Mientras en Argentina todos conocemos enormes cantidades de información muy precisa sobre los carpinchos, en una isla en el medio del océano Atlántico camina una tortuga que ya va para sus ciento noventa años. Cuando ya estemos agotados de los carpinchitos, pero, a la vez, sigamos necesitando dosis de enternecedores animales no domésticos para seguir viviendo, no es mala opción consumir fotos de Jonathan. Sí, esta tortuga gigante que es el animal terrestre más antiguo del planeta tiene ese nombre.
Su hogar está en la isla Santa Elena, esa famosa por ser donde estuvo preso y murió Napoleón Bonaparte. Nadie imagina que en una isla que está a 1800 km de la costa de Angola y que tiene una superficie de 121 km2 y una población de menos de cinco mil habitantes camina Jonathan. Pero, como muchas otras veces, la realidad supera la ficción: en los jardines de la histórica mansión del gobernador de Santa Elena vive él, sus cuidadores y cuatro tortugas más de su misma especie. Las fotos de Jonathan con la mansión de fondo hacen que su imagen tenga todavía más atractivo y que muchos turistas viajen a esa zona alejada del mundo para conocerlo.
Aunque él lleva mucho más tiempo que muchos en el planeta Tierra, recién en 2008 supimos con algo de certeza su edad. Como cuenta un estudio del diario inglés Daily Mail publicado ese año, en una colección de imágenes de la guerra de bóer de principios del siglo XX, se veía a la tortuga comiendo pasto al lado de un prisionero de guerra. A partir de ese estudio, Jonathan entró al libro récords mundiales, Guinness World Records.
Cuando ya estemos agotados de los carpinchitos, pero, a la vez, sigamos necesitando dosis de enternecedores animales no domésticos para seguir viviendo, no es mala opción consumir fotos de Jonathan.
Mucho de la tortuga gigante más viejita todavía es un misterio. No se puede entender bien por qué razón es que vive tanto tiempo más que otras de su misma especie, y recién hace unos tres años se llegó a la conclusión de que no había tenido descendencia debido a que su preferencia sexual era hacia una tortuga de género masculino. Lo que sí, la vejez le afecta igual que a cualquier otro ser vivo: se supone que está completamente ciego, que ya tiene perdido el olfato y desde hace un tiempo le dan una dieta balanceada especialmente pensada para que llegue a cumplir ciento noventa en 2022. Una tortuga que figura en la moneda de Santa Elena y está en imanes para turistas no se va a ir así nomás.
Ahora muchos ya conocemos que los carpinchos son roedores gigantes que no tienen cola, mantuvimos conversaciones domingueras donde recordamos que son herbívoros que jamás se comerían a ningún perro de barrio cerrado, leímos lo que escribió Charles Darwin al encontrarse con ellos por primera vez, vimos las fotos suyas haciendo de cuenta que toman mate y hasta nos sabemos de memoria ese video instagramero donde uno se sube a upa de una persona cruzada de piernas. Si aun así seguimos con ganas de más, la información de esta tortuga nos espera a la vuelta de la esquina. ¿Y qué sigue una vez que terminemos con Jonathan? Podemos ver el documental de Netflix Mi maestro el pulpo. Y después buscar otra cosa hasta que ya no quede nada o que la voracidad informativa se nos acabe; lo que pase primero.