tres casos de monjas francesas víctimas recientes de ese tipo de abusos sexuales. Y cerró sus declaraciones públicas con las siguientes palabras: “Podemos sospechar que esto también ocurre en Asia, en África, en América Latina, y son situaciones muy graves. Sin dudas esto ocurre porque subsiste una forma de machismo, de autoridad masculina, por no decir un poder de los hombres, en este caso reforzado por el poder de los curas lo cual lo hace aún más grave”. Y convocó a la apertura de causas judiciales porque “estamos en un estado de derecho”.
Se va a caer…