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Robotina ya llegó

De chico, a finales de los noventa y principios de los dos mil, miraba toneladas de horas diarias de tele. A la mañana, en las vacaciones, cuando no tenía planes con amigues ni actividades, me despertaba y armaba un cronograma de los programas que vería en el correr del día. Claro que uno de esos programas era Los Supersónicos. Y el único personaje que se me grabó en la cabeza –de los demás ni me acuerdo el nombre– era Robotina, la flamante empleada doméstica robot que siempre llevaba puesto el delantal y ayudaba a organizar la casa. 

Someterse al trabajo mental de dilucidar por qué la mucama robot quedó sellada en mi memoria es una tortura absurda a la que no pienso someterme. Sin embargo, a las apuradas, es posible fantasear con que la intuición infantil me sugería que Robotina era el invento más cercano de ese futuro que nos proponían William Hanna y Joseph Barbera. La intuición no se confundió tanto: hoy, varias décadas después, en las sobremesas de asados domingueros, tomando cafecito y mirando en nuestros celus videos sobre los electrodomésticos novedosos con los que cocinan esos cocineros estrellas del Instagram, podemos decir que Robotina llegó hace rato.

Estos electrodomésticos que reemplazan procesos infumables son muchos más de los que podemos contar. Vamos a hacer un repaso por los más cancheros, esos que muchos soñamos tener hasta que vemos lo mal que llegamos a fin de mes. 

Freír sin freír 

Por más ridículo que parezca, hoy es posible freír sin usar una gota de aceite. Las freidoras de aire (air fryer en inglés) funcionan parecido a lo que antes se conocía como horno convector: el aire circula a gran velocidad por la freidora y distribuye el calor de forma uniforme. Lo fácil de usar esta falsa freidora –los expertos no dudan en afirmar que más que freír lo que haces es hornear– es una ventaja que, sumada a que no usa aceite saturado, no deja olor en la cocina, no genera ondas electromagnéticas, ocupa poco lugar en la cocina y a que su limpieza es una cosa sencilla, la hace bastante tentadora. Pero, aunque con ella se pueden hacer unas papitas bien crujientes, unos daditos de pollo divinos, unas verduras marinadas con la dosis justa de salsa de soja, una carne cortada chiquita, convendría remarcar que es un electrodoméstico pensado para personas que viven solas, que no preparan cenas de tres o cuatros personas diariamente. La freidora de aire es la cocina de los que viven en monoambientes, no quieren ningún aroma dando vueltas, priorizan la facilidad de todo y le escapan a la belleza de ver un bife humear en la plancha, la maravilla de la olla borboteante del guiso de lentejas que llena nuestro hogar de olor a salsa de tomate.

Bye bye, rolitos

El calor europeo de muerte, sequía y temperaturas extremas no vino solo. Las máquinas de hacer hielo parecen algo que nos trae el calentamiento global. Quienes las intentan comercializar aseguran que mientras muchos pensamos escapar del calor con ventiladores y aires acondicionados, nos olvidamos que también es importante hidratarse con bebidas frescas. Su uso es muy fácil, no requieren instalación de especialistas, no usan mucha electricidad y tardan solo unos diez minutos en producir los ansiados cubitos. La mala es que, teniendo en cuenta que es un lujo que solo se pueden dar quienes tienen mucha fiaca de caminar hasta la estación de servicio más próxima, hay que tener bastante ganas de un hielito rápido. Si estas máquinas se hacen populares, vamos a ganar espacio en el freezer.

En las sobremesas de asados domingueros, tomando cafecito y mirando en nuestros celus videos sobre los electrodomésticos novedosos con los que cocinan esos cocineros estrellas del Instagram, podemos decir que Robotina llegó hace rato.

Cocinar sin cocinar

Finalmente, la famosa Thermomix es lo que más se parece a Robotina. La última versión de este robot de cocina –viene produciéndose desde 1961– trae inteligencia artificial y viene con una tablet: se conecta por wifi y se puede acceder fácilmente a una app preparada especialmente para la marca, con la que este robot de cocina hace más de 40 000 recetas distintas. La Thermomix, una nueva forma de preparar comida casera para quienes no tienen ni tiempo ni fuerza física para preparar comida casera, tiene doce usos distintos: se puede hornear, freír, picar, hacer yogurt, moler café, hervir, amasar, pelar y demás. Claro que para entrar a la app de recetas hay que pagar una cuota anual –sin eso, casi no tiene sentido usar este electrodoméstico–. La idea es, por un lado, resolver muchos usos en un solo aparato que ocupa poco espacio y, por el otro, pertenecer a un grupo de gente selecto que comparte recetas por la app y dice que considera tan importante la comida casera que “invierte” plata en eso. 

¿Hace falta decir que estos electrodomésticos cancherísimos son una clara muestra de la desigualdad en la que vivimos? Sí, hace falta. Según estudios recientes de este año, en Argentina, uno de los principales países en la producción de alimentos, un 7% de los chicos se saltea una comida al día. Y eso no es todo: un 67% de las familias recortó el consumo de carnes, un 40% el de frutas y verduras, un 20% pasó a reemplazar estos productos por carbohidratos como fideos, harina, pan, productos más económicos. Que los que tienen para comer todos los días lo hagan cocinando con estos aparatos de lujo es, por decir algo, estremecedor. Esto no lo adivinaron Los Supersónicos y nos vemos obligados a agregarlo nosotres: Robotina no llegó para todes, Robotina llegó para algunes.

Todos los años se organiza en Las Vegas, Estados Unidos, la Consumer Electronic Show (CES). Quienes fueron a la última, en enero de este año, pudieron apreciar desde gatitos robots hasta tractores que registran datos del cultivo en tiempo real. Siempre conviene tener en cuenta que mucho de lo que pasa en la CES queda en la CES; como ejemplo gracioso está la imagen, en la edición de 2017, de un joven con el cuerpo muy trabajado que paseaba por la feria en ropa interior para promocionar los Radiation Boxers, unos boxers con tejidos de hilos de plata que actuaba como una muralla electromagnética, que protegía a los genitales de las radiaciones de onda generadas por celulares y el wifi. Estos electrodomésticos que mencionamos salieron de las ferias, están en las casas y los departamentos con muchos baños, en los barrios cerrados y las mansiones, en los countries y los lofts. Por eso no es exagerado decir que Robotina ya llegó, que está entre nosotres. 

 

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