Aníbal Fernández no necesita presentación. Su papel protagónico durante el kirchnerismo, su derrota frente a María Eugenia Vidal en las elecciones de 2015 en la provincia de Buenos Aires, sus frases memorables y la intensidad de los sentimientos que genera forman parte de la historia pero también del presente de la política argentina. En esta entrevista recorre su infancia, los inicios en la militancia, al Papa Francisco, las drogas, Dios, el rock and roll y el actual momento del país.
¿Cuál es tu primer recuerdo como hincha de Quilmes?
Mi mamá es fanática de Boca, y yo estaba inoculado para ser hincha de Boca. Frente a mi casa vivía un pibe con el que jugábamos. Un sábado se iba a ver a Quilmes y el papá me invita, yo tenía 5 años, en el 62. Le digo. “No, mi papá ni loco me dejaría ir”. Se cruzó él para preguntarle a mi papá, eran clientes de mi papá, los conocía. Accedió, y me hice fanático de Quilmes. El recuerdo más lindo es ese: el haber sido tan chiquito y haber sumado pasión. Porque como dicen en “El secreto de tus ojos”, la pasión es misteriosa, no tiene explicación.
¿Cómo aparece tu conexión con la música, y el rock en particular?
Siempre me gustó el rock. La hermana mayor de mi papá era casera y portera de la escuela del barrio. Entonces, para nosotros era un lugar de juego de los fines de semana. En la espalda de la escuela, vivía la Ramona. Tenía un hijo que no era hijo biológico de ella, era hijo de una hermana. En aquella época era muy común… Eran muchos hijos y a veces se lo quedaba una tía que lo cuidaba. Este chico era el baterista de Vox Dei y los fines de semana, en los últimos salones, ellos ensayaban. He pasado muchas horas con ellos, fui plomo alguna vez. Después cuando ya fui mayor, adolescente, estaba muy enganchado con Sui Generis. Ya cuando grande pude acercarme a mi hijo con el Indio y acá estoy
¿Cómo fueron tus inicios en la militancia?
Mi familia es peronista. Todos. Tíos, primos, tías, vengo de un hogar peronista. Yo nací en enero del ‘57, a meses de la contrarrevolución. Mi vieja me quería poner Juan Domingo, mi viejo me quería poner Aníbal Alberto… Me terminaron poniendo Aníbal Domingo. Empecé a militar a los 14 años, en el ‘71. Sin participación activa, no había una cosa como hay hoy, nos colábamos en donde podíamos. La hacíamos de guapos porque nos gustaba nomás.
En el 76, un día vuelvo de la facultad, el golpe era inminente, y mi viejo me había quemado todos los libros, por terror. Tenía primos montoneros, pero yo no tenía nada que ver con la organización. En el ‘81, un día mi viejo me dice: “che, ¿por qué no empezás de vuelta?”. Yo le digo: “¿Vos sos loco? Me quemaste todos los libros y ahora querés que empiece de vuelta?” Y me dice: “no, pero se viene, qué sé yo…” Y empecé a trabajar activamente y no largué más.
Saltemos al presente, ¿Cuál es tu análisis del momento político que estamos viviendo?
El momento es un espanto, pero no es nada que no hayamos presagiado, aunque mi intención no es formar parte de los que presagian. Es lo que pensábamos que iba a suceder con un tipo como el presidente, un señor sin formación cultural, ni política, ni económica, ni jurídica ni nada. Nada, no entiende nada. Como no entiende nada, son los otros que deciden por él. Con el país prendido fuego, buena parte del gabinete reunido en Olivos, en plena discusión, el tipo se puso a mirar a Boca. Está loco.
Creo que el gobierno está perdido, y están dilatando el final, nada más. No cumplieron con la primera parte del primer desembolso con el FMI, mucho menos van a cumplir con la segunda. Para poder cumplir, van a tener que despedir mucha gente. Va a haber movilizaciones y yo creo que como son mano larga van a terminar lastimando a la gente. Ruego a Dios que no haya muertos, nada más.
¿Qué similitudes y qué diferencias ves con el 2001?
