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Por qué el cáñamo puede ser la industria que necesitamos

La semana pasada el Ministerio de Desarrollo Productivo, a cargo de Matías Kulfas, presentó ante el Consejo Económico y Social el proyecto de ley “Marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial”. El objetivo es regular la cadena de producción y comercialización nacional y/o con fines de exportación de la planta de cannabis, sus semillas y sus productos derivados afectados al uso medicinal e industrial. Estas dos industrias presentan una posibilidad de ingreso de divisas con un bajo impacto ambiental.

Hoy vamos a hablar del cáñamo, el cannabis de uso industrial.

1. No, no estamos hablando del faso

Las variedades de uso medicinal y recreativo se llevan toda la atención, lo que convierte al cáñamo en el hermano del medio de la familia del cannabis. Lo primero que tenemos que saber es que la planta de la que hablamos se trata de una variedad de Cannabis Sativa con bajo contenido de Tetrahidrocannabinol (THC), por lo que no tiene efectos psicoactivos.

¿Entonces para qué sirve? Los usos son múltiples: alimentación, cosmética, textiles, bioplásticos, insumos para la industria papelera y de la construcción. El aprovechamiento es íntegro, con hojas y  tallos con mínimos desperdicios y un gran rendimiento.

Actualmente en Argentina existen industrias que trabajan con el cáñamo como materia prima, pero con insumos importados, ya que desde 1977 su cultivo se encuentra prohibido en el país.

2. Argentina y la región tienen historia cañamera

Manuel Belgrano en 1797 ya hablaba de las utilidades que traería esta industria: “El cáñamo dará trabajo y riqueza a la nación”. ¿Cómo pasa una planta de ser halagada a ser mala palabra? Fue durante la última dictadura cívico militar, mediante la ley 21.671/77, que prohibió en todo el territorio de la República la siembra, plantación, cultivo y cosecha del Cáñamo (Cannabis sativa L.). La ilegalidad de la planta también traería la pérdida de la oportunidad de su investigación y desarrollo.

La prohibición de 1977 se llevó adelante a pesar de que Argentina suscribe desde sus inicios a la convención única de estupefacientes de 1961, que excluye de la fiscalización a la planta de cannabis destinada a fines industriales u hortícolas.

Chile tiene una historia cañamera de mayores dimensiones, donde la producción de cáñamo se ubicó dentro de las mejores del mundo. Pero a finales de los 60 su industria no pudo competir contra la industria textil plástica, generando una gran depresión en su producción. Al igual que Argentina, Chile prohibió el cultivo de cáñamo a mediados de los años 70.

3. La dimensión ambiental del cáñamo

En un contexto de crisis ambiental causado por los efectos del cambio climático y por el impacto del extractivismo en los territorios, la dimensión ambiental de una industria no puede ser ignorada. Son los cuerpos y los suelos los que pagan las externalidades de sistemas de producción que generan contaminación y desigualdad.  La obtención de divisas no debería encontrarse por encima del derecho a la salud y el derecho a vivir en un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo.

Debido a sus características, a su cultivo y usos masivos, y a la diversidad de aplicaciones de los productos derivados de la planta, se encontró un vínculo directo entre la planta de Cannabis sativa L. en 15 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los ODS forman parte de la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, un plan de acción elaborado por la ONU en 2015 que busca ir hacia un nuevo paradigma de desarrollo en el que “las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas toman un rol central”.

Los 2 objetivos restantes del cannabis, agua y vida marina, se ven relacionados de manera indirecta.

Un factor medular de la producción de cáñamo es su cualidad de fitorremediación, es decir, aprovechar la capacidad de la planta para absorber, acumular, metabolizar, volatilizar o estabilizar contaminantes presentes en el suelo, aire, agua o sedimentos como metales pesados.

Un caso de fitorremediación podría suceder en Chilecito, La Rioja. La asamblea El retamo Nonogasta presento un proyecto para remediar un pasivo ambiental histórico. A lo largo de 30 años la curtiembre Curtume CBR- ex Yoma- vertió sus efluentes sin tratar y genró en el suelo valores de cromo 50 veces superior al permitido. La asamblea de Nonogasta propone que el predio y las maquinarias de la curtiembre (que permanece cerrada desde 2020) sean adaptados para la producción de cáñamo industrial. De esta forma la matriz productiva contaminante sería reemplazada y se conservaría, a su vez, el empleo de les trabajadores.

4. ¿Quién controla a quién?

El proyecto de ley contempla la creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME). Este organismo será competente para reglamentar, controlar y emitir las autorizaciones. En su articulado el proyecto afirma que se contemplará muy especialmente aquellas solicitudes orientadas a contribuir al desarrollo de las economías regionales y promover la actividad de cooperativas y de pequeñas y medianas empresas productoras agrícolas atendiendo, asimismo, la inclusión de la perspectiva de género y diversidad en su otorgamiento.

La posibilidad de una nueva industria no debe perder de vista los efectos de la concentración de las riquezas que afecta a Latinoamérica. El cultivo de cáñamo en Paraguay puede servirnos de referencia. Pequeños productores denunciaron el exceso de trabas burocráticas mientras que grandes empresas controlan casi la totalidad de la cadena productiva.

 5. Ahora que tengo toda la info, ¿cómo activo?

 “Cuando te ponés a estudiar la verdadera raíz de la prohibición del cannabis y del cáñamo ves que se dio porque existía competencia con el papel, la madera y los plásticos, y fue en el momento en que se empezaron a patentar. La prohibición se logró con prejuicios, argumentos racistas y clasistas”.

Estas palabras pertenecen a Diana Barreneche, presidenta de Proyecto Cáñamo, la primera asociación civil destinada al estudio de la planta de cannabis para uso industrial en Argentina. Podés buscar en sus redes las charlas abiertas que se brindarán en el marco de las actividades de “Junio cañamero” en conmemoración al mes de nacimiento y fallecimiento de Manuel Belgrano.

El proyecto de ley que será  tratado por el Congreso de la Nación pondrá sobre la mesa una nueva contradicción en la regulación de cannabis en nuestro país. Proyectos destinados a lo medicinal en el norte argentino son desplegados con apoyo estatal, mientras que personas que militan la legalización del cannabis para todos sus usos son perseguidos. Es hora de librarnos de los prejuicios, cortarla con los chistes fáciles de porro y pensar en el cannabis como la industria del futuro.

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