Ilustración de portada: Emiliano Ciarlante
Luego de tres mandatos consecutivos del PRO en Buenos Aires, las PASO mostraron que un porcentaje importante de porteñxs -muchos de los cuales defendieron la candidatura de Macri en 2015 bajo el pretexto de que ”era saludable para la democracia un cambio de gobierno luego de doce años del mismo partido”- nuevamente se inclinan por el espacio de Larreta y compañía.
Sin embargo, los números muestran al candidato del Frente de Todxs, Matías Lammens, mucho más cerca del candidato PRO que en las elecciones pasadas, con una diferencia del 15%. Entre 2007 y 2015, el PRO ganaba por una ventaja de entre 20 y 25%.
Surgen interrogantes sobre la causa de los resultados de estas PASO que traen algo de esperanza a lxs que hace tiempo quieren ver el potencial de la Ciudad (la Ciudad como un todo, incluyendo la salud, educación y transporte, y no solo el estado de las veredas) bajo otro gobierno. ¿Será por el desastre económico, político y social que representa el gobierno de Macri, el cual mancha la candidatura de su fiel socio Larreta? ¿O tendrá mayor influencia la novedad que representa Matías Lammens, una figura que no viene de la política, plantea ideas progresistas y que además de presentarse en la lista de un frente amplio y plural tiene como núcleo un gran caudal de votos kirchneristas?
Lo más probable es que la causa sea una mezcla de estos dos factores y, aunque unx quisiera creer que las graves fallas de estos años del gobierno porteño, con un aumento exponencial de la deuda y negocios altamente sospechosos, representan el factor de mayor influencia en el resultado de las Primarias, el blindaje mediático y la estrategia de marketing (así como la abultada suma de dinero destinada a publicidad) ayudan a opacar esta posibilidad.
En esta situación, parece relevante hacer un repaso sobre las fallas más importantes del PRO a través de sus diferentes gestiones en la Ciudad, las cuales muestran un bajo grado de sensibilidad social y una escasa (por no decir nula) intención de efectuar cambios reales en la sociedad porteña.

Las líneas de subte que nunca fueron
Mientras las ciudades más importantes del mundo tienen como prioridad la construcción de líneas de subte que se conectan en diversos puntos, Buenos Aires parece insistir con el transporte terrestre, haciendo grandes inversiones como el Metrobús y dejando de lado la promesa inicial de Macri, allá por el 2007, de construir 10km de subte por año.
Así es como hasta 2017 se habían construido unos escasos 8km., es decir, menos de 10% de lo prometido. Casualmente, en junio pasado, ya cercanas unas elecciones primarias en las que los pronósticos no eran los mejores, se inauguraron 2km de la línea E. Según Martín Machaín, docente y especialista en Política y Planificación de transporte, hace unos años Macri suprimió la realización de la línea I para promover la instalación del Metrobús transversal. La construcción de la línea F (cuya finalización, así como la de las líneas G e I, se preveía para el 2015 en una ley sancionada por la legislatura porteña en 2001) aún está en suspenso, y pese a que desde hace años es nombrada en los discursos de los integrantes del PRO recién a mediados de este año se llamó a licitación.
Escuelas y comedores, las últimas prioridades
La ciudad de Buenos Aires es una de las más ricas de la región, y sin embargo algo tan elemental como proveer los medios para que ningún chicx se quede sin ir a la escuela parece un obstáculo que persiste -e incluso se agrava- año tras año.
El déficit en la infraestructura escolar porteña por falta de inversiones se hace visible en lxs 22.000 pibxs que se quedaron sin vacantes este año (según estiman las familias; la cifra oficial es de 15.000). Recientemente, un fallo emitido por la jueza Elena Liberatori confirmó que hay una grave falta de vacantes en la Ciudad, y ordenó al gobierno porteño a garantizar el acceso a la educación; también señaló que se miente cuando se afirma que construyeron cincuenta y cuatro escuelas.
A lxs pibxs que sí lograron obtener una vacante les tocó sufrir un recorte sobre las ya austeras viandas de los comedores escolares, donde la cantidad, variedad y calidad de los alimentos es cada vez menor. El presupuesto para comedores escolares obtuvo un aumento del 15% respecto al de 2018, con una inflación proyectada que supera ampliamente el 50%.
La constante violencia policial
Es sabido que la gestión presidencial de Mauricio Macri se caracterizó por los abusos policiales y por el uso de la fuerza en situaciones no violentas. El gobierno porteño de Rodríguez Larreta no es muy diferente.
Tal es la indiferencia del PRO, que la solución que encontraron para los movimientos sociales que se estuvieron movilizando en las últimas semanas por los graves índices de desocupación y pobreza fue la represión por parte la Policía de la Ciudad, causando decenas de heridos y dos detenidos.
Tampoco hay que olvidar que el hombre que murió de una patada en el pecho por “entorpecer la vía pública”, el manifestante que el 30 de abril recibió un balazo de goma en la cabeza a menos de un metro de distancia y las cotidianas agresiones que sufren los vendedores ambulantes (muchos de ellos senegaleses) también son obra de la Policía de la Ciudad.