La gran diferencia con el 2001 es que De La Rúa se fuma todo el menemismo post efecto Tequila. Se cayeron 98 bancos y tenías una desocupación galopante. Esa situación le explotó en la cara a De La Rúa. Estos no lo sufren de esa manera, porque se encuentran con un colchón fenomenal que les dejó Cristina…
Hablaste de la posibilidad de represión, de la mano larga. Hace pocos días mataron a un nene de 13 en Chaco y ni siquiera está claro quién lo mató, en esta nueva configuración de violencia en los barrios populares. Conocés de cerca a las fuerzas de seguridad y el Gran Buenos Aires. ¿Qué creés que pueda pasar? ¿Que focos de conflictos aparecen?
Se viene una discusión de las calles, porque cuando empiecen a despedir a la gente van a haber confrontaciones. Las Fuerzas no hacen otra cosa que cumplir órdenes. La culpa es del que le da la orden y en el Ministerio de Seguridad tenés una trastornada como Patricia Bullrich. Vamos a tener muchos conflictos, porque todas las decisiones que están tomando impactan en las complicaciones de capacidad para mantener a tu familia. Al no tener mercado interno que dé trabajo, no tenés ni siquiera esa moneda para ir a comprar mercadería. Y se va a complicar más.
¿Creés que en la cabeza de estos tipos está la duda de lo que puede estar pasando con el trabajador común? Se dedican a hacer negocios, esa es su gran preocupación. Negocios para Macri, negocios para su familia o para sus amigotes. En todos los cordones -primero, segundo y tercer cordón- del GBA se vive muy mal. Porque lo que en algún momento podía crear oportunidad de crecimiento, de desarrollo, desaparece. No vas a encontrar trabajo. Es duro como la peste, porque buscalo por donde quieras que no encontrás la solución.
¿Qué rol te parece que le toca al peronismo en este contexto? ¿Y qué variantes encontrás dentro del peronismo?
El primer rol que le toca al peronismo es el de ganarle a esta gente. No es fácil, hay una parte del país que toda la vida votaron antiperonistas. Jugaron contra el peronismo. ¿Por qué ahora van a dejar de hacerlo? Van a votar contra el peronismo aunque signifique un impacto en su propio bolsillo.
La responsabilidad del peronismo es hacerse cargo de lo que está y comenzar a trabajar con una visión mucho más inteligente de lo que ha sido en la gestión anterior. Ponerse al hombro esas transformaciones que empiecen a dar respuesta, en términos de divisas, en términos de balanza comercial, para garantizar que no impacte sobre las Pymes y las lastimen. Formar otra vez el mercado interno fortalecido y que en ese mercado doméstico se negocie lo que fabricás y que puedas tener la plata en el bolsillo que necesitás para comer.
El peronismo siempre se ha comportado de la misma manera: nadie puede privar al otro de que tenga aspiraciones. Hoy pueden ser candidatos Alberto Rodríguez Sáa, Alberto Fernández, Felipe Solá, Jorge Capitanich, el Chivo Rossi, Cristina, Miguel Pichetto. ¿Quién es el que les puede decir que no tienen derecho a serlo?
El peronismo siempre necesita para definir sus estrategias un alambre, un alambrado, un paredón. Un día vas corriendo y ahí te lo ponen. Hacés el paredón, bueno muchachos, empiecen a medirse… vos correte, ya está… y empieza a ordenarse. En el tamizado empiezan a quedar los que realmente pueden llegar a competir. Buenísimo sería que se llegue a una propuesta común; ahora, si no llegaran a concretarse la puesta en común, vayamos a una primaria y discutámoslo.
Eso sería en clave electoral, pero en relación a la calle y el conflicto…
Es que no se resuelve de otra manera. El peronismo no es un partido como la UCR, que discuten políticas públicas en el comité. Aunque el Turco Asís diga es el tercer gobierno radical, no son gobierno ni toman decisiones. En el mientras tanto, no tenemos muchas más posibilidades que oponernos a cosas que son groseras. Si estos tipos siguen con la peregrina idea de hacer la reforma laboral, va de suyo que no seamos nosotros los que les demos el número para que lo puedan llevar a la práctica. El manejo de la deuda externa, la obra pública, hay varias cosas que son agobiantes y van contra el pueblo trabajador.
La mencionaste recién a Cristina, ¿cómo la ves?
Perón decía: “detrás mío vendrán los que buenos me harán”. Estos tipos la están haciendo buenísima a ella. Porque cuando le tocó gobernar supo a quién tocar y a quién resolverle la vida. Pero todavía falta mucho. ¿Sabés cuántos se hicieron kirchneristas con Macri? Sabés cuántos se hicieron peronistas con la Libertadora… Muchísimos que no veían lo que estaba sucediendo hasta que un día se dieron cuenta que no lo tienen más.
¿Cuáles creés que fueron las cuentas pendientes del kirchnerismo? Y te pregunto particularmente si creés que la transparencia es uno de ellos.
¿Transparencia se le pide al kirchnerismo después de lo que estamos viendo? La realidad es que uno sabe -no lo justifico, sino que lo entiendo-, que en la mayoría de los gobiernos del mundo hay una cuota de corrupción, que hay que atacarla. En el caso puntual de la Argentina, todos en algún momento olfateábamos la cartelización de obra pública. Hoy se descubre, pero nadie está trabajando para desmantelar la cartelización de la obra pública.
Lo que pasa es que el fiscal y el juez aparecieron con una nueva expresión, que es como sacar la sortija de la calesita, y es decir la palabra adecuada (“Cristina chorra”), y entonces te vas a tu casa. Pero ya empezaron a llover las presentaciones de inconstitucionalidad, porque vos no podés declarar contra vos mismo. Entonces esto es inconstitucional y si eso se confirma como se debe confirmar, va a pasar que los que todos se arrepintieron van a ir en cana y dando explicaciones al respecto sobre lo dicho.
¿Pensaste algunos motivos que expliquen tu derrota con Vidal en la provincia de Buenos Aires?
Es muy simple darse cuenta el por qué de la derrota. Nosotros competimos de una manera extraña para la provincia porque había tres candidatos. No éramos dos candidatos fuertes. Felipe Solá sacó 17 puntos. Entonces yo no estaba condiciones de perder un sólo voto. Y ese programa de mierda que hizo Canal 13, con Lanata, Carrió y todo eso me terminó sacando ese poquito que yo no podía perder.
¿Qué evaluación hacés de la gestión de Vidal?
Horrible. Una mentirosa, farsante, que desertó de la salud, que desertó de la educación… El otro día hizo una conferencia de prensa para decir que había bajado la mortalidad infantil, cosa que es cierta. Pero la mortalidad infantil no baja de un día para el otro. Tarda dos, tres, cuatro, años para que una política pública impacte y produzca el cambio. La mina no tiene ningún inconveniente para decir cualquier cosa.
De los 64 hospitales de la Provincia te invito a que elijas el que quieras y vamos a verlo. Están todos quebrados. El Hospital del Cruce hoy no hace operaciones de oncología porque no los tiene insumos básicos. Tiene un capital humano bárbaro, pero no se puede usar porque rompieron todo.
Con educación exactamente lo mismo. Estamos en septiembre y no resolvieron la paritaria, hablan del 15% cuando la inflación acumulada a julio te da 19,6%. Hoy están hablando del 40% anual de inflación. ¿Y vos ofrecés el 15%? Te estás cagando en los docentes. Se murieron una directora y un portero, ¿vos creés que alguien llamó? Y esta mina hace el acting ese hablando con una mujer, teóricamente está preocupada por la seguridad… Lo desenmascaramos todos por la taza blanca y la taza rayada. Son idiotas hasta para mentir.
Hacías referencia hace un rato a la existencia de un núcleo histórico antiperonista que tiene nuestro país. Pero el PRO ha construido también una nueva forma de comunicar y de generar discurso que es muy efectiva. ¿Qué opinión tenés al respecto?
Terminan siendo buenos marketineros. Lo que pasa es que eso tiene un límite y a estos ya se les agotó. Ya no les cree nadie, han mentido en tantas veces, dijeron “no vamos a devaluar” y mirá dónde estamos. Dijeron “nada va a los precios” y todo va a los precios. “Vamos a proteger lo que vos tenés” y lo primero que hicieron fue sacar las retenciones al trigo y nosotros peleamos para tener 6 millones y medio de toneladas de trigo controlados para que no impacte en el pan. Hoy se paga a precios internacionales.
Te dicen que van a restituir las retenciones y las retenciones son 4 pesos por dólar, por lo cual tenés una puja devaluatoria fenomenal porque todo el mundo va a querer que suba el dólar para pagar menos retenciones. Es un espanto todo esto. Son políticas neoliberales que solamente aventajan a ellos, al grupito de pertenencia del presidente y a nadie más. El hermano del presidente blanqueó 35 millones de dólares, ¿Qué hizo, los robó, vende droga? ¿De dónde lo sacó? Y es legal.
