Actor, guionista y director ligado al humor, con partipaciones en la serie web Eléctrica y en la película Vino para robar, entre otros cortos y largometrajes , Iair Said (1988) habla sobre las redes sociales, el estado de la ficción nacional y su película Flora no es un canto a la vida (2018).
A esta altura de la pandemia, ¿cuál dirías que es tu estado anímico? ¿Qué extrañás más de la vida pre aislamiento?
Como me es muy fácil angustiarme, todos los días me levanto y me propongo pensar en que tengo techo, salud y comida y que hay gente que la está pasando mal, y eso me da la pauta de que no tengo mucho derecho a quejarme. Cuando veo que estoy medio para “ajoba”, pienso, no sé, hay gente que vivió la guerra. Aunque, claro, no elegiría esta vida mucho tiempo más, pero bastante bien estamos.
Y lo que más extraño es actuar, salir a la calle sin barbijo y salir a caminar mucho, me gustaba caminar escuchando música. Eso lo voy recuperando de a poco, aunque soy de los que respeta a rajatabla el aislamiento, aunque se haga cada vez más difícil.
Sábado llorando mirando videos de Estela Raval. Besos.
— Iair Dijo (@iairsaid) September 27, 2020
Estás activo en redes sociales. ¿Qué uso les das? ¿Creés que para un actor y director es necesario estar presente ?
Mi relación con las redes es rara. No las soporto pero al mismo tiempo las necesito, me parecen útiles. Yo tenía un blog antes, y me parece una buena herramienta para escribir, desahogarse y también para promocionar las cosas. Gracias a las redes sociales mi película estuvo mucho tiempo en cartel, no tuvo ni medio gramo de publicidad y fue todo gracias al boca en boca, que ayuda mucho. Intento cada vez usarlas menos, pero lamentablemente es medio el futuro. Yo dirijo castings y ahora la nueva, cuando proponés actores, es que te piden que pongas la cantidad de seguidores que tienen, para las plataformas y eso. Entonces no sé si es “necesaria” la palabra. Sí es necesario estar para dar visibilidad a tu trabajo, y admiro a la gente que queda por fuera. Me encantaría decir “borro todo y desaparezco de la tierra”. A mí Twitter me encanta, por ejemplo. Es un lugar en el que me rio, donde conozco gente piola. Pero no me gusta la gente que se vende a sí misma. Sí que vendan algún producto, una película o lo que sea. Pero la gente que se vende a sí mismo como producto me genera rechazo.
En líneas generales, ¿en qué situación ves a la ficción nacional, tanto en televisión como en cine?
En general soy un optimista de las cosas, y le veo un montón de futuro y confío en lxs nuevxs realizadorxs y en lo que vendrá. Me encantaría que hubiera mucha más ficción, telenovelas diarias, ficción diaria como la conocíamos cuando éramos chicos. Sé que es medio irreal a nivel negocio y a nivel calidad. Y creo que la ficción en general tiene muchos problemas de guion, pero eso es a título personal, porque uno también se acostumbró a escribir de determinada manera en relación a lo que ya conoce o vio. Pero me parece que faltan voces particulares, en las películas y en los programas. Todos intentan ser algo que ya existe, o parecerse a algo, y me gusta mucho cuando encuentro una voz personal en un autor o autora. Justo vengo hablando mucho de Lady bird, de Greta Gerwig, que para mí hacer ese tipo de película, en ese contexto tan hollywoodense, es un poco de aire fresco. Obvio, también con cosas nacionales me pasa. Pero pensaba: “qué hermoso poder hacer algo tan sutil y hermoso en ese contexto, con actores tan famosos y en una película con tanta alma”.
¿Libros, películas o series que leíste o viste últimamente y recomiendes?
Un libro que leí en cuarentena y recomiendo mucho es Chau, chau, chau, de Florencia Gómez García. Una serie: en general siempre recomiendo Please like me, aunque la vi hace un par de años pero siempre es linda volver a verla.
Tu película, el documental Flora no es un canto a la vida, está disponible en Cinear. ¿Podés contar cómo surgió el proyecto?
Un poco mi carrera de director surge por una necesidad laboral y por las ganas de contar algunas cosas a mi manera y de actuar, así que yo me dirigí a mi mísmo. Y Flora… puntualmente surge con el resurgimiento de ella, cuando reaparece en mi vida y en la de mi familia, y me parecía un personaje que me conectaba con algo muy particular, con una personalidad especial. Había visto la película Papirosen, de Gastón Solnicki, que fue medio una inspiración, y venía de ganar un premio en Abu Dhabi, Emiratos Árabes, y todo el mundo me preguntaba con qué seguía, entonces volví de ese viaje y se me apareció Flora llamándome por teléfono. Fue una combinación de cosas. Y sumado, obvio, al miedo a la soledad, a la vejez, a la muerte, etc.
Por último, un mini ping pong:
Una cuenta de Twitter: De Twitter: Martha Marilú Lamartha (@marthalamartha)
Un disco: Puro teatro, de Daniela Spalla.
Un libro: No ficción, de Alberto Fuguet. Lo tiro para hacerme el culto.
Una actriz y un actor: Mercedes Morán y Marcelo Subiotto.
Una comida judía: Maude.
El primer lugar al que querés ir ni bien podamos salir: Al teatro. Y a Europa. Ah re.