A tono con la “revolución educativa” impulsada desde el gobierno nacional por el ex Ministro de Educación y ahora senador nacional Esteban Bullrich, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires profundiza su reforma educativa que comenzó con la implementación de la Nueva Escuela Secundaria durante la gestión de Macri como Jefe de Gobierno. En el primer año de la Escuela del Futuro se lanzó una prueba piloto en 3000 escuelas medias del país. En paralelo, se pretende avanzar con la creación de la Unicaba en detrimento de los Institutos de Formación Docente. Por tanto, no causa sorpresa que Horacio Rodríguez Larreta haya elegido a la popular Cris Morena como vocera de su plan ideológico en materia educativa. ¿Quién mejor que una empresaria que dedicó su carrera a la producción de material destinado a un público infanto-juvenil para ser la cara visible del modelo?
Otro mundo, pero muy en el aire
Desde finales del año 2017, Cris Morena sostiene que viene trabajando en un proyecto denominado “Otro Mundo” que pretende revolucionar la ya revolucionada educación. Es casi como si del lanzamiento de otra de sus series televisivas se tratase (casualmente, o no tanto, la nueva serie a estrenar se denominará también “Otro mundo”)- Siempre respetando los tiempos que dicta el marketing, la empresaria repite, desde el Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial Argentino realizado en octubre de 2017, el mismo libreto con anticipos de su proyecto. Así como la Escuela del Futuro es una reforma del nivel medio que fue difundida en cuatro diapositivas de powerpoint y sin más fundamentación que un capítulo de “Pasaje al futuro” de Santiago Bilinkis, “Otro Mundo” es un megaproyecto que Cris Morena resume en algunos puntos tan vagos y carentes de fundamentación pedagógica que son difíciles de tomar en serio.
Tanto en el mencionado Coloquio IDEA del pasado año, como en el quinto encuentro de Managment 2020 organizado por el Diario La Nación, la empresaria que apoya la llegada de María Eugenia Vidal a la presidencia anunció, en un lenguaje a tono con el misticismo zen de Cambiemos, la creación de dos “espacios de aprendizaje” en artes escénicas, tecnología y producción audiovisual donde los inscriptos investigarán en equipo y por proyectos con la colaboración de guías que los acompañarán en su búsqueda.
No hace falta hilar muy fino para ver las palabras ausentes en su discurso: “escuela”, “alumnos”, “docentes” o “aprendizaje”. No es para extrañarse si tenemos presente que Cris Morena piensa, entre otras cosas, que la universidad tiene que y va a desaparecer. Es una muestra del pasaje de la sociedad disciplinar a la sociedad de control que postulaba Deleuze, donde las empresas ocupan el lugar central y que el lenguaje posmo de la ideóloga de “Otro Mundo” no viene más que a instalar: el fin de la escuela deja lugar, según ella, a algo nuevo todavía difícil de definir pero “que quizás no sean colegios, quizás se llamen ´movimientos´ para estar en cambio permanente”, fiel a la fluidez del mercado neoliberal.
Darwinismo social, pero instagrameable
Los desaparecidos docentes serán ahora “guías que van a acompañar a los chicos”, algo similar a un motivador que haga las veces de Coach para niñas y niños. El proyecto “Otro Mundo” contará con dos “espacios de aprendizaje holístico” que se ubicarán en “un barrio popular” (sic) y en Vicente López. La sede en un barrio popular ya está definida, puesto que uno de los empresarios que financia su proyecto, Carlos de Narváez (hermano de Francisco), ya compró un galpón en Villa Martelli; la otra sede será, lógicamente, la más importante y mejor equipada, y tendrá vista al Río de La Plata.
Igual que con otros proyectos avalados por la gestión Cambiemos, difícilmente pueda alguien oponerse a los términos y objetivos generales con que se presentan: todos defendemos una mejora en la educación y aprendizajes significativos para las personas. Es en las premisas sobre las que estos proyectos se fundamentan y las verdaderas consecuencias que persiguen donde hay que indagar para desenmascarar las intenciones de emprendimientos como Otro Mundo.
Un proyecto que naturalizando como su ideóloga las desigualdades económicas (“Siempre va a haber gente que tenga menos recursos que otros, porque así es el ser humano y así es la vida, pero la dignidad sí puede ser dignidad 100”) buscan profundizar la exclusión: “por supuesto la parte del río no va a ser gratis, va a ser paga, va a ser la que un poco acompañe a Villa Martelli, al Faro, que va a ser prácticamente gratuito”. El modelo educativo que impulsan es el de la educación privada, y allí donde es gratuita, el principio del darwinismo social es el que se impone: sólo unos pocos con talento podrán tal vez alcanzar ese Otro Mundo privado e idílico al que pocos tienen acceso.