Jésica Tritten trabajó desde el comienzo y durante diez años en las señales educativas que hoy están en una situación terminal. Fue Directora de Contenidos y Programación de Canal Encuentro cuando los elogios a nivel nacional e internacional eran moneda corriente y luego directora del Polo de señales educativas Encuentro, Pakapaka y DeporTV.
Hace unos días Pakapaka salió de la grilla del abono básico de Cablevisión y el lugar ocupado por Encuentro fue asignado al canal La Nación+. Encuentro pasó así de estar ubicado en el canal 19 al 64. Esta semana los trabajadores de ambas señales estuvieron de paro porque no les están pagando en tiempo y forma sus sueldos. Además, desde 2016 no cesan los despidos y las reducciones drásticas de presupuestos y producciones propias.
Conversamos con Jésica sobre la muerte lenta de las señales educativas que todo el arco político y buena parte de la sociedad elogiaban hace apenas tres años, y que hoy están a punto de bajar la cortina. Le propusimos tres preguntas para intentar comprender mejor lo que está sucediendo.
¿Podrías describir cómo se fue dando el proceso de desguace de los canales y qué razones le atribuís, teniendo en cuenta el consenso que existía sobre la calidad y el impacto educativo positivo de Encuentro y Pakapaka?
El proceso de desguace tiene dos momentos: uno institucional, que es cuando Cambiemos modifica la Ley Nacional de Educación. Es un decreto que quita de la órbita del Ministerio de Educación a las señales educativas Encuentro, Pakapaka y DeporTV. El otro es cuando se dejan de producir contenidos, lo cual impactó directamente en la identidad de la pantalla y en la industria pyme audiovisual. En los últimos años -previo a diciembre de 2015- había generado más de 25 mil puestos de trabajo en el sector.
Esto significa que desde la perspectiva del trabajo audiovisual se vació un contenido que produce identidad y sentido cultural. Por otra parte, se desarmó una política pedagógica de impacto masivo. Son dos momentos del desguace que tienen que ver con no “cerrar” las señales porque generaría una reacción negativa en la comunicación de la política pública que supuestamente vino a proponer Lombardi. Pero es lo suficientemente eficiente como para que no haya consenso en “salvar” a estas señales.
En un contexto de crisis económica, de destrato y persecución a los docentes, de falta de identificación de las señales al salir de la órbita del sistema educativo y de ausencia de contenidos con los que se genere identidad cultural, ¿quién defiende a las señales? En ese sentido, las etapas del desguace de Cambiemos referidas a destruir a los medios públicos educativos fueron planificadas y efectivas.
Por otra parte, que los cableoperadores decidan sobre su grilla es algo que han hecho habitualmente desde que surge el sistema de televisión por suscripción. De hecho, tanto Encuentro como Pakapaka no fueron introducidos inmediatamente. Fueron las políticas públicas y la decisión política las que obligaron a incluirlas en lugares estratégicos que posibilitaron que estas señales tuvieran el impacto cultural que tuvieron.
Con un gobierno cuya política de comunicación es coordinada junto con el Grupo Clarín, estas decisiones de mercado se vuelven decisiones políticas. La ausencia de Pakapaka en el abono básico y el traslado de Encuentro a un lugar marginal de la grilla es una decisión del Grupo Clarín que el gobierno avaló al no intervenir.
Durante los primeros dos años del macrismo las discusiones en torno a Pakapaka estaban casi exclusivamente orientadas a uno de sus programas, La asombrosa excursión de Zamba, y las lecturas de la Historia que reelaboraba. Hoy la totalidad de su programación está al borde del colapso, Pakapaka pasó de tener un presupuesto de 101.626.748 pesos en 2016 a 36.499.652 en 2017 y en lo que va de 2018 tan solo 6.583.231 pesos. Las producciones del canal se redujeron en más de un 75%. ¿Cómo se explica?
En primer lugar, toda vez que un proyecto educativo y cultural deja de producir contenidos es porque hay una decisión de tomar proyectos educativos y culturales que no son propios. Luego, la deshistorización que propone Cambiemos está vinculada a la imposibilidad de analizar por qué nos encontramos frente a decisiones económicas, políticas y sociales que, una vez más, se repiten.
No es casual que los primeros contenidos que Encuentro y Pakapaka dejan de producir en la gestión Hernán Lombardi son Zamba, un dibujito animado que hablaba acerca de la historia argentina y latinoamericana, y los programas de historia de Canal Encuentro. Fue una decisión premeditada. Y como toda política de comunicación autoritaria, vinculada de deshistorizar el debate público.
En el mismo proceso de reordenamiento de las grillas de la TV por cable, el canal NET TV consiguió una ubicación privilegiada. Además de ser el primer nuevo canal de aire en casi 50 años, con una programación de entretenimientos muy básica. ¿Hubiera dificultado este desguace ubicar a Encuentro y Pakapaka como canales de aire, más allá de que parte de su programación se difundiera en su momento por la TV pública?
Como aclaración: Encuentro y Pakapaka forman parte de la televisión por aire digital. Justamente por eso el principal eje de despidos de Lombardi estuvo vinculado al proyecto de desmantelar la TDA. El desguace de contenidos fue una parte protagónica, pero fueron las políticas vinculadas a las regulaciones las que resultaban fundamentales para que esto no ocurra. Es muy ilustrativo, por ejemplo, que la primera decisión de gobierno que toma Mauricio Macri como presidente es la derogación de la llamada Ley de Medios y su órgano de aplicación, la Afsca, encargado de generar políticas regulatorias con predominancia del sistema de medios públicos.