La noche del 31 de octubre muchos se disfrazarán de monstruos, zombis, brujas, diablitos, fantasmas o de sus personajes de terror favoritos. Hay que reconocerlo: la costumbre estadounidense de festejar Halloween es algo que desde hace años sale de las pantallas de las peores películas hollywoodenses, que conquista a grandes y a chicos en busca de excusas para divertirse asustando a los asustadizos.
Aunque el festejo parece algo inventado por nenes desesperados por golosinas y locales de cotillón, la celebración tiene sus orígenes en un festejo rural celta llamado Samhain: los irlandeses lo hacían al llegar el fin de la cosecha, para marcar el año nuevo celta, con la idea de que esa noche los espíritus de los muertos podían caminar entre los vivos, disfrazándose para tratar de asustar a los espíritus malignos.
Algo de ese concepto de asustar al que viene a asustarte sigue vivo en la celebración. Por eso desde Ponele –aunque suene de cipayo– dedicamos esta fotogalería al Halloween que sí busca asustar a los espíritus.