¿Hay algo en esta construcción de la que se pueda aprender?
Yo no quiero aprender nada de este tipo. Todo lo que veo, lo veo malo. No me satisface nada, porque no tiene política. De Raúl Alfonsín podías aprender, porque te hablaba de honestidad, y era honesto; si te hablaba de respeto republicano, era respetuoso del republicanismo. De estos tipos no podés esperar nada.
Hablabas antes de tu incorporación a la militancia y la diferencia con una época en donde pibes y pibas se han sumado a la política. ¿Creés que esa efervescencia sigue o parte de lo que genera el macrismo parado desde la antipolítica conspira con la militancia joven?
El macrismo tiene un aversión contra la política: ellos se autodefinen como no políticos, son ceos y todo ese cachivache impresentable cuyos resultados están a la vista. Lopetegui y Quintana, que no han parado de hacer negocios para ellos, dejaron de pertenecer a la jefatura de gabinete y ahora son asesores del presidente. Están para chorear y seguir haciendo negocios para ellos.
Dujovne es una caricatura de un mal ministro de economía, tendrían que haberlo echado ya. A Melconian querían ponerlo de ministro de Economía, él dijo que no, que quería ser presidente del Banco Central. A Prat Gay ya lo daban como canciller y sin embargo se fue a la casa… porque piden mucho. Son caros porque piensan “si me van a enchastrar al menos me llevo una moneda, alguna ventaja”. Quieren rajar. Esto ya lo vimos con De La Rúa, prestá atención al discurso. ¿Cuántos dicen “si no es así entonces yo renuncio”…?
Andá a ofrecerles la renuncia a Néstor o Cristina … en 3 minutos volabas, les encantaba aceptar las renuncias. El único tipo que no entendió eso fue Prat Gay, que era presidente del Banco Central, vino un día a casa de gobierno y se cruza conmigo y Alberto. El pibe dice que venía a renunciar. “¿Estás loco, vos? Por qué renunciar?”. “Y, porque me tienen cansado…” “Bueno, discutilo. No cometas el error de renunciar porque te la van a aceptar”. Fue y presentó la renuncia. El que conduce no se va a dejar apretar por un chabón que venga y te diga “te renuncio”, sabés la patada en el ojete que te da…
¿Qué perspectiva tenés con respecto al momento global de la geopolítica y a la recomposición conservadora?
Todo está complicado. Pero tenés que seguir viviendo y empezar por defender en principio el barrio, porque si no se va a complicar futuro. Sobre todo por el daño que estos tipos han hecho. Ellos tienen dos vencimientos, en septiembre 6 mil millones y en diciembre 9 mil millones. Y necesitan al menos otros 15 mil millones en gastos corrientes para terminar el año. ¿De dónde lo van a sacar? Si los bancos no les prestan y el Fondo le va a exigir que cumplan. Van a echar a 40 o 50 mil personas a la calle. ¿Vos creés que eso es pasivo, que nadie va a decir nada? Va a traer dolores de cabeza eso, por eso yo estoy muy preocupado con cómo termina esta situación.
¿Creés que el gobierno de Macri llega a las elecciones de 2019?
Creo que no, y caminando como están caminando aspiro a que no, para que no hagan más daño.
¿Qué salida hay?
La salida es el artículo 88 de la Constitución, que dice que ante la muerte, enfermedad o renuncia del presidente y vicepresidente, la casa legislativa elige. Ojalá sea alguien empiece a tomar medidas respecto del daño producido.
Te hago algunas preguntas que son las que terminamos todas las entrevistas. ¿2 libros que toda persona debería leer antes de morir?
¡Tenés que leer los cuatro míos antes de morir! (risas) Digamos, por necesidad fundacional de la Argentina, el Martín Fierro. Y El Quijote y Cien años de soledad, no sé si morirte sin leerlos, pero no te los pierdas.
¿Creés en Dios? ¿Por qué?
Sí, creo, pero en uno sui generis. Tengo conflicto con algunos participantes de la Iglesia, pero la fe está intacta. Muchas de las cosas que suceden en el mundo no tienen que ver con el concepto del Dios al que yo le rezo todos los días, que no se comportaría como dicen que se comporta.
¿Y cómo se comportaría?
Con el matrimonio igualitario, yo me imagino preguntándole a ese Dios al que le rezo todos los días: “esta mujer quiere vivir con esta mujer y este hombre con este hombre. ¿Qué hago?” Y la respuesta (y perdón por la herejía) sería “arreglalo, boludo, qué me hinchás las bolas a mí”.
Me lo imagino sentimental. El otro día el Papa hizo una descripción fenomenal y fue criticado estúpidamente. Yo hablé con unos de mis amigos de la CHA, que dijo que el que tenía que ir al psiquiatra era el Papa y no habia leído lo que dijo el Papa. Leé lo que dijo. El video está. El Papa dice: “¿Qué le diría a un padre que es hijo de un chico homosexual? Primero, que rece (lo dice un Papa, ¿qué querés que te diga?), que no juzgue, que no condene, que lo escuche, que le haga un lugar”.
¿Cuando un Papa dijo semejante cosa? Y después dice: “si son muy chicos, que los hagan ver. Un psiquiatra, no sé quién. Un chico de 20 años es una cosa distinta, es alguien que tiene en claro lo que quiere de su vida”. Les dan ganas de romperle las pelotas al Papa porque es argentino. Fijate lo que dijo, porque nunca ningún Papa dijo semejante cosa.
¿Qué balance tenés de su papado?
El argentino tiene la costumbre de decir: “Maradona vivía en la esquina de mi casa, ¿cómo va jugar en la selección?”. Bueno, eso sucede con el Papa. ¿Cómo el Papa va a ser argentino? Si era peronista, de Guardia de Hierro. Pero uno lo tiene que mirar al revés. El colegio cardenalicio toda la vida fue conservador. Juan Pablo II lo hizo más conservador todavía. Y después de él, cuando vino Benedicto lo hizo más conservador.
La elección del Papa, viste que es como juegan todos pero después termina siendo un ballotage, resultó siendo un Papa sudamericano, argentino, peronista, ¡jesuita! (alguna vez se llegó a decir que los jesuitas no eran católicos). Austero como pocos, sin pelos en la lengua. No puede llevarse bien con los conservadores, tiene que llevarse mal, porque tiene una clarísima opción por los pobres. Ahí me encuentra militando gratis para él.
Muchos años fui padrino de una nena. Muchos. La nena ahora tiene 30 años. Tenía que ir a esas clases de los padrinos. El cura era un tipo joven, te daban preguntas… Imaginate el embole que me comía porque no creo en nada de eso. En la última pregunta decía si las personas divorciadas tenían que comulgar. La contesté yo: ¿por qué no? “Es una aberración lo que está diciendo usted”, me responde. Resulta que Robledo Puch mató a 20 tipos, usted lo confiesa y lo autoriza a comulgar, y resulta ser que dos personas divorciadas no… ¿Qué hice de malo yo para no tener derecho a comulgar?
Bueno, este Papa te lo resolvió. Muchos no lo entendieron pero él dijo: “Es una decisión de los curas”. Andá a tu cura y decile que te deje comulgar, y si te dice que no, te vas al de al lado. ¿Qué no te va a dejar comulgar? Mirá qué inteligente. La resolvió de la forma más simple de todas.
¿Experimentaste con drogas alguna vez? ¿Cuál es tu posición con respecto a la legalización?
Nunca. Ninguna sustancia. Yo no estoy a favor de la legalización de nada, estoy en contra de la penalización. Mejor dicho, a favor de la despenalización. La corte tiene varios fallos en las cuales dice que es una acción privada de los hombres. El artículo 19 de la Constitución, que es el que rige que todo lo que no es tan prohibido está permitido. Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden, ni perjudiquen a terceros son actos exentos de autoridad de los magistrados. Más clarito imposible. Con la marihuana, si la Corte dice eso, dejá cultivar. Dale un control como Estado. Por lo menos que no fumen porquería que viene con amoníaco, meado por los perros… Toda esa cosa que termina haciendo daño. Si va a ser así, déjelos cultivar.
Algún oficio que te gustaría tener de incógnito.
Oficio manual ninguno. Mi padre era mecánico y laburé con él unos años. Ni en pedo me gustaría volver. La otra vez mi vieja me acariciaba las manos, yo voy todos los sábados a verla, y me dice: “nene, qué manos suaves que tenés, no hacés nada”. ¡Andá a cagar! ¿Cómo que no hago nada? Laburo como un perro. Sí me gustaría haber sido profesor de historia. Hubiera sido gustoso profesor de historia.
Esta entrevista fue realizada en conjunto con Sofía Gabrielli.