Ponele.info

Porno feminista: googlear las fantasías

Me gusta mucho tocarme. También que me toquen otres y tocar a otres, claro. Algunas noches, después de cuatro reuniones virtuales, una clase, el entrenamiento y mucho estrés financiero, no tengo la autonomía para excitarme. Y la verdad, me considero demasiado humilde para calentarme con mi propio reflejo y me pregunto si las protagonistas de las publicidades de Nike lo logran después de superarse cada día. Así que busco relatos o busco videos y no encuentro nada que no narre la fantasía del chabón promedio. Después googleo, porque necesito respuestas, y siempre que necesito respuestas en la vida, googleo.

Encuentro que en Pornhub se suben 528 videos por minuto y que hay 13.962 personas viendo el material. Que tienen 35 años promedio y que, entre las diez categorías más vistas por hombres, están MILF y Teens, y entre las de mujeres están Lesbianas y Tríos.

¿Qué es Pornhub? Debería haber empezado por ahí. Esta plataforma, con presencia en TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO, en diciembre de 2020 tuvo que eliminar la mitad de sus videos por las miles de denuncias recibidas debido a la falta de verificación de la edad de quienes aparecen en ellos. Hubo y hay investigaciones de niñas secuestradas que terminaron en esta web. Así es, yo toda sola en mi cama tratando de encontrar contenido que me erotice en una plataforma pedófila y cómplice de violaciones.

¿Por qué Pornhub de repente pensó en los derechos de les niñes y decidió que capaz no estaba bueno apologizar el sexo sin consentimiento? ¿Habrán visto la campaña del #NoesNo? Nah, ni ahí. Lo que sucedió es que, ante las denuncias mundialmente difundidas, Visa y Mastercard deshabilitaron el pago con sus tarjetas en el sitio. Ahora entiendo. Qué frustrante, corporaciones financieras mejorando algo en el mundo. Googlear buscando fantasias male sal.

El fasito no me alcanzó para relajar y dormir, así que sigo googleando. Veo los resultados de otras plataformas publicadas este mismo año. Encuentro que la categoría más deseada es la de lesbianas, y digo: esto me va a servir. Pero después recuerdo y compruebo que las lesbianas de los videos son, por supuesto, como en las fantasías de los hombres y no como yo esperaba. Entonces las lesbianas hacen cosas de lesbianas porque un hombre las está grabando o para que el taxista les regale el viaje. Se mueven y dicen cosas de una forma que solo un hombre pudo haber imaginado, guionado,  producido y dirigido. Ahí va, entiendo. Ni siquiera los propios deseos de las mujeres en el porno se salvan de ser manipulados por el deseo  masculino de tener la pija bien parada. Quiero entender más. ¿Por qué Rubiaxx76 describe la escena sexual con el colectivero de esa forma? Me respondo: porque Rubiaxx76 es un hombre.

Más sexo, por favor

Sigo buscando y me pregunto ¿Cómo funciona la industria del porno? Porque no puede ser que los 63992 visitantes de la plataforma por minuto sean hombres que escriben sus fantasías en primera persona con nicknames que aparentan ser femeninos. Y encuentro que hay diferentes estilos de pornografía en el mundo.  Como en todo el ámbito audiovisual, hay categorías mainstream y no mainstream (experimental, alternativo, indie, etc). El mainstream son las partuzas, el BDSM, teens, milfs, sexo público y las que ya sabemos todes. y el resto es, digamos, cine con menor presupuesto. Entre las categorías menores, chiquitita y casi decolorada en cualquier gráfico de torta que me muestra Google, está el porno feminista.

El porno feminista que queremos y necesitamos todas, al menos todas las que a veces queremos acabar sin esperar a algune compañere. Pensado por y para mujeres, producido por y para mujeres, inspirado en las cosas que nos pasan a nosotras. Esto significa dar vuelta el mundo para mostrar cómo es realmente: las mujeres no rogamos por pija cuando nos guiña un ojo un obrero, ni gemimos todas afinadamente, ni todas acabamos a chorros como en los videos de squirt (dicho en ginecológico, eyaculación femenina). Entonces ya sé lo que busco: una especie de Bastardos sin Gloria pornográfico, que la corte con la repetición de relatos y empiece a contar nuestra versión de los hechos y nuestras fantasías, como un anhelo de justicia (y si está protagonizada por uno como Brad, mejor).

Perdón, hombres heterosexuales, pero sí. A nosotras a veces nos calientan las palabras, no nos hace acabar el mete y ponga, y no es porque las mujeres “busquemos erotismo siempre”, sino porque nuestra genitalia pide otros tipos de movimientos. Puede no calentarnos tampoco el palabrerío pseudo romántico, la charlita, qué se yo. Puede pasar de todo. Y ya no sé bien qué busco, pero sigo en la cama y estoy más cerca de ponerme a organizar la agenda que de dormirme.

Para poder construir el mundo con el que fantaseamos lo tenemos que producir. Como una noche de sexo acompañado: tenemos que protagonizarla, buscar lo que nos excita y rechazar firmemente lo que NO

Entonces me acuerdo de Maria Riot. Ella es trabajadora sexual, dice que siempre lo hizo “por decisión individual y libre”, como si tal libertad fuera posible. Con sus primeros clientes pagó su ida a Barcelona. Ella es activista, dice, hace porno feminista, dice, y es trabajadora sexual. No quiero ahondar en eso, pero estoy googleando y me preocupa que la abanderada del porno feminista en Argentina sea una autoproclamada puta que dijo en Radio Metro “nunca el sexo es gratis. El hombre tiene que pagar una cena, un trago, el taxi”. Me parece terrible que la perspectiva de una industria que podríamos ocupar las mujeres en forma revolucionaria lo ocupen quienes insisten en mercantilizar nuestros cuerpos y nuestro sexo, sean hombres o mujeres. Ese feminismo no me suena, María. Con esto sigo entendiendo que el porno sea cosa de hombres.

Para poder construir el mundo con el que fantaseamos lo tenemos que producir. Como todo. Como una noche de sexo acompañado: tenemos que protagonizarla, buscar lo que nos excita, rechazar firmemente lo que NO y entendernos. La industria está cambiando, sea porque las emisoras de tarjetas de créditos lo deciden o porque somos más las que googleamos y no descansamos con nuestros sueños (sanos y cochinos), y si no encontramos las respuestas generamos nuestras fantasías. Y a veces las cumplimos, ¿o no?

No sé, sigamos pensándolo; ahora me voy a dormir porque la idea de cambiar el mundo con mis fantasías me hizo acabar.

contacto@ponele.info