Sólo me faltan 90 días para cumplir mi tercer año como el miembro más exclusivo de la división canes de la Casa Militar. Debajo del general de Brigada José Yofre, jefe verde olivo de la seguridad de Mauricio, estoy yo, Balcarce, el can más edecán de los encargados militares de cuidar al presidente y su familia las 24 horas del día.
Paso mis días entre los edecanes del Ejército, el Coronel Sebastián Ibañez; de la Armada, el capitán de Fragata Germán Roldán y de la Fuerza Aérea, el vicecomodoro Martín Gómez. Comparto el honor de estar al lado de Mauricio, incluso más cerca que Marcos, tanto en la Casa Rosada como en la Residencia de Olivos, donde todos estamos más cómodos que en esa casona vieja donde los baños de la planta baja huelen parecido a los de Constitución.
Pintaron los fierros en América del Sur
Son días castrenses en el continente. Especialmente desde el domingo, cuando el ex general Jair Bolsonaro ganó en la primera vuelta de las presidenciales brasileñas. La imagen que más inundó las pantallas que tienen los funcionarios de Mauricio fue la repetición del crimen que cometió la mujer policía que se presentó como candidata a diputada y ganó. “Es como si acá hubiera ganado Chocobar”, bromea un millenial que integra el funcionariado amarillo, para disfrutar la rebeldía soft de decir algo políticamente incorrecto a la derecha de la democracia republicana que le gusta a Mauricio.
Debajo de la alfombra del discurso oficial, el “realismo peñista” lee en detalle la nueva coyuntura brasileña. Una muestra es ese paralelismo forzado entre la filmación del policía municipal Luis Chocobar, mientras le disparaba a un ladrón desarmado, y la policía militar Katia da Silva Sastre, mientras le disparaba en el pecho a un joven armado en Suzano, San Pablo, para evitar el robo a unas madres y a sus hijos en la puerta de una escuela. Katia se transformó en la Chocobar de Bolsonaro y ahora será diputada federal por el Estado de San Pablo.
Chocobar hirió de muerte al joven Juan Pablo Kukoc, de 18 años, el 8 de diciembre de 2017 y da Silva Sastre le disparó en el pecho a Elivelton Neves Moreira, de 21 años, el 12 de mayo pasado. Así como Macri y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, felicitaron al policía municipal (a pesar de que estaba procesado en segunda instancia por homicidio agravado por la utilización de un arma de fuego en exceso en el cumplimiento de un deber), el gobierno interino de Michel Temer condecoró a la “mamá policía” que le pegó tres tiros al pibe armado.
El verdadero peligro de Bolsonaro en el poder
El espanto de las imágenes paulistas de Suzano reviven los momentos tormentosos que vivió el macrismo, cuando Bullrich insistió en salir a defenderlo. La adicción duranbarbiana de interpretar las demandas del electorado ya había indicado por entonces que capitalizar la mano dura garpaba. Y que valía la pena salir a poner la cara por el policía. Los resultados del domingo en Brasil reanimaron esa épica que le gusta respirar a Mauricio para sentirse osado, y que ya le había anticipado su asesor estrella, el ecuatoriano Jaime. La lenta recuperación de sus problemas de salud no le impidieron revelarle a Mauricio las principales incógnitas electorales del domingo, que exhibieron un Brasil mucho peor al esperado.
El problema para Mauricio no es que los militares brasileños no sean como los argentinos, sino que Bolsonaro se ponga en modo Trump y cierre las fronteras del Mercosur, como el presidente de los Estados Unidos hizo con su guerra comercial. Todavía faltan tres semanas para saber si voy a tener que ponerme de protocolo para recibir a Bolsonaro como jefe de Estado, pero puedo asegurar que hay una parte del gobierno que está espantada y otra está feliz, porque cree que Mauricio queda como una paloma democrática al lado del orangután blanco que se viene en Brasil.
Lilita y los radicalitos
Entre tanto viaje al exterior para reconciliarnos con el mundo, a Mauricio le entretiene más escuchar a Marcos y a Fulvio sobre la situación internacional que tener que vivir la mediocridad cotidiana de los políticos argentinos, especialmente los propios. Así de podrido está el Presidente de Elisa Carrió, y especialmente de los radicales como Alfredo Cornejo. “De Lilita no puede desprenderse porque la necesita, pero al mendocino lo tiene montado en un huevo”, contó entre murmullos uno de los ministros que le pone onda a la era de la turbulencia permanente.
Carrió lo tiene loco desde que se brotó por las declaraciones del ministro de Justicia, Germán Garavano, sobre la situación legal de Cristina Kirchner. Pero el jefe de la UCR le dice las cosas de frente y le critica la política energética desde el año pasado. Ahora se adjudicó la anulación del freno al “cargo extra” que Mauricio mandó a defender, aunque la medida duró seis días.
Puras amarguras de ratas por tirante que no miran la película completa. La única buena noticia de la semana no vino del Poder Ejecutivo sino del Judicial, por el papelón que protagonizaron el nuevo presidente de la Corte, Carlos Rozenkrantz, y el saliente, Ricardo Lorenzetti, en una disputa por el control del aparatito de prensa que depende de la presidencia del máximo tribunal. “Son peores que nosotros y encima se pelean por una mina”, se escuchó entre risotadas esta semana, bien cerca de la escalera España, que comunica la explanada norte de la planta baja con el Salón Blanco. El edecán que lo escuchó casi se orinó en la alfombra, como lo hago yo, pero se contuvo.