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“Un paso más para seguir normalizando la Argentina”

Así lo afirmó Macri el 14 de febrero, al anunciar la reducción de cargas patronales para un sector de empresas. Había acusado a la actual oposición real de llevar a cabo una “campaña del miedo” en el proceso electoral de 2015 por anticipar la política económica que ejecutaría y sus consecuencias. “Argentina vivía por encima de sus posibilidades”, aseguró el mismo día, en vísperas de la campaña electoral de 2019. Subtitulando con fragmentos de su discurso, te contamos lo que hace el presidente, pasito a pasito pero no despacito, para que una minoría viva por encima de sus posibilidades y la gran mayoría de la población, por debajo.

“Turbulencias”

Cerraron 2536 comercios en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) sólo en enero. Equivale a 81 comercios menos por día. La información fue suministrada por la Encuesta Semestral Económica elaborada por 120 colaboradores de la Organización No Gubernamental “Defendamos Buenos Aires” y el “Estudio Especializado Miglino y Abogados”. El relevamiento se focalizó en 35 núcleos urbanos.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el barrio de Belgrano, uno de los de mayor poder adquisitivo per capita, resultó ser el más afectado, al haber perdido 56 de sus locales comerciales.

En el conurbano bonaerense, bajaron sus persianas 77 comercios. Las zonas más afectadas fueron Lomas de Zamora, Quilmes, Lanús, San Justo, San Martín y Ramos Mejía. Muchos comerciantes y pequeños empresarios han intentado formar comités de crisis y reestructurar deudas que no pueden pagar.

Buscan renegociar deudas con bancos, que están llegando a cobrar más del 100 por ciento de interés anual, empleados y proveedores e incluso con las empresas prestadoras de servicios públicos.

“La hora del crecimiento y la competitividad”

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el uso promedio de la capacidad instalada de la industria fue de 56,6 por ciento en diciembre.

En el mismo mes de 2017, el indicador presentaba un nivel del 64 por ciento, lo que significa que cayó un 12 por ciento desde ese entonces.

Las que presentaron peor situación fueron la industria automotriz, que descendió a un 25,6 por ciento de utilización de la capacidad, productos textiles (32,3), industria metalmecánica sin automotriz (42,8), productos de caucho y plástico (47,2) y edición e impresión (48,9).

En 2002, cuando aún se desplegaba la crisis de la salida devaluacionista de la convertibilidad, el nivel de utilización de la capacidad instalada fue de 58,9 por ciento, el único comparable con la presente situación en los últimos años.

“Los impuestos al trabajo hacen muy costoso tomar gente”

Las pequeñas y medianas empresas (pyme) regionales no deberán pagar cargas patronales a la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) por empleados que cobren hasta $ 17.500. A partir de esa cifra, sólo abonarán la diferencia.

Lejos del nivel por el cual se deberá abonar las cargas destinadas a jubilaciones, el salario mínimo vital y móvil (SMVM) se encuentra en $ 11.300 y en junio alcanzará los $ 12.500. Por los hechos, no sólo los impuestos al trabajo sino que los salarios representan “trabas” en el enfoque presidencial.

Las pyme generan el 80 por ciento del empleo. Con esta política, se desfinancia la ANSES abriendo el camino a la reducción de las jubilaciones y al regreso de la jubilación privada.

Por partes, aplican reforma laboral y previsional, matando dos pájaros de un tiro. El problema es que no son pájaros.

“Las pymes enfrentan obstáculos”

En efecto. Como si la destrucción macroeconómica no alcanzara, el Gobierno hace sintonía fina en la micro.

La morosidad de las pymes en el pago de impuestos comenzó a elevarse en los últimos meses.

La medida por la cual el Ministerio de Hacienda resolvió un alza en la tasa de intereses resarcitorios y punitorios que regirá a partir de marzo continuaba vigente al cierre de esta nota.

Las tasas que rigen se ubican en 2 por ciento y 3 por ciento mensual, respectivamente. Se duplicarán. Treparán a 4,5 y 5,6 por ciento mensual, lo que supera lo que brinda un plazo fijo.

¿Es todo? No. Estos valores se actualizarán trimestralmente a partir del primer día de abril según un coeficiente de la tasa nominal anual para depósitos a plazo fijo en pesos a seis meses que ofrece el Banco Nación a través de su canal electrónico. Las tasas resultantes se publicarán cada trimestre en la página de la AFIP.

Esta fase del modelo genera, entre otros fenómenos, que el incremento nominal de la recaudación impositiva sea menor al de la inflación. O sea que el fisco ve mermar la recaudación en términos reales.

“Le saca un peso de encima”

Las entidades financieras mantienen sus tasas de interés por las nubes pese a que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) colocó la tasa de las Letras de Liquidez (Leliq) por debajo del 50 por ciento anual.

En términos anuales, la tasa por consumo con tarjetas de crédito ronda el 100 por ciento y la de préstamos personales  pueden ascender hasta los 180 puntos porcentuales.

El pequeño ahorrista dolariza sus reservas para resguardarse de la situación que percibe. Argentina presenta el cobro de comisión más alto por la compraventa de dólares de la región, con un 4,92%, según un relevamiento realizado por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) en enero.

Antes de la “primera gran devaluación de 2018, del mes de mayo, el ‘spread cambiario’ estaba en el orden del 2,46 por ciento, pero los operadores ajustaron sus tasas y se ubicó en el orden del 3,5 por ciento, y después se volvió a ajustar fuertemente, lo que la llevó a alcanzar un 5,14 por ciento en octubre pasado, tras la segunda gran devaluación del año”, desarrolla el mismo informe.

Este nivel de rentabilidad financiera destruye la industria, el comercio, el empleo y el consumo.

“Decir las cosas como son”

Continúan las confesiones de parte de miembros del gobierno que afirma que el gran problema del país es que los salarios son elevados. “Ya lo dijo el Presidente, con el impacto de la inflación y algunas medidas económicas, claramente (el próximo índice de pobreza) puede ser un poco peor que el último que se anunció”, declaró la ministra de “desarrollo” social, Carolina Stanley el 12 de enero.

A cuatro años de la “campaña del miedo”, ahora es el gobierno el que revela aspectos negativos de la realidad e intenta fundamentar su inevitabilidad para inmovilizar y desorientar parte del descontento. Intenta que tome cuerpo el objetivo del presidente: que la situación actual sea la norma, naturalizarla.

“A trabajar”, dijo al finalizar su discurso el presidente cuyas políticas de ajuste (no él, claro) no se toman vacaciones.